Gloria Villalba, neurocirujana del Hospital del Mar.
Un
estudio español sobre la
estimulación cerebral profunda en pacientes con
anorexia nerviosa severa se ha llevado un premio en el último Congreso de la Sociedad Europea de Neurocirugía Estereotáctica y Funcional, celebrado en Edimburgo. Fue
uno de los tres premios a los mejores posters que se entregaban entre los
más de 2.000 propuestos. Pero lo que es aún más meritorio es el reconocimiento a este premio con resultados preliminares a un estudio, por ahora con cuatro pacientes.
¿Cuál es el objetivo de este ensayo?
Es ver si la estimulación cerebral profunda, que es una técnica quirúrgica que ya se emplea en neurocirugía desde hace muchos años para otras enfermedades, funciona o podría funcionar en pacientes con anorexia nerviosa crónica, severa y refractaria a cualquier terapia.
¿En qué consiste?
Consiste en aplicar una técnica quirúrgica ya conocida como es la DBS en pacientes con un trastorno mental muy grave como es la anorexia nerviosa. En este ensayo clínico vamos a incluir a ocho pacientes, como variable principal es el peso y como secundarias escalas psicométricas, evolución neuropsicológica y estudio de imagen con resonancia/TDI. El tiempo de seguimiento de cada paciente es de un año con evaluación del paciente cada mes. Este ensayo clínico incluye un doble ciego a los seis meses, durante tres meses el DBS está apagado y ni el psiquiatra ni el paciente sabe cuáles son estos tres meses de apagado.
¿A qué tipo de pacientes va dirigida exactamente?
Va dirigida a pacientes con anorexia nerviosa crónica, es decir, según nuestro criterio, pacientes que llevan más de 10 años con la enfermedad, enfermedad severa y resistente a cualquier otro tipo de terapias.
¿Qué dispositivos médicos utilizan para llevar a cabo esta intervención?
Colocamos un sistema de estimulación cerebral profundo, que es el modelo Infinity de Abott, distribuido en España por
Cardiva.
¿Qué efectividad tiene esta técnica?
Aún no tenemos cerrado el ensayo porque los datos son preliminares. Hasta ahora, tres de los cuatro pacientes con un seguimiento extenso han mostrado respuesta. Por la experiencia que existe en otros lugares del mundo (Toronto) en esta técnica, sabemos que algunos pacientes con anorexia nerviosa con DBS han respondido al tratamiento muy tardíamente (1 año).
¿Han tenido dificultad con la inclusión de pacientes en el ensayo?
Sí, los pacientes con anorexia nerviosa grave tienen gran dificultad en aceptar un tratamiento que implique un aumento de peso.
¿Creen que, pronto, podría dejar de ser un ensayo clínico para pasar a ser una terapia aprobada?
No se prevé que en una etapa temprana se incluya este tratamiento dentro de la cartera de los hospitales públicos. Nosotros, como grupo, vamos a intentar que este tratamiento se lleve a cabo en el Hospital del Mar como uso compasivo.
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