Ferran Pellisé, jefe de Cirugía de Columna del Hospital Vall d’Hebron, defiende las bondades que ha aportado la tecnología a la especialidad.
“La relación entre
la industria y los especialistas ha permitido el progreso de una forma clara en toda la historia de la cirugía”.
Ferran Pellisé, jefe de Cirugía de Columna del
Hospital Vall d’Hebron, es un ferviente defensor de que la
colaboración de los cirujanos con la industria es sumamente positiva, afirmando a su vez que la sinergia entre especialistas y los instrumentos que llega a ofrecer la industria “genera una
simbiosis que ha funcionado y ha permitido el progreso en los últimos años”.
En una entrevista a
Redacción Médica, el especialista señala que los
principales errores que se llegan a cometer en la
planificación quirúrgica de la deformidad espinal pasan por “no analizar de forma correcta las características de la deformidad, además de tener muy en cuenta cuáles son las
maniobras quirúrgicas que uno tiene que hacer para conseguir una reconstrucción”. Además, la situación fisiológica del paciente resulta para Pellisé fundamental, ya que acabará siendo clave a la hora de considerar si el paciente “tiene capacidad o no para
asumir la cirugía que necesita”.
En su experiencia, ¿cuáles son los principales errores que se cometen en la planificación quirúrgica de la deformidad espinal en adultos y cómo se pueden evitar?
Los mayores errores en la planificación de la deformidad en adultos tienen que ver, sobre todo, con dos conceptos. El primero de ellos es analizar correctamente las características de la deformidad. De este análisis va a depender la corrección y esto significa entender cuál es la flexibilidad de esta deformidad. Las deformidades flexibles suelen ser fáciles de corregir, por lo que se debe determinar si la deformidad está en uno o dos planos y saber cuáles son las compensaciones asociadas a esta.
Y, por último, es necesario ver cuáles son las maniobras quirúrgicas que uno tiene que hacer para conseguir una reconstrucción de la deformidad en cuestión, como por ejemplo la segmentaria en el plano sagital y un buen equilibrio del tronco en el plano coronal y sagital. Esto es, por un lado, muy técnico, pero es así. Por el otro lado, hay que entender exactamente cuál es la situación fisiológica del paciente y si tiene capacidad o no para asumir la cirugía que necesita. Los pacientes frágiles pueden no tener capacidad para asumir la cirugía y una mala planificación los puede llevar a mucha complicación postoperatoria.
Esto supone que hay que optimizar al paciente, mejorar todos los aspectos que se pueda antes de operarle para fortalecerle al máximo y reducir los riesgos de complicaciones postoperatorias. Por lo tanto, son dos partes. En una se analiza la radiografía y se ve cómo la vas a corregir. La segunda es valorar bien al paciente para ver si tiene la capacidad física para
asumir la cirugía con un bajo riesgo de complicaciones.
Tenemos herramientas que nos permiten llegar a esto. Ahora mismo tenemos un camino que es el de la inteligencia artificial, en que disponemos de bases de datos muy grandes y nos permite hacer predicciones de mejoría y riesgo. En función de estas predicciones de mejoría y riesgo, ajustamos el plan quirúrgico. Se puede llegar de muchas maneras a esta conclusión y hay que llegar de la manera que sea más eficaz, pero con menos complicaciones para el paciente.
¿Cuáles son las principales ventajas y desventajas de la cirugía del raquis lumbar por vía anterior en comparación con otras técnicas, y en qué casos la recomendaría especialmente?
La cirugía por vía anterior tiene varias ventajas. La primera es que permite incrementar las áreas de artrodesis, logrando reducir el riesgo de que aparezca. Se podrá poner más hueso y te va a permitir que pegue antes las vértebras. Otra ventaja es que permite corregir directamente utilizando implantes los espacios discales, logrando hacer correcciones muy precisas en determinados discos. Por último, la vía anterior también permite dar flexibilidad a la columna. Permite también flexibilizar bien la columna y por lo tanto mejora las correcciones.
En total son tres ventajas. Corrección directa con la utilización de implante, incrementar la superficie ósea para conseguir la artrodesis y flexibilizar la columna para facilitar las correcciones por vía posterior.
¿Cuál considera que es el mayor reto en la prevención de complicaciones intraoperatorias en cirugía de deformidad espinal y qué estrategias ha encontrado más eficaces?
Las complicaciones postoperatorias en cirugía de adulto pueden ser altas. Pueden llegar hasta un 20 o 25 por ciento de los pacientes que tienen que acabar volviendo a ser operados en algún momento. En el 65 por ciento de los casos, las intervenciones son por fallos mecánicos. Se rompe una vértebra, se suelta un tornillo, se rompe una barra, etc. En un 10 por ciento de las complicaciones, las intervenciones pueden ser por problemas de herida. Finalmente, el último 10 por ciento son derivados de problemas neurológicos, como puede ser un nervio que queda atrapado o dañado.
Para reducir los problemas mecánicos es muy importante hacer una buena planificación de la corrección y acabar consiguiendo la alineación adecuada para el paciente. Hay diferentes maneras de conseguirlo y si no se logra la alineación que toca, el riesgo de complicaciones mecánicas es muy alto. Hay casos en los que, a pesar de tener una buena alineación, también puede haber complicaciones mecánicas. Esto está más relacionado con la osteoporosis y relacionado con la calidad del músculo que tenga el paciente.
¿Qué papel juega la tecnología (navegación-robótica) en la cirugía de raquis presente y futuro? Y, concretamente, ¿en la cirugía compleja de raquis cervical?
Lo que hace la tecnología es que facilita la colocación adecuada de estos implantes y, por lo tanto,
incrementa la seguridad de la cirugía, poniendo al alcance de cirujanos con menos hábito de colocar implantes, la posibilidad de añadirlos sin dificultades.
Por lo tanto, profesionales con experiencia y que tendría más dificultad para colocar el implante, con esta ayuda, lo puede colocar en su sitio de forma fiable. Esto acorta los tiempos porque lo coloca rápido y bien colocado y, si se tienen los implantes bien colocados, esto puede facilitar mucho las correcciones. Además, existen tecnologías facilitadoras que te ayudan mucho en la planificación. Todo aquello que antes era mucho más artesanal y dependía más del individuo, ahora profesionales con menos entrenamiento tendrán la capacidad de acceder y tener herramientas para tratar estos pacientes complejos.
La tecnología es una ganancia para el paciente, para todo el mundo y lo que hace es simplificar y democratizar de alguna manera las cirugías. Hay momentos en que la gente que te consulta hoy en día sufre importantes deformidades, provocando que el beneficio de la cirugía para los pueda ser nulo. Cada vez que se vuelve a operar a alguien, la ganancia que tendría la cirugía se va reduciendo de manera que una persona que tiene que acabar siendo operado por complicaciones múltiples veces, al final la ganancia es nula y el trayecto es duro para ellos.
Identificar a quién le puede pasar esto es en lo que utilizamos los modelos de predicción y las bases de datos, porque la inteligencia artificial va a buscar casos similares y identifica escenarios así. Es cierto que progresivamente se va mejorando y situaciones que eran irresolubles hace unos años ahora se están resolviendo. Hay una progresión rápida, por eso se actualizan las bases de datos continuamente y se va mejorando.
¿Cree que la industria ha avanzado al mismo ritmo que las necesidades de los cirujanos y ofrece soluciones adecuadas para abordar patologías complejas de raquis?
Pienso que la colaboración de los cirujanos con la industria es sumamente positiva. Los cirujanos a medida que operamos nos damos cuenta de dónde están las dificultades. Por lo tanto, la industria es un buen foro para explicarles dónde tenemos los problemas e intentar encontrar soluciones conjuntas.
Esto pasa en todos los terrenos, los mejores deportistas son los que pueden aconsejar a la industria del deporte cómo tiene que ser una zapatilla, cómo tiene que ser una camiseta, cómo tiene que ser una bota de fútbol, porque ellos ven dónde tienen el problema.
Esta colaboración entre los que realizamos la cirugía o cualquier actividad y la industria que proporciona instrumentos para ello es una simbiosis que ha funcionado mucho y que es la que ha permitido el progreso en los últimos años. Soy un defensor de esta relación porque ha permitido el progreso de una forma clarísima en toda la historia de la cirugía. Es indispensable la colaboración de la industria. Si ellos llegan siempre a lo que queremos, creo que tal vez siempre los cirujanos tenemos tendencia a soñar más, pero está claro que sin la industria nunca hubiésemos progresado.
“La relación entre la industria y los especialistas ha permitido el progreso de una forma clara en toda la historia de la cirugía”. Ferran Pellisé, jefe de Cirugía de Columna del Vall d’Hebron, es un ferviente defensor de que la colaboración de los cirujanos con la industria es sumamente positiva, afirmando a su vez que la colaboración entre especialistas y los instrumentos que llega a ofrecer la industria “genera una simbiosis que ha funcionado y ha permitido el progreso en los últimos años”.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.