Carlos Ibares, director de Cardiología Intervencionista, Radiología y Neurorradiología de Cardiva.
Con la marca España por bandera,
Cardiva se creó hace más de 30 años y, a lo largo de estas tres décadas, la compañía ha pasado "de ser distribuidor a fabricante". Un movimiento que, desde el primer momento, tuvieron claro que "
tenían que hacerlo en España", a pesar de las dificultades para ser competitivos en comparación con otros países. De esta forma, Carlos Ibares, director de Cardiología Intervencionista, Radiología y Neurorradiología de Cardiva, ha comenzado su ponencia '
Marca España. Industria de kilómetro 0', en el marco de la jornada 'Liderazgo 4.0. Desarrollo de estrategia de transformación digital', organizada por
Cardiva, auspiciada por la
Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH), y celebrada en la sede de
Redacción Médica.
Ibares ha subrayado que Cardiva se ha convertido en el centro de esterilización más grande de España.
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"Comprar productos españoles es
invertir en España y reactivar la economía es una tarea que nos corresponde a todos", ha señalado Ibares. Por ello, ha repasado la historia de Cardiva, que comenzó como "una distribuidora de
productos limitados de Cardiología" y que ha ido ganando presencia en el mercado y ampliando su cartera.
"Comenzamos con una
pequeña fábrica en Málaga y ese fue el núcleo de Cardiva como fabricante español. Sin embargo, con una serie de transformaciones, ahora tenemos un
espacio de más de 14.000 metros cuadrados con cinco áreas de esterilización, que nos convierten en el
centro de esterilización más grande de España", ha indicado el director de Cardiología Intervencionista, Radiología y Neurorradiología de la compañía.
Ibares: "Nuestros socios y proveedores suelen ser españoles. Es importante para el tejido industrial y para nuestros clientes"
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Tal y como ha señalado Ibares, los grandes cambios también se han visto propiciados con la
colaboración y compra de otras empresas como iVascular, que desarrolla
dispositivos médicos avanzados y terapias para el tratamiento de trastornos del sistema cardiovascular; Peaches Biotech, encargada de crear y distribuir productos biotecnológicos aplicados a la
Medicina Regenerativa y Medicina Genética; e Histocell, una empresa biofarmacéutica especializada en Medicina Regenerativa.
"Con este conglomerado de empresas logramos
dar empleo a más de 600 personas. Además, nuestros socios y proveedores suelen ser compañías españolas, siempre que es posible. Esto es importante para
nuestros clientes, para el tejido industrial y para nosotros mismos", ha afirmado Ibares, que ha añadido que la compañía está
presente con sus productos en más de 800 hospitales de todo el país.
Asimismo, ha subrayado el papel de Cardiva durante la
pandemia del Covid-19, momento en el que se
dedicaron a fabricar EPIS y ofrecer material para cubrir "las especificaciones requeridas". En este sentido, ha recalcado que hubo muchas empresas que se sumaron a esta labor aunque no era su trabajo. "Es de agradecer que lo hicieran, pero ese no es el futuro", ha recalcado en relación con esta situación.
"Comprar productos sanitarios fabricados en España es invertir en el país", ha aseverado Ibares.
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Ser competitivos en la industria sanitaria
Por otro lado, Ibares ha lamentado que sea
"más barato fabricar un EPI o una bata en China que en España". "Es difícil ser competitivos de esta manera". Sin embargo, el directivo ha reafirmado el compromiso de Cardiva con el tejido industrial sanitario. "Creemos que en
España existe el talento y la capacidad suficiente para desarrollar productos competitivos. Además, tenemos el capital necesario para invertir y crear este tejido y que sea
beneficioso para la industria y para el país", ha afirmado.
Para terminar, a través de un vídeo informativo, Cardiva ha explicado el
proceso "largo y complejo" de la creación de productos sanitarios, que implica a su vez numerosos costes. Concretamente, un
50 por ciento corresponde a la fabricación, el 30 por ciento al beneficio empresarial, el 10 por ciento se destina a la preproducción y, por último, el otro 10 por ciento restante a la comercialización. En todo este proceso, "los costes de una empresa española se diferencian de las extranjeras
en los impuestos", que se pagan en territorio español, y que, por lo tanto, revierten al estado.
Por último, se han apuntado los numerosos
beneficios de comprar productos nacionales como son la creación de empleo, la riqueza y el fortalecimiento del tejido industrial, la menor dependencia de las importaciones y la mejora en la balanza de pago, entre otros. "Todo ello se logra al
adquirir productos de Cardiva", ha concluido Ibares.
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