Redacción. Madrid
Un equipo internacional con participación del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y dirigido por el Instituto Cardiovascular del Mount Sinai Hospital en Nueva York (EEUU) ha demostrado la eficacia de un nuevo trazador que mejora la utilidad de la tomografía por emisión de positrones (PET) en la detección de la enfermedad cardiovascular.
La investigación, publicada en la última edición de Nature Medicine, ha sido liderada por Valentín Fuster, quien ha comparado, en el modelo experimental de conejo, un nuevo agente de contraste, la fluorodeoximannosa (FDM), para detectar la placa aterosclerótica inflamatoria.
Valentín Fuster, cardiólogo en el Monte Sinaí de Nueva York.
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El nuevo trazador está basado en un azúcar simple, la mannosa, a diferencia del que se utiliza habitualmente en el PET, la fluorodeoxiglucosa, basado en glucosa. Ambos compuestos se inyectan por vía intravenosa a los pacientes antes de someterlos a esta prueba diagnóstica y la hipótesis de los autores del estudio es que el FDM sería más eficaz a la hora de detectar precozmente la aterosclerosis.
“Nuestras pruebas preclínicas demuestran que las imágenes obtenidas por PET usando el nuevo trazador podrían suponer una estrategia más precisa a la hora de detectar placas de alto riesgo peligrosas e inflamación, fenómenos ambos asociados a eventos cardiovasculares graves”, ha explicado Jagat Narula, autor principal del estudio y director del Programa de Imagen Cardiovascular del hospital neoyorquino.
Aunque los resultados demuestran que el trazador resulta comparable al utilizado de forma habitual, ha subrayado, “se espera que el uso del nuevo tenga una ventaja respecto del tradicional: que señale de forma más específica la inflamación, porque los macrófagos que se infiltran en la placa de ateroma desarrollan receptores de mannosa (MRs)".
En el estudio, ambos trazadores se compararon en modelos animales de aterosclerosis y, aunque la absorción de los dos fue similar, según los investigadores el marcador experimental demostró al menos el 25 por ciento más de eficacia por su localización de los MRs.
“Estamos muy contentos con nuestro ‘dulce’ hallazgo, pero se necesita más investigación y ensayos clínicos para confirmar esta ventaja que solo es potencial en este momento”, ratifica Narula. La glucosa es la principal fuentes de energía del organismo humano, por lo que siempre se ha utilizado el trazador basado en este compuesto para la identificación de la aterosclerosis con PET.
Sin embargo, “los macrófagos tiene un demanda metabólica elevada para los azúcares y son dependientes de fuentes exógenas de este compuesto y por esta razón los trazadores basados en azúcar son capaces de identificar los lugares inflamados o peligrosos”, ha puntualizado Fuster. La presencia abundante de macrófagos en la placa arterial es un marcador de un aumento de la inflamación. Y es precisamente la inflamación de los bordes de las arterias, muy rica es macrófagos, uno de los signos característicos de un mayor riesgo de infarto de miocardio e ictus.
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