Carlos Represas, director de Innovación y Expedientes Complejos en Promede; Daniel Arnanz, perito médico.
El
perito médico es el profesional que se encarga de asesorar al juez y valorar
una actuación médica, ya sea cuantificando una indemnización por un accidente, valorando una capacidad laboral o determinando un grado de discapacidad, entre otros aspectos. Sin embargo, se trata de una profesión poco reconocida, a pesar de su labor a la hora de "impartir justicia y sostener el
Sistema Nacional de Salud (SNS)".
"Los
peritos médicos deben ayudar en cuestiones tan importantes y diferentes como que las víctimas de un accidente con el mismo daño tengan
derecho a la misma indemnización; o colaborar en la sostenibilidad de los Servicios de Salud. Valorando cuando hay reclamaciones: en qué casos debe indemnizarse y la cuantía", asegura Daniel Arnanz, perito médico, en declaraciones a
Redacción Médica. "Con todo ello se puede aportar seguridad, imprescindible para evitar que las Consejerías de Sanidad de las Comunidades Autónomas se queden sin seguro de responsabilidad civil, creando un
marco de inseguridad jurídica para pacientes y para sanitarios", añade.
No obstante, uno de los grandes problemas que se sigue viendo es la
falta de formación del peritaje médico. Tal y como explica para este periódico,
Carlos Represas, director de Innovación y Expedientes Complejos en Promede, el perito médico debe conocer el
lenguaje jurídico del Derecho en el que informa y las consecuencias de sus conclusiones. Cada rama del Derecho tiene su propio lenguaje y los peritajes deben orientarse hacia esa rama del Derecho. Aunque la especialidad que lo engloba es la
Medicina Legal y Forense, sería conveniente que otros profesionales tuvieran conocimiento sobre ello.
Por ejemplo, sería interesante que aquellos que se dedican a la
Rehabilitación y la Traumatología tuvieran
nociones de peritaje médico de forma que sus informes (sobre todo los de accidentes de tráfico) dieran respuesta adecuada a las
necesidades de los pacientes para su valoración pericial, según resalta Arnanz: "En relación con la responsabilidad profesional sanitaria, todos los profesionales deberían tuvieran una buena base de conocimiento al respecto, en especial aquellas especialidades quirúrgicas, que por complicaciones pueden tener una tasa más alta de reclamaciones".
De hecho, cualquier especialista puede formarse en
peritaje médico como actividad complementaria y conocer conceptos del Derecho como la
pérdida de oportunidad, la incertidumbre causal, el daño desproporcionado, etc. No solo hay pocos profesionales interesados, sino que las opciones para aprender no son abundantes. Desde
Promede tienen cursos de peritaje oficiales en colaboración con la Universidad Camilo José Cela. "Incluso los médicos que formamos en esta materia se sienten más atraídos por la misma cuando se inician en la formación porque descubren una actividad muy completa, con una
gran amplitud de conocimientos, más allá de los que presumían", afirma.
Compatibilizar la labor pericial con la clínica
En esta misma línea, es importante entender que el
enfoque pericial es diferente al clínico y que el deber principal no es beneficiar al paciente y es crucial compatibilizar y diferenciar ambos trabajos. "A menudo es complicado
compatibilizar la labor pericial con la clínica, no por la realización de informes o exploración de pacientes, que es más flexible; sino por tener que
suspender una mañana entera de quirófano o consulta, para un juicio que además con cierta frecuencia puede suspenderse", señala Arnanz.
¿El interés de los profesionales sanitarios
está ligado a los bajos honorarios? Estos expertos no consideran que tenga relación directa, aunque sí que podría ser un incentivo también. "La situación no difiere sustancialmente de la acontecida en la sanidad privada: los honorarios de las compañías de seguros son ajustados, y para que te contraten como profesional privado, fuera de las compañías, con honorarios más elevados, hace falta
cierto bagaje y experiencia", apunta Arnanz. Por su parte, Represas comenta que los médicos que se dedican a esta actividad descubren "una profesión exigente, con necesidad de amplios conocimientos, con una parte menos agradable para ellos que son los
interrogatorios en sede judicial, pero que económicamente puede ser un buen modo de vida".
Otro aspecto que se detecta en torno a la
pericia médica son las creencias equivocadas que existen sobre ella. El director de Innovación de Promede explica que muchos clínicos se dan cuenta de que es "un mundo apasionante, que no esperaban". No tienen en mente lo que realmente es: "Una actividad que requiere estar muy actualizado,
ampliar conocimientos en otras disciplinas (derecho, filosofía, estadística, incluso física) y finalmente, interactuar con otros profesionales con muy diferentes enfoques y modos de interpretar las cuestiones médicas (abogados, aseguradoras, actuarios, jueces, etc)".
En esta misma línea, Arnanz apostilla que hay
estigmas en la sociedad como que el pensamiento de que ningún médico peritaría contra otro médico: "Es totalmente falso, pues hay peritos a diario que
peritan a favor de pacientes que reclaman (y tiene que ser así para que haya justicia, los pacientes tienen que poder defender sus derechos), como entre médicos que tienden a pensar que los contrarios siempre mienten, o mitifican que los peritos que defienden a pacientes
siempre cobran cantidades desorbitadas".
Consecuencias en el SNS
¿Cómo repercute la falta de conocimientos de peritaje médico? Represas lo tiene claro: la actividad pericial podría ser
útil en los procesos asistenciales. Según especifica, estos profesionales son conocedores de los errores, de la sensibilidad de los jueces, del mundo del derecho en materia sanitaria y de las inquietudes y miedos de los
pacientes ante el posible error asistencial: "Si fuésemos capaces de trasladar nuestra experiencia a la medicina asistencial, mejoraría la
relación médico-paciente, mejoraría la sensibilidad de los profesionales en materia de consentimiento informado, e incluso mejorarían algunos procesos de gestión".
Mientras que Arnanz reflexiona sobre la falta de conocimiento, no ya del peritaje médico, sino de los aspectos más básicos de la
responsabilidad profesional sanitaria: "Suponen, sin duda, incertidumbre a los profesionales y un aumento de las condenas por mala praxis médica. Una simple charla a un servicio de un hospital, explicando los casos más reclamados o la importancia de reseñar ciertas cuestiones en la historia clínica son a menudo muy bien recibidos por los compañeros y ayudan a
mejorar el servicio al paciente y a evitar futuras reclamaciones".
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