OMS: el mal uso de la dexametasona apunta a "multiplicador" del Covid-19

Hace unos días el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ingresaba en el hospital militar de Walter Reed tras haber dado positivo en Covid-19. Sin embargo, su estado evoluciona favorablemente y, precisamente, hace tan solo unas horas abandonaba el centro en coche, desde donde ha saludo a los seguidores que se acercaron hasta el hospital para transmitirle su apoyo.

Uno de los medicamentos que se le han suministrado, según ha transcendido, es la dexametasona, un fármaco que Michael Ryan, director ejecutivo de la Organización Munduial de la Salud (OMS), aseguraba el 17 de junio que debe utilizarse "únicamente para casos graves y críticos", ya que se trata de un antiinflamatorio muy potente que puede ayudar a la "multiplicación" del virus.

El propio Ryan subraya que este medicamento debe suministrarse únicamente bajo supervisión médica. "No es para casos leves, no tiene un efecto profiláctico, es un antiinflamatorio muy potente que puede recuperar a pacientes que están muy graves cuando sus pulmones y su sistema vascular están muy inflamados", aseguraba.

En estos casos, la dexametasona permite a los pacientes continuar recibiendo oxígeno a través de los pulmones durante un "periodo crítico", porque reduce la inflamación en un momento clave de la enfermedad. 

La dexametasona no combate al Covid-19

Sin embargo, desde la OMS se insiste en que la dexametasona no es un tratamiento ni para prevenir ni contra el Covid-19, sino que sencillamente actúa contra un síntoma que la enfermedad causa en algunos casos, como lo es la propia inflamación pulmonar.

La dexametasona se basa en esteroides, los cuales podrían replicar el virus. "Pueden hacer que el virus se divida y se replique en el cuerpo humano", según el director ejecutivo de la OMS. "Es extremadamente importante que este medicamento se utilice únicamente, en pacientes gravemente enfermos que puedan mejorar claramente utilizando este medicamento".