El australiano contaba con un anticuerpo conocido como Anti-D, capaz de combatir la enfermedad hemolítica
Según la leyenda, la
mano de Midas era capaz de convertir en
oro todo lo que tocaba. Por su parte,
James Harrisson, un ciudadano australiano, llegó a contar con un brazo que a través de
las propiedades de su sangre , fue capaz de salvar a 2,4 millones de bebés. Este paciente, que llegó a contar con un
plasma que poseía un
anticuerpo único usado para desarrollar una inyección que ayudó a combatir muertes al nacer y malformaciones durante el embarazo, ha muerto a los
88 años.
Su gesta fue tal que se le llegó a apodar desde el
Servicio de Sangre de la Cruz Roja Australiana como el hombre de brazo de oro, gracias al anticuerpo conocido como
Anti-D, capaz de combatir la
enfermedad hemolítica del recién nacido. Este escenario provocaba que la sangre de una mujer embarazada comienza a atacar a las células sanguíneas del feto. La enfermedad aparece en la situación en que la madre tiene
sangre Rh negativo, mientras que el feto cuenta con
sangre Rh positivo, heredada de su otro progenitor.
Stephen Cornelissen, director ejecutivo del organismo australiano, ha afirmado en un comunicado que Harrisson “fue una persona extraordinaria,
estoicamente amable y generosa, que se comprometió a dar durante toda su vida y conquistó los corazones de muchas personas en todo el mundo”. El australiano empezó su labor altruista de donar plasma en el año 1954, con solamente
18 años, y lo llegó a realizar cada dos semanas hasta que
llegó a los 81 años.
A lo largo de todos estos años combatiendo esta enfermedad, Harrisson llevó a evitar
innumerables muertes al nacer y potenciales malformaciones cerebrales que hubieran afectado la vida de una gran cantidad de personas. Todos estos esfuerzos tuvieron una recompensa personal, como fue el
Guinness World Records: en 2005 se convirtió en la persona que había
donado más plasma sanguíneo alrededor del mundo, con un total de
1.173 extracciones realizadas.
El testimono de la hija del donante de plasma
La hija del donante,
Tracey Mellowship, ha asegurado que, en sus últimos años, “estaba inmensamente orgulloso de convertirse en bisabuelo de dos hermosos nietos, Trey y Addison. Como
receptor de Anti-D, ha dejado atrás una familia que tal vez no habría existido sin sus preciosas donaciones”.
Además, la hija de Harrisson ha afirmado también que su
padre estaba muy orgulloso de haber salvado tantas vidas, sin ningún costo ni dolor. Le hacía feliz oír hablar de tantas familias como la nuestra, que existían gracias a su bondad”.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.