Lorena Martínez. Madrid
El Consejo General de Enfermería ha presentado un informe con el que alertan del peligro que las llamadas 'doulas', o también conocidas como falsas matronas, pueden llegar a acarrear serios problemas a la salud de la madre y al bebé a través de prácticas que van desde la ingesta de la placenta tras el parto a la prohibición de visitar a un facultativo durante la gestación. Unas acusaciones que Beatriz Fernández, presidenta de las Asociación Española de Doulas niega rotundamente. “No somos profesionales sanitarios y nuestra responsabilidad no es la salud de la mujer y su bebé”, explica, y aconseja en todo caso la atención de un especialista, tratándose de un “diálogo imprescindible” para la seguridad y tranquilidad de la embarazada.
Este “acompañamiento emocional” tiene un precio. Desde el CGE denuncian las altas cuotas de los servicios que en algunos casos alcanzan los 2.000 euros. Fernández explica a este respecto que la figura de la doula existe “desde la Antigua Grecia”, donde las esclavas prestaban compañía a la parturienta. “Obviamente nosotras no somos esclavas y cobramos el servicio”.
Reemplazar a la figura paterna
¿Qué hay de cierto en que las doulas alejáis a los padres de la natalidad? “Nada”, declara tajante esta educadora infantil que forma parte de la asociación desde sus inicios hace 4 años. “Es el sistema quien aleja a la figura paterna al limitar el número de personas presentes en el paritorio. Hacen elegir a la futura mamá y a veces es ella misma quien prefiere estar acompañada por la doula”.
Desde la AED conocen casos de doulas que asisten el parto sin presencia de un sanitario, pero, tal y como cuenta Fernández, “a menudo se trata de historias irreales que no pueden ser demostradas. Somos las primeras interesadas en descubrir estas situaciones y denunciarlas porque perjudican gravemente nuestra imagen”. No obstante, la responsable remarca en varias ocasiones que “una doula que ofrece asistencia al alumbramiento sin un profesional sanitario no es una doula sino una aprovechada”.
Con el fin de remediar esta situación, la agrupación reclama una regulación que unifique a todas las partes implicadas. “Es necesario establecer un plan real de atención a la maternidad sin que unos ataquen a otros” y solicitan la retirada y rectificación por parte del CGE, tras la publicación de “un documento basado en falsedades que atentan gravemente contra nuestro honor”, concluye Fernández, quien no descarta emprender acciones legales para defender la integridad de estas ‘acompañantes’, que, lejos de ser novatas, “constituyen una realidad desde hace mucho tiempo”.
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