Jesús Jordán, de CCOO; y Vicente Matas, del Sindicato Médico de Granada.
El acuerdo anunciado el 31 de julio entre el Gobierno y los agentes sociales en materia de
pensiones abrió la puerta a la consecución de la
jubilación parcial y la anticipada por coeficientes reductores en sanidad. Tras el parón veraniego de agosto, la rentrée política conlleva la reanudación de las conversaciones para que, más allá del papel, ambas reformas se materialicen. No obstante, las fuentes sindicales consultadas coinciden en que se trata de negociaciones “a dos velocidades”: la consecución de la jubilación parcial sanitaria se antoja más factible y cercana que la de la anticipada, para la cual es necesario mirar a largo plazo.
En julio, desde
CCOO se detalló que, en el
acuerdo sobre pensiones entre el Ejecutivo,
CEOE,
Cepyme,
UGT y la propia CCOO, se incluye una prórroga de la jubilación parcial hasta 2029 para evitar seguir acudiendo a prórrogas anuales. Además, se estableció un marco de
cotización progresiva hacia la modalidad general que empezará en el 40 por ciento en 2025 hasta alcanzar el 80 por ciento de la jornada cuatro años después.
“En septiembre deberíamos sentarnos con
Función Pública para cerrar el acuerdo y, luego, llevarlo al
Estatuto Marco”, explica a
Redacción Médica Jesús Jordán, responsable de Empleo de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO (FSS-CCOO). Precisamente los sindicatos siguen pendientes de que el Ministerio de Sanidad vuelva a citarlos para
retomar las conversaciones del Ámbito de Negociación, algo que, según el gabinete de
Mónica García, será “en breve”. “Si no nos llaman pronto, presionaremos nosotros. No podemos tener un documento medio cerrado y que no se finalice”, avanza Jordán.
Para el responsable de CCOO, lo complicado en cuanto a la jubilación sanitaria es poder incluir a los profesionales del sector entre los nuevos colectivos profesionales que podrán acogerse a coeficientes reductores por
penosidad, toxicidad o peligrosidad, entre otros factores, para retirarse anticipadamente.
En el acuerdo firmado en julio se establecen tres indicadores principales para justificar esos coeficientes reductores: incidencia de las
bajas laborales por contingencias comunes y profesionales, por género y grupo de edad; incidencia de sucesos graves que conllevan fallecimientos y reconocimientos de
incapacidades permanentes; y duración media de los procesos.
“En este caso el procedimiento es muy largo. Hay que reunirse con los grupos de trabajo de cada colectivo profesional y estudiar los tipos de toxicidades y de penosidad que tiene cada uno”, explica Jordán. “Eso está muy lejos de conseguirse, si es que al final se aprueba”, coincide
Vicente Matas, médico jubilado y coordinador del Centro de Estudios del
Sindicato Médico de Granada. En cualquier caso, el responsable de CCOO lo tiene claro: “Que seamos conscientes de que estamos ante negociaciones a dos velocidades no significa que vayamos a renunciar a la jubilación anticipada del personal estatutario. Nuestra hoja de ruta es firme”.
Jubilación anticipada en sanidad: cambios necesarios
Actualmente, desde la última reforma del sistema de pensiones con sello del ministro
José Luis Escrivá, a la jubilación anticipada voluntaria, a la que sólo se puede acceder dos años antes de la edad legal, se le aplican recortes sobre la cuantía de la pensión en lugar de sobre la base reguladora de la pensión como se hacía antes. Ello conlleva un mayor recorte de la pensión porque, en rentas altas como la de los médicos, la base reguladora es superior a la prestación, que está topada.
De acuerdo a Jordán, en el caso de los
trabajadores estatutarios, la penalización en la pensión por cada año de jubilación anticipada se encuentra en torno al 8 por ciento. “Dependiendo del tiempo que tengas de cotización, te pueden llegar a quitar hasta un 21 por ciento", añade antes de resaltar que ese hándicap es el que ha contribuido a que los retiros tempranos en sanidad hayan sido muy pocos en los últimos años.
“No hay datos, pero, sin duda, esa circunstancia está afectando, y cada año más, pues se están incrementando las
penalizaciones sobre la pensión máxima de 3.175 euros al mes, que es la que les suele corresponder a la inmensa mayoría de los médicos, y no sólo sobre la inicial”, aclara Matas. Según los datos publicados por el
Ministerio de Seguridad Social la semana pasada, el endurecimiento de las penalizaciones ha provocado una caída del 40 al 28 por ciento de las jubilaciones prematuras.
En ese contexto, el espejo en el que ha de mirarse la sanidad para acceder a los coeficientes reductores es, según Jordán, el de colectivos que ya gozan de esa posibilidad como el
policial. “En esos casos, la penalización es sólo de un 0,2 por ciento por año anticipado”, indica.
El responsable sindical añade que, además, esa aplicación de coeficientes conlleva una “sobrecotización” por parte tanto del empleador como del empleado para sufragar el futuro
gasto en pensiones del Estado. Es decir, que esas jubilaciones anticipadas no suponen, en la práctica, un coste adicional en la mochila de pensiones nacional.
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