Cartel de la sede de Muface en Madrid.
La incertidumbre todavía sigue en
Muface. Asisa y Adeslas han sido las dos únicas compañías que se han presentado al tercer intento por ‘salvar’ la asistencia sanitaria de privada de
Muface. DKV, por su parte, se descolgó de la puja del concierto horas antes de que el plazo de presentaciones de ofertas se cerrase. Es así como la mutualidad ha llegado a un nuevo escenario en medio de su crisis sin precedentes. Ahora, a pesar de que el modelo privado apunta a salvarse,
los mutualistas y los beneficiarios de DKV, que suman a más de 200.000 personas, podrán ser enviados por la propia Muface al
INSS (servicios autonómicos de salud). “Están jugando con nosotros, especialmente con los más mayores”, deslizan desde el sector del mutualismo.
La novedad llegó esta misma semana. Ante las dudas suscitadas por
la salida de DKV, que fue junto a Adeslas y a Asisa una de las opciones de sanidad privada durante el último concierto en vigor de la mutualidad (de 2022 a 2024), la
Dirección General de Muface envió un comunicado a los mutualistas este lunes.
A través de un correo electrónico, al que tuvo acceso
Redacción Médica, el modelo explicaba los
nuevos pasos a seguir. Si los funcionarios y sus allegados querían irse a otra compañía, podrían hacerlo, al igual que traspasar su historial a la sanidad pública. Todo ello, además, durante el
periodo extraordinario de permutas, que tendrá lugar una vez se firme el nuevo convenio, y que podrá realizarse durante un mes. Pero con un matiz: si no se hace ningún cambio,
Muface de oficio tendrá la potestad de enviar al mutualista al INSS.
El mutualismo valora la medida para irse a la pública
“Es una trampa”. Así lo califica Mar Ordieres (Madrid, 64 años). Esta funcionaria, ya jubilada, ha vivido muy de cerca la crisis sin precedentes del modelo. “Con este movimiento,
el Gobierno se está preparando para movernos a todos a la sanidad pública”, incide en conversación con este periódico.
Su opinión la comparte Natalia Rodríguez (Cádiz, 46 años). Esta mutualista pertenece al grupo de funcionarios de prisiones. De hecho, desde el primer momento, al otro lado de la línea recalca que “su trabajo necesita de
la asistencia sanitaria privada de Muface”. Un hecho que le llevó a adscribirse al modelo de las compañías hace unas décadas, cuando se sacó la plaza.
Ahora Rodríguez se enfrenta, como
más de 200.000 adscritos, a una decisión clave. O irse a otra entidad o derivar su historial clínico a la sanidad pública. Este último paso, desvela, no se lo plantea por “las
grandes listas de espera y el colapso” del INSS. “El Gobierno
va a perjudicar a mucha gente mayor. Muchos no entienden de trámites ni de gestión digital. Va a ser gravísimo y va a causar muchísimos problemas”, apunta.
Ella es una de las mutualistas residentes en Andalucía, una de las
cinco comunidades autónomas que van a sufrir el ‘golpe’ de la salida de DKV. De hecho, entre este territorio, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Castilla y León y Aragón, engloban al
75 por ciento del mutualismo de la compañía, según las últimas cifras publicadas por la Dirección General de Muface.
María Monteseguro (Soria, 43 años) conoce esta situación. Esta docente -como
más del 60 por ciento del mutualismo- reside en su ciudad natal. Hace 14 años que pertenece a la cartera de mutualistas de Muface. Dos desde que se cambió a DKV. Ahora, cuenta, irá a otra compañía aseguradora que se ajuste a sus necesidades asistenciales.
“
El plazo para las permutas debería ampliarse. Hay mucha gente, especialmente mayor, que no va a saber hacer los trámites. Además, muchos necesitaremos más tiempo para decidir”, explica a
Redacción Médica.
Lo cierto es que la medida no ha sentado bien entre el mutualismo. Las
quejas han sido más que latentes entre los grupos de WhatsApp y las redes sociales, donde los funcionarios han expresado su malestar.
Muface se enfrenta a su futuro
Más allá de ello, mientras el mutualismo de DKV toma la decisión, todos ellos, al igual que los que en este momento se encuentran adscritos a Asisa o a Adeslas (que todo apunta a que seguirán en Muface), tendrán su
asistencia sanitaria garantizada. Así lo dicta la
orden de prórroga del concierto sanitario, publicada a finales de diciembre por el Gobierno y modificada a mediados de enero. De hecho, las entidades del último contrato (
Asisa, Adeslas y DKV) tendrán que prestar sus servicios hasta que se renueve la firma, esta vez sin una de ellas.
Para ese momento aún quedan
varias fases. La evaluación técnica y económica de las aseguradoras; la propuesta de adjudicación; y la firma del nuevo convenio. Tres pasos claves para que Muface, tras cinco meses de crisis, salga adelante.
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