Ser mujer en el sector de la salud sale caro, ya que ellas cobran un 31 por ciento menos que los hombres

CCOO demuestra que en cinco años, la brecha salarial en sanidad solo se ha reducido un 6%
Humberto Muñoz, secretario general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO.


14 feb. 2025 13:40H
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El sector sanitario y de servicios sociales sigue registrando una de las mayores brechas salariales de género en España. Según un informe publicado por el Gabinete Económico de CCOO y la Secretaría Confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo, en 2019 la diferencia de sueldos entre hombres y mujeres en las actividades sociosanitarias era del 37 por ciento, mientras que en 2022 se situó en el 31 por ciento. Esto supone una reducción de solo seis puntos porcentuales en cinco años, una caída insuficiente para cerrar la brecha de manera efectiva en el corto plazo. Entre los principales factores que afectan a las mujeres, el informe destaca la dificultad para ellas de acceder a puestos de altos cargos, donde aumenta la disparidad en las retribuciones.

Junto a actividades como las administrativas, profesionales, científicas y técnicas, el comercio y las actividades administrativas e inmobiliarias, la sanidad se mantiene como una de las ramas de actividad con una brecha salarial de género en torno al 30 por ciento. Esta disparidad está directamente relacionada con la brecha laboral existente en términos de jornada y el difícil acceso para las mujeres a los puestos directivos sanitarios, por causas como el cuidado de familiares.


Altos cargos, 'culpables' de la brecha salarial sanitaria


Tal y como explica CCOO, uno de los principales factores que explica la brecha en sanidad es la estructura de los complementos salariales. En el conjunto de la economía, estos representan el 39,2 por ciento de la diferencia de sueldos entre hombres y mujeres. En sectores como el sanitario, donde la presencia femenina es mayoritaria, los complementos se otorgan con criterios discrecionales que favorecen a los hombres, especialmente en los puestos directivos.

Además, según detalla el informe de CCOO, en muchas ocasiones estos complementos retribuyen aspectos “masculinizados” del trabajo, como el esfuerzo físico, la penosidad, la nocturnidad o la disponibilidad horaria (factores que afectan especialmente a ellas, sobre todo a aquellas que son madres), mientras que no se valora en la misma medida el trabajo de cuidados o la atención al paciente, ámbitos donde predominan las mujeres.


Las mujeres sanitarias y los cuidados familiares


Otro elemento clave es la parcialidad. Las mujeres suponen el 75 por ciento de la población asalariada con jornada parcial y solo el 44 por ciento de la asalariada a jornada completa. En la sanidad, esta situación es especialmente evidente en la atención sociosanitaria, donde la falta de conciliación y la alta carga asistencial llevan a muchas profesionales a reducir su jornada en muchos casos, al favor del cuidado de personas (como niños, personas enfermas, discapacitados o mayores) y otras obligaciones familiares o personales. Según los datos de CCOO, si las mujeres trabajaran a jornada completa en la misma proporción que los hombres, la brecha salarial, a nivel general, se reduciría en un 64 por ciento.

La desigualdad en la distribución de los cuidados sigue afectando a la carrera profesional de las mujeres en sanidad. En 2023, la tasa de actividad femenina fue del 54 por ciento, frente al 64 por ciento de los hombres. Esta diferencia se debe en gran medida a que 1,9 millones de mujeres en España no buscan empleo por responsabilidades de cuidado, frente a solo 352.000 hombres. Esta realidad impacta directamente en la trayectoria laboral de las profesionales, entre ellas las sanitarias, limitando sus oportunidades de ascenso a altos cargos en el sector.
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