Javier Leo / Imagen: Adrián Conde. Madrid
El director del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Antonio L. Andreu, ha afirmado este martes que uno de los principales frenos al avance de la investigación sanitaria en España es la falta de flexibilidad en el acceso a los fondos de I+D, motivado por las restricciones impuestas por la Ley de Estabilidad Presupuestaria elaborada por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.
De izquierda a derecha: Juan Rodés, patrono de la Fundación Pfizer y moderador del Foro; Antonio L. Andreu, director del Instituto de Salud Carlos III; Raimundo Pérez-Hernández y Torra, director de la Fundación Ramón Areces; y Juan Álvarez, director médico de Pfizer y patrono de la Fundación Pfizer. |
Según el director del ISCIII, este “gazpacho de cambios” orientado a reducir el endeudamiento presenta un escenario “tremendamente complicado” para la investigación sanitaria pública, que ve cómo los criterios de esta normativa impiden al ISCIII, al igual que ya ha sucedido con la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), colaborar y establecer convenios con las comunidades que no cumplen sus objetivos de déficit.
Andreu no ha concretado en cifras el impacto de esta Ley en la investigación sanitaria española, aunque ha comentado que “el grave problema del sistema científico español no es el presente, es el futuro (…) cuando los gestores e investigadores que estamos ahora dejemos nuestra actividad, no habrá nadie a quien entregar el testigo”. Durante su intervención en la jornada ‘Investigar en épocas de crisis’, organizada por el ISCIII, la Fundación Pfizer y la Fundación Pfizer, Andreu ha destacado la necesidad de “hacer todo lo posible” para evitar este escenario “priorizando el talento de los investigadores jóvenes”.
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Éste será uno de los pilares de la nueva Acción Estratégica de Salud (AES) 2013-2016, que se publicará en el Boletín Oficial del Estado (BOE) en las próximas dos semanas, según ha avanzado el director del ISCIII. Entre las características del nuevo programa, Andreu ha subrayado que supone un “hito histórico para la ciencia en España” que, por primera vez, “se alinee la hoja de ruta de I+D española con la europea” contemplada en el programa Horizonte 2020.
En este sentido, tanto la estrategia española como la comunitaria se basan en tres principios: la excelencia en la gestión del conocimiento (investigación competitiva); la mejora de la capacidad de transmitir ese conocimiento al mercado (investigación traslacional); y la resolución de los problemas de la población con el conocimiento aplicado (investigación orientada).
De izquierda a derecha: Alfonso Moreno, presidente del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud; Germán Rodríguez, director de seguimiento, Sistemas y Procesos del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI); y Joaquín Arenas, exdirector del Instituto de Salud Carlos III. |
Investigación cooperativa con un “fuerte carácter” traslacional
A estos tres puntos, España añade en la AES un cuarto: el fortalecimiento del talento joven y la creación de empleo, “condicionados por la situación económica actual”, ha apuntado Andreu. “Nuestra idea con esta acción estratégica es implementar una investigación cooperativa con un fuerte carácter traslacional”, ha aseverado. De no ser así, “España corre el riesgo de ser sumergida por países emergentes como Indonesia o Brasil”, ha indicado el director del ISCIII, quien ha cerrado su intervención mencionando que “científicos y profesionales sanitarios son las profesiones que mayor confianza generan en la población (…) debemos trabajar duro para no defraudarles”.
De izquierda a derecha: Carlos López-Otín, catedrático de Bioquímica y Biología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo; Emilio Moraleda, patrono fundador de la Fundación Pfizer; y Jesús Cubero, director general de la Fundación Investigación Puerta de Hierro. |
Imagen del auditorio de la Fundación Ramón Areces donde se ha celebrado la jornada. |