Gustavo Abad, uno de los mutualistas de Muface en el extranjero.
La crisis de
Muface ha traspasado el océano. Y todas las fronteras. Son
8.000 los mutualistas que, desde hace dos meses, viven en vilo por lo que ocurrirá con su sanidad. Y todos distribuidos por todo el mundo. "
¿Nos quedaremos desamparados a partir de enero? ¿Nos dará alguna solución el Gobierno?". Son algunas de las preguntas que se hace Gustavo Abad Fernández (Almería, 47 años) desde Maryland (EEUU). Hace apenas unos meses que está trabajando como profesor visitante en este estado, y tan solo unas semanas desde que ha dejado solucionado todo su papeleo administrativo para asegurar su sanidad y la de su familia -mujer y dos hijos, ambos menores de edad-. Él forma parte de los
1.917 funcionarios españoles afiliados a Muface en Estados Unidos, el país con mayor tasa de mutualistas en el extranjero (un 23,96 por ciento). "Estamos aquí tirados, desamparados, y enterándonos de todo por la prensa", explica Abad.
"Nos vamos a quedar sin asistencia sanitaria y sin soluciones", insiste este docente. Cuenta que, desde principios de octubre, cuando el Gobierno les propuso a las aseguradoras un aumento de la prima del 14 por ciento para el siguiente sanitario y éstas lo rechazaron, vive, junto al resto de mutualistas del país, en vilo. Hace casi dos meses de aquello, y desde entonces
la crisis que gira en torno a Muface se ha acentuado. Una consulta preliminar dirigida a las aseguradoras, un informe de Sanidad en el que se planteaba la muerte de la mutualidad o la posibilidad de implantar una prórroga son algunas de las últimas noticias que Abad conoce sobre el concierto sanitario. "De todo nos hemos tenido que enterar por los medios de comunicación porque el Gobierno y el Ministerio apenas nos dan información.
Solo nos dicen que vamos a tener la asistencia sanitaria garantizada, pero no explican cómo", relata.
DKV, la única aseguradora de Muface en el extranjero
Los mutualistas que se encuentran trabajando en al extranjero solo tienen una opcion para su asistencia sanitaria.
DKV,
una de las aseguradoras más longevas en el modelo, es la que se encarga de la gestión de su sanidad. "Ni siquiera tenemos una oficina. Todo se gestiona a través de una compañía subcontratada, GMMI, que es la que se encarga de todo", explica Abad. El docente cuenta que recibió la carta de despedida de DKV tras su rechazo a la primera licitación con "auténtico miedo". "¿Qué pasa con mi familia? ¿Qué pasa con los miles de funcionarios que estamos fuera de España? Esa carta solo nos transmitió aún más incertidumbre. No tenemos nada asegurado", comenta por teléfono desde Maryland.
"
En Estados Unidos los precios de la sanidad son desorbitados. Si me llegan a haber dicho hace meses todo lo que iba a pasar con Muface, que me iba a quedar sin seguro médico, no me hubiese planteado venir. Es insostenible", subraya. Además, lanza otra cuestión al aire: "¿Por qué se ha dejado la negociación hasta el final? Apenas queda un mes".
La prórroga, vista por los mutualistas fuera de España
En las últimas semanas, después de que la
Dirección General de Muface pusiese el foco sobre ello en una reunión de carácter urgente del Consejo de la mutualidad, se ha comenzado a hablar de la prórroga en la que puede acogerse el Gobierno. Con esta herramienta jurídica, el Ejecutivo podría obligar a las aseguradoras a seguir dotando de asistencia sanitaria a las 1,53 millones de personas (entre titulares y beneficiarios) adscritas al concierto. "La prórroga solo va a ser un parche. No veo un gran interés por parte del Gobierno en seguir con Muface", dice Gustavo Abad. La opinión, cuenta, es compartida entre los funcionarios españoles trasladados al extranjero.
Sin embargo, cabe la posibilidad de que la prórroga no salga adelante. Como ya adelantó
Redacción Médica,
puede haber dos lecturas distintas de la
Ley de Contratos del Sector Público, a la que pertenece esta herramienta. En una de ellas, si el Gobierno presenta una nueva licitación con una antelación de 15 días antes de la finalización del concierto, que acaba este 31 de diciembre, las aseguradoras tendrán que seguir dotando de sus servicios a Muface durante un máximo de nueve meses.
El otro caso, que puede acabar siendo un galimatías jurídico, puede pasar si, para entonces, no hay una nueva licitación. En ese caso, al haberse presentado la primera licitación con una antelación menor a tres meses [fue a mediados de octubre, con el 17,2 por ciento que rechazaron Asisa, Adeslas y DKV cuando dejaron desierto el proceso], las aseguradoras podrían recurrir la prórroga y acabar en los tribunales con el Gobierno.
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