27 oct. 2014 16:33H
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Redacción. Madrid
El envejecimiento activo es uno de los grandes retos para una sociedad que ve cómo paulatinamente se sigue aumentando la esperanza de vida de sus ciudadanos. Pero para que haya un buen envejecimiento, debe también preservarse la salud del paciente crónico, que tanta incidencia tiene en la sanidad de países como España. La prevención es clave porque quienes padecen alguna patología crónica cuenta con un sistema inmune debilitado que, tarde o temprano, pasará ‘factura’.
De ahí que varios expertos hayan recordado la importancia que tienen las vacunas, también para los mayores frente a la creencia “equivocada” de que son solo los niños los que tienen que vacunarse. “Hay que recordar que las personas mayores deben mantener actualizada su cartilla de vacunación para protegerse frente a enfermedades infecciosas propias de la edad adulta. Al contar con un sistema inmunitario debilitado, bien fruto de la inmunosenescencia o a causa de su patología de base, se trata de una población con mayor riesgo de contraer enfermedades infecciosas evitables”, ha explicado Pilar Arrazola, responsable del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.
Y es que los crónicos están considerados como un grupo poblacional ‘prioritario’ en materia de prevención al contar con un sistema inmunitario debilitado. “El paciente crónico se caracteriza por la fragilidad y la pluripatología. Por ello, la prevención es especialmente importante en las personas que sufren procesos crónicos con edad avanzada”, ha explicado Ángel Gil de Miguel, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Rey Juan Carlos.
Vacuna pionera
En este sentido, Gil de Miguel ha subrayado que en estos enfermos crónicos, el riesgo de contraer enfermedades infecciosas “se multiplica”. Por eso, ha abogado por evitarlas al máximo, como ocurre en el caso del herpes zóster, que afecta a una de cada cuatro personas y para la que ya está disponible en España la primera y única vacuna para prevenir esta patología y su principal complicación, la neuralgia postherpética.
Entre los colectivos que más tienen asociado un aumento del riesgo frente al herpes zóster están los enfermos con diabetes mellitus o los trasplantados de médula ósea. De hecho, el Grupo de Vacunas de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) recomienda la vacunación sistemática de todos los adultos mayores de 60 años frente a la gripe, neumococo, difteria, tétanos, tosferina, así como herpes zóster y su principal complicación, la neuralgia postherpética. La irrupción de la nueva vacuna “supone una excelente noticia”, según ha afirmado Gil, “ya que los tratamientos actuales no son totalmente satisfactorios, ni efectivos, ni eficientes”.
La SEGG aconseja especialmente la protección a pacientes con diabetes mellitus (tipo I o II); con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) avanzada en tratamiento con corticoides inhalados; con insuficiencia cardiaca crónica; a las personas inmunocompetentes en las que está previsto un periodo de inmunosupresión programado o posible en un futuro; a aquellos con enfermedad crónica no incluidos en los grupos anteriores; a los que se vayan a someter a una cirugía mayor programada; y a aquellos con depresión mayor.
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