¿Está equilibrada la atención que los grupos parlamentarios prestan al ámbito sanitario y al social?
Conxita Tarruella, portavoz de Sanidad de CiU en el Congreso: El peso de ambos ámbitos es muy importantes. Hay muchas propuestas en esta legislatura por parte de todos los grupos. Tener una Comisión conjunta nos lleva a que, al regirnos por cupos, tengas que discernir de qué ámbito son tus proposiciones en cada sesión. Yo creo que por el peso que tienen ambos ámbitos, no hay bastante equilibrio. Debería haber dos Comisiones al mes para dedicar una íntegramente a sanidad y la otra a servicios sociales, o bien darnos más cupos para que en todas las sesiones pudiésemos presentar proposiciones de los dos ámbitos. Y no hay que olvidar que también está el área de consumo. Cuesta decir qué pesa más porque todo es importante y todo preocupa.
Caridad García, portavoz adjunta de Izquierda Plural en el Congreso: Estoy de acuerdo con Conxita. Yo creo que no hay equilibrio. O pesa una cuestión, o pesa la otra. En esta legislatura estamos comprobando que la mayoría de las cuestiones están muy relacionadas con la sanidad. Los problemas en este ámbito han sido muy graves. En los servicios sociales la situación también es preocupante debido a lo que está sucediendo con la Ley de Dependencia. Es absolutamente necesario que haya más Comisiones o que el propio Ministerio comprenda que tiene demasiado peso. De consumo, sinceramente, ni hablamos.
¿Hay equlibrio en la atención prestada en las dos Cámaras? |
Jesús Aguirre, portavoz de Sanidad del Grupo Popular en el Senado: Discrepo. Hablar de sanidad y servicios sociales es hablar en la dicotomía del pasado. Estamos hablando de atención sociosanitaria, con una cartera única de servicios sociosanitarios. Un espacio único. No se trata de coordinar, porque entonces hablamos de dos espacios. Da lo mismo que se hable de sanidad que de servicios sociales, porque es lo mismo. Tenemos que hablar de un solo espacio sociosanitario. Si hay muchas proposiciones no de ley, mociones o preguntas parlamentarias, tendrá que reunirse más la Comisión, pero independientemente, tenemos que ir transmitiendo que es un único espacio. Esto lo tiene muy claro el Ministerio y la mayoría de comunidades autónomas. Hay una única línea de trabajo.
Guadalupe Martín, portavoz adjunta del Grupo Socialista en el Congreso: Creo Jesús, que te quedas solo. Yo veo dos sistemas bien diferenciados: el Sistema Nacional de Salud y el sistema nacional de servicios sociales. En algunos puntos convergen, pero no coinciden plenamente. Además, hay que ver la evolución histórica de cada uno de los sistemas, cómo se han ido desarrollando en las comunidades autónomas, los puntos en los que coinciden. Soy médico pero he trabajado los últimos años en servicios sociales, por lo que soy consciente de cómo lo perciben los ciudadanos. Para ellos, el SNS es un derecho irrenunciable, pero no todos ven el sistema de servicios sociales como un derecho consolidado, y eso es una batalla que todavía tenemos pendiente. Ahora, con el desarrollo de la Ley de Dependencia, no todos los usuarios son benefactores, pero sí todos somos usuarios del SNS. Cuando hablamos de un espacio único, siempre el grande engulle al pequeño. Independientemente de que se fusionen en una consejería, los distintos departamentos de esta siguen gestionándolos como organismos autónomos, y esto se traslada también al Congreso. Si no estamos pendientes de darle el cupo correspondiente a los servicios sociales, siempre se quedan en un segundo plano, siempre tienen todas las de perder, porque es un sistema menos consolidado y más débil. Las diferencias entre infraestructuas y carteras de servicios de ambos ámbitos son un abismo, sin olvidar a los profesionales, hay de primera y de segunda. El desequilibrio es de lo más patente.
Con respecto a la coordinación sociosanitaria, me temo que debajo de ese debate hay otras consideraciones, pero no se trata de sistemas en situación de igualdad, eso lo vemos en el día a día.
Jesús Aguirre: No quería dirigir el debate por ahí. Yo intento introducir el concepto de hacia dónde vamos. Como parlamentarios, tenemos que ser el reflejo de la sociedad. Actualmente tenemos cambios epidemiológicos importantísimos. El tema crónico supone ya el 80 por ciento del presupuesto del SNS, estamos hablando de enfermedades neurodegenerativas, pacientes polimedicados, aumento de esperanza de vida… ¿Hasta qué punto una PNL referente a alzheimer o crónicos es social o sanitaria? El concepto es hacia dónde vamos. Teniendo en cuenta esos cambios demográficos, ¿cómo se considera al paciente, sanitario o social? Hay que atender al paciente de una forma piramidal, sin escalón asistencial, y sumando conceptos. Es atención, no coordinación. Son conceptos que hay que cambiar. Si el paciente hoy está “aquí” es agudo, mañana está “allí” y es crónico… El paciente es solo uno y todo tiene que confluir en su beneficio.
Guadalupe Martín: Jesús, tú hablas del ciudadano como paciente. Yo hablo de ciudadano con derecho sanitario y con derecho a atención social. No todos los pacientes crónicos y los enfermos de alzheimer necesitan atención social. Uno puede estar polimedicado y necesitar rehabilitación, pero nos resulta más rentable que esté una residencia temporalmente y así pase al espacio social. Pero el paciente tiene que recibir la atención hospitalaria, la del espacio sanitario. El sistema social es más barato, más rentable, y desde luego, hasta ahora, más eficiente. La estancia hospitalaria es más cara que una plaza residencial.
El impacto del 16/2012 en el debate parlamentario. |
Guadalupe Martín, portavoz adjunta del Grupo Socialista en el Congreso; Jesús Aguirre, portavoz de Sanidad del Grupo Popular |
Han comentado que se esfuerzan por trasladar a las Cámaras la preocupación ciudadana. No sé si han notado que el Real Decreto 16/2012 ha sido un punto de inflexión. Y si es así, en qué medida lo ha sido…
Caridad García: Para nosotros (Izquierda Plural) sí ha sido un punto de inflexión porque se ha modificado, a peor, el sistema sanitario. Con él, retrocedemos en el tiempo. La preocupación se ha manifestado en los propios ámbitos sanitarios, no muy proclives a denunciar sus problemas. El lema “la sanidad no se vende, se defiende” es el reflejo de lo que ha causado en la sociedad esta reforma sanitaria.
Conxita Tarruella: A raíz del decreto han salido muchísimas propuestas que los ciudadanos nos mandan a los grupos parlamentarios y que han generado un gran debate en el Congreso. Con los copagos farmacéuticos y hospitalario ha habido preocupación, también con los dietoterapéuticos, los transportes… Esto ha generado mucho debate. Cada grupo con su ideología ha demandado debatir estas preocupaciones. Pero finalmente no nos da tiempo a tratar todas las cuestiones que nos gustarían. La Comisión de Sanidad y Servicios Sociales es tan amplia que al final da poco juego y es injusto para los grupos más pequeños. A veces llegamos un poco desfasados con respecto a la actualidad, porque tenemos que priorizar las proposiciones y algunas se van quedando en el tintero.
Jesús Aguirre: El antes y el después del RD 16/2012 se traduce en que había habido un parón legislativo importante. Encontramos la sanidad en un estado lamentable, y había que coger el toro por los cuernos, con un real decreto que garantizase la sostenibilidad del SNS. Se ha puesto freno al turismo sanitario, se ha aglutinado la cartera básica de servicios, y se ha redefinido la suplementaria para que no haya disparidad de criterios entre comunidades autónomas.
En la Comisión del Senado, según las cuestiones que llegan, se decide si entran o no. Muchas veces se decide según la sensibilidad social del momento.
Las cuestiones que se están quedando relegadas. |
Guadalupe Martín: Los ciudadanos saben, por primera vez, las cifras de un decreto. Se lo sabe todo el mundo. Hasta dónde ha sido impactante este decreto se demuestra en que antes, el abordaje de la salud no era una preocupación para los ciudadanos, y ahora lo es. El sistema ha experimentado un cambio importante, hemos pasado de uno universal a otro de aseguramiento, provocando que muchos ciudadanos se queden fuera, y no solo inmigrantes.
Jesús Aguirre: Por favor, eso se cambió...
Guadalupe Martín: El 16/2012 supone un repago en distintos servicios. Pero en una cosa lo habéis hecho bien, que los que están en el paro, no tengan que pagar por los medicamentos.
Sobre el gasto en recetas expedidas a ciudadanos de otros países, esto se podría haber solventado perfectamente con un seguimiento del gasto habitual de cada uno de los cupos. Pero ahora tenemos a ciudadanos expulsados del SNS y hemos empezado a utilizar en los debates el concepto de ‘exclusión sanitaria’, que antes no se utilizaba. Esto es muy grave. Ahora el ciudadano vuelve a tener esa preocupación de ‘que no nos caiga una enfermedad encima’.
Caridad García: Si hiciésemos ahora un listado, necesitaríamos varios folios. Lo decía Conxita: los ciudadanos cada vez te demandan más cosas porque sienten una gran preocupación por lo que está pasando. Hay inquietud sobre la Ley de la Dependencia, no solo sobre asistencia sanitaria sino también desde el ámbito de las prestaciones sociales. Los medicamentos y sus precios también preocupan mucho. Cuatro euros de copago en una pensión de cuatrocientos y pico, son muchos euros. El ciudadano quiere saber qué está pasando en el ámbito del Estado, qué políticas se van a aplicar en los dos campos. En la demanda social, es notable la preocupación sobre el pago de productos y transporte. Son cuestiones que no se han debatido con la suficiente profundidad, porque no hemos tenido oportunidad de hacerlo. Si en el Senado no existen los cupos, ‘chapeau’ con el Senado, pero finalmente donde se determinan las leyes es el Congreso, y por lo tanto es desde allí donde tiene que quedar claro a qué situaciones se tendrán que enfrentar los ciudadanos. La dependencia y la discapacidad generan mucha inquietud, pero no tenemos tiempo material para tratarlo en profundidad. Y esto es muy penoso decirlo, muy penoso.
Conxita Tarruella: Antes del RD 16/2012, se debatían temas de mucha preocupación y actualidad. A partir de él, ha acaparado un tanto por ciento muy importante de proposiciones no de ley. Los copagos son injustos, se ha gravado la enfermedad, un mileurista paga lo mismo que uno que cobra 99.999 euros. En la farmacia que hay al lado de mi casa, me cuentan que la gente está muy preocupada y que les cuesta comprar los medicamentos. A mucha gente se le suma ese copago con el de los productos sanitarios. Esto genera preguntas. Por otro lado, en la Comisión de Políticas Integrales de la Discapacidad, estamos llevando algunos temas sin haber contado aún con la comparecencia de la ministra Ana Mato ni del secretario de Estado.
Cómo reimpulsar la atención a las políticas sociales. |
¿Qué fórmula plantearían para reimpulsar la atención a los servicios sociales en las dos Cámaras?
Guadalupe Martín: Dado ese desequilibrio, que sí percibo, sería necesario establecer temas concretos. No sé si Comisiones monográficas, pero sí la posibilidad de introducir más cuestiones de este tipo. También se podrían plantear Subcomisiones, pero todos tenemos la experiencia de ver en qué resultan finalmente. La última creada en el ámbito de nuestra Comisión de Sanidad y Servicios Sociales solo se ha dedicado a aspectos sanitarios.
Jesús Aguirre: Nunca he estado muy de acuerdo con el sistema de cupos. La realidad sanitaria y social es la que tiene que marcar la agenda de la propia Comisión. El día a día dirá qué ponencia se va a crear. Es cuestión de que la sensibilidad de los políticos esté acorde con la población y no perdamos el nexo con ella.
Conxita Tarruella: El reglamento del Congreso se rige por cupos, y a ellos podrían renunciar los partidos del Gobierno, algo que no pasa en esta legislatura, sino que ponen PNL sobre actos y eventos. Habría que dar más juego a los grupos pequeños, por lo menos para que tuviésemos dos proposiciones de ley en cada Comisión, una de cada ámbito. Hay que buscar más equilibrio en los temas.
Caridad García: Yo apuesto por dos Comisiones que nos permitan a los grupos poder llevar proposiciones de los dos ámbitos. Sería un paso muy importante de voluntad política. Aumentar el cupo nos vendría también muy bien para el debate parlamentario. Hoy día hay mucho sufrimiento en la ciudadanía y muchas carencias, los diputados y diputadas tenemos la obligación de atender esas carencias en todos los campos y quien gobierna debe poner los medios para acabar con las mismas.