Las prestaciones en especie crecen un 11% en sanidad.
El desembolso económico para hacer frente al
gasto sanitario se incrementó en 2020 hasta representar el
10,1 por ciento de la renta media de los hogares españoles. Los cálculos realizados por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (
Fedea) han revelado un salto en este indicador de
1,4 puntos en comparación con el balance del año anterior, tras cruzar los datos de los presupuestos de todas las comunidades autónomas con la evolución de la crisis en el país.
El informe del
Observatorio sobre el Reparto de Impuestos y Prestaciones ha atribuido este fuerte incremento a dos motivos principales. En primer lugar, por un aumento generalizado en el
gasto en los servicios de salud durante ese año. Mientras que, por otro lado, la ecuación también se ha visto condicionada por la
reducción de la renta bruta de las familias que provocó el estancamiento de la economía en plena emergencia internacional.
Los expertos económicos han calculado que el gasto sanitario creció durante 2019 y 2020 en todos los sectores de la población, aunque su impacto en las cuentas de las familias dista mucho en función de su nivel de poder adquisitivo. Mientras que
para los hogares con menos recursos la inversión en sanidad representa cerca del 38,7 por ciento de sus ingresos, para el 1 por ciento de los hogares con mayor músculo económica no sobrepasa el 2 por ciento.
Gasto medio en sanidad por renta de la población 2019-2020. Fedea
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La sanidad ha mantenido por lo tanto esta tendencia al alza, a diferencia de otras áreas públicas que también están financiadas por las comunidades autónomas como
la educación. El gasto en los servicios formativos sí que se ha resentido en comparación con sus rentas en algunos de los perfiles de clases medias que se han dejado hasta un
1 por ciento.
Las prestaciones en especie en sanidad
El Observatorio sobre el Reparto de los Impuestos de Fedea mide el efecto redistributivo de las tasas que pagan los españoles, pero también cómo se benefician de aquellos servicios que no están directamente vinculados con una subvención económica. En el caso de la sanidad, se ha observado un incremento de las denominadas como
prestaciones en especie del
11 por ciento durante el año más duro de la crisis del Covid-19.
Esta realidad ha colocado al área de salud 3
puntos porcentuales por encima del 8 por ciento de aumento de las prestaciones en especie para el conjunto de todos los servicios ofrecidos por las administraciones. En el caso de la
educación, el auge ha sido algo más moderado y se ha quedado finalmente en un
4 por ciento.
“El efecto redistributivo del gasto público sanitario es más alto en 2020 que en 2019, mientras que el educativo se mantiene. Como consecuencia, la desigualdad en la distribución de la renta extendida entre los hogares residentes también es menor en 2020 que en 2019”, han apostillado los expertos.
A la hora de calcular la inversión en salud, los analistas han tenido en cuenta el desembolso en los
servicios hospitalarios y especializados,
Atención Primaria, Salud Pública, farmacias, traslados, prótesis, aparatos terapéuticos o gastos de capital para tratar de mostrar una imagen de conjunto sobre toda la sanidad.
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