Guy Ryder, director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
A pesar del alto grado de feminización de la sanidad, lo cierto es que es uno de los sectores que presentan una
brecha salarial más ancha entre hombres y mujeres. Un estudio de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) fija estas diferencias remunerativas en el
24 por ciento a nivel mundial, algo que atribuye, entre otros factores, a la edad, la educación y la segregación de género en todas las categorías profesionales.
Así consta en el
estudio sobre las diferencias salariales entre hombres y mujeres en el sector sanitario de la OIT, que ha analizado la información de 54 países. La investigación ha revelado que la brecha de sueldo vinculada al género en el sector de la salud oscila entre el 15 por ciento (en el caso de los
salarios medios por hora) y el 24 por ciento (si se tienen en cuenta los
salarios mensuales).
“Teniendo en cuenta el rango de valores de cuatro configuraciones para estimar la brecha, las trabajadoras asalariadas
ganan aproximadamente un 20 por ciento menos que los hombres en el sector de la salud y asistencial”, recoge el documento, que matiza que esta disminución del porcentaje tras corregir los efectos de grupo obedece a la sobrerrepresentación de las mujeres en categorías profesionales con
remuneraciones inferiores donde la diferencia entre sexos es menor.
“Los hombres, por otro lado, están sobrerrepresentados en categorías profesionales (con remuneraciones) superiores (por ejemplo,
médicos) donde la
brecha salarial de género es más amplia”, concluye.
Segregación de género en el sector sanitario
La OIT vincula esta diferencia de salarios, en primer lugar, a la
“segregación de género generalizada” en el sector de la salud. En este sentido, la organización indica que la brecha de sueldo “varía significativamente en la distribución salarial por hora en todos los países” y “tiende a aumentar a medida que se pasa de cuantiles más bajos a más altos de la distribución salarial”.
Es decir, que a pesar de la participación “relativamente baja” de los hombres en el sector de la salud y asistencial, estos están
“sobrerrepresentados en el decil superior, sobre todo en el centil superior de la distribución salarial por hora, donde la brecha salarial de género es incluso mayor”.
Por otro lado, el estudio subraya que en algunos países, los hombres en el mercado laboral “suelen tener una
edad más avanzada” (y por consiguiente más experiencia), así como un nivel más alto de educación superior en comparación con las mujeres, en particular en el tramo superior de la distribución salarial.
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