Imagen del concierto de Love of Lesbian en el Palau Sant Jordi
Comprobar la
seguridad de los eventos multitudinarios ante el coronavirus era el objetivo de la prueba piloto realizada el pasado 27 de marzo en el Palau Sant Jordi con el concierto de
Love of Lesbian. Los resultados muestran que, a pesar de realizarse en un
espacio cerrado y
sin distancia de seguridad entre los asistentes, no fue un acontecimiento de
"supertransmisión", lo que podría abrir la puerta a la celebración de este tipo de actos culturales en el futuro próximo.
Boris Revollo, residente en Medicina Interna en el Hospital Germans Trias i Pujol y uno de los encargados de llevar a cabo el estudio Prima-CoV, explica a
Redacción Médica que el evento "no tuvo impacto en la transmisión de Covid". De los 4.592 asistentes al concierto,
seis personas dieron positivo en Covid-19 en los 14 días posteriores. Sin embargo,
cuatro de ellas no se infectaron en el propio evento, ya que el equipo identificó el
caso índice y el momento de la infección.
De las dos restantes,
no se ha podido determinar cuándo se contagiaron, y aunque no pueden descartarlo, Revollo considera que "las
posibilidades de hacerlo en el concierto son
prácticamente nulas".
El facultativo explica que para llevar a cabo el estudio utilizaron la estrategia del 'queso gruyere', cuyos orificios representan una vía de escape al virus, ya que
ninguna medida por sí sola es 100 por cien eficaz. "Así, si una persona se escapa del test de antígenos tendría que encontrarse con una pared, que en nuestro caso eran las
mascarillas y el
recambio constante de aire", apunta este especialista en Enfermedades Infecciosas.
Sin embargo, sabían que "estas personas una vez fuera del concierto volverían a su vida cotidiana y se juntarían con más gente. Así, se ha llevado un
control epidemiológico de todos los asistentes". Dos semanas después del concierto, el 14 de abril, los casos detectados suponían una incidencia acumulada de
130 por cada 100.000 habitantes, mucho menos que la registrada en la ciudad de Barcelona, 259 para esa misma fecha. Según argumenta Revollo, la incidencia acumulada en los asistentes al concierto en los 14 días posteriores al evento no sugiere
"ningún impacto en la transmisión de Covid".
Por lo tanto, concluyen que el concierto, el
primer evento masivo sin distancia celebrado en pandemia, fue "una
actividad segura gracias a
aplicar todas las medidas de prevención". El cribado previo con test de antígenos, el recambio de aire, el uso de la mascarilla FFP2 y control de aforo de los lavabos consiguen crear un lugar seguro para el control del Covid-19.
Resultados del estudio de la Sala Apolo admitidos en The Lancet
El concierto realizado en el Palau Sant Jordi era una continuación del estudio realizado en la sala Apolo, cuyos resultados ya
están admitidos para ser publicados próximamente en The Lancet. Este facultativo admite que, aunque los datos de este segundo concierto no "son tan
rigurosos como los obtenidos en la sala Apolo -debido al control epidemiológico posterior-
, son buenos, si hubiera habido un evento de supetransmisión lo hubiéramos sabido".
De momento no han planteado hacer más ensayos en otros eventos multitudinarios ya que, según argumenta Boris Revollo, "la evidencia es suficientemente válida para que las autoridades empiecen a plantearse la posibilidad de
abrir los espacios culturales de forma segura con las estrategias que hemos utilizado".
"Sabemos que
con estas medidas no hay transmisión y se consigue un ambiente seguro. Si se quiere relajar alguna medida, por ejemplo no mascarillas o sí mascarillas pero no test de antígenos, se tendrían que realizar otros estudios clínicos que comprueben que se consiguen los mismos resultados", apunta este investigador aunque personalmente piensa que "
no hay tiempo para realizar todos los
estudios clínicos necesarios si se quiere retomar un poco de vida normal en verano".
El cribado con test de antígenos detectó seis personas contagiosas de Covid-19 antes del concierto
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"La gente necesita poder retomar actividades culturales y de ocio que teníamos antes de la pandemia de forma segura porque si no es así, la gente va a seguir juntándose en
fiestas clandestinas y eventos no seguros", opina Revollo. De hecho, el festival Cruilla espera
acoger a 25.000 personas este verano de forma segura gracias a los resultados de este estudio.
En este sentido, Revollo señala el
win-win que sería realizar test de antígenos previos a eventos de este estilo ya que se podrían cubrir los aforos y las personas estarían más seguros en ellos. Además, en el caso del concierto de Love of Lesbian, este cribado permitió detectar a seis personas que tenían carga viral y que de otra manera no se habrían detectado, y hubiera tenido un impacto en la cadena de transmisión comunitaria.
El investigador en la Fundación Lluita contra la Sida detalla que aunque la PCR tiene más sensibilidad para detectar la presencia del virus, pero desde el punto de vista epidemiológico es mucho más interesante utilizar el
test de antígeno ya que es mucho más barato, inmediato y
muestra si la persona es contagiosa o no, que es lo más importante". Eso sí, recuerda que ambas pruebas son una fotografía del momento, y que en 24-48 horas la persona que ha dado negativo puede generar una subida de la carga viral.
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