El presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas, José Félix Tezanos.
La disposición de la población a vacunarse con una
dosis de refuerzo o 'de recuerdo' o tercera dosis de la vacuna frente al
Covid-19 cae 16,1 puntos respecto al primer mes del 2022. Así se desprende del avance de resultados del barómetro de febrero publicado este martes por el
Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que subraya que
el 68,4 por ciento de la ciudadanía estaría dispuesta a recibir este dosis de refuerzo, frente al 84,5 por ciento del pasado mes de enero.
Asimismo, el 16,2 por ciento de españoles manifiesta no ser partidario de recibir esta dosis ‘extra’, mientras que el 8,2 por ciento alberga dudas acerca de esta cuestión. Sobre la razón principal por la que no se pondría una dosis de refuerzo,
el 28,3 por ciento alega haberse ya vacunado, por lo que considera que debería ser suficiente, y el 19,4 asegura que es por miedo a que esta dosis tenga riesgos para la salud o efectos secundarios-colaterales. El 8,7 por ciento de la ciudadanía reconoce una
falta de garantías y confianza hacia esta dosis 'de recuerdo'.
No obstante, el 80,1 por ciento de la población se muestra dispuesta a consentir que a sus hijos o hijas se les administrara la
vacuna del Covid-19 pediátrica.
Motivos para no recibir las vacunas Covid-19
En cuanto a la principal razón de no recibir ninguna las vacunas frente al SARS-CoV-2,
el 26,8 por ciento no confía en estas vacunas y el 18,3 por ciento asegura ser por miedo a que tener
riesgos para la salud o efectos secundarios-colaterales.
El 9,9 por ciento considera que no son eficaciones, mientras que
el 9,1 por ciento defiende no haberse vacunado por haber pasado la enfermedad. Únicamente el 0,7 por ciento de la población asegura no someterse al proceso por tener alergias, otras enfermedades o tratamientos, lactancia o embarazo.
¿Habría que obligar a vacunarse al personal sanitario?
Por otro lado, casi la mitad de la población,
el 49,1 por ciento considera que habría que obligar a vacunarse al personal sanitario, al personal que trabaja en las residencias de personas mayores, y a los que tienen relaciones profesionales directas con el público en general.
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