La Sociedad Española de Cardiología constata en su informe Recalcar importantes variaciones interterritoriales



30 oct. 2014 14:37H
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Jesús Vicioso Hoyo. Madrid

Mortalidad por infarto agudo de miocardio por comunidades. Fuente: Informe Recalcar - SEC.

La mortalidad por infarto agudo de miocardio ha descendido en nuestro país. Y lo ha hecho, de forma generalizada, en todas las comunidades autónomas, con la única excepción (y meramente testimonial) de Navarra, que se mantiene en similares registros cosechados en el anterior ejercicio con datos disponibles. La merma nacional entre los años 2011 y 2012 ha sido del -0,53 por ciento, hasta quedarse en el 7,31 por ciento de pacientes con esta patología fallecidos. Este es uno de los aspectos más positivos que arroja la nueva edición del informe Recalcar, elaborado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Eso sí, hay bastantes regiones que logran casi triplicar la mejora cosechada en solo un año. El País Vasco se sitúa a la cabeza en la clasificación de comunidades que han reducido más los fallecidos: aquí, la mortalidad ha bajado 1,42 puntos porcentuales (del 8,71 al 7,29 en 2011 y 2012, respectivamente), mientras que Baleares y Madrid logran también datos más que positivos: -1,14 y -1,12 por ciento. La Comunidad Valenciana y Castilla y León completan el club de las autonomías donde el número de personas que pierden la vida por un infarto agudo de miocardio disminuye más de un punto en solo un año.

En términos brutos, la mortalidad más alta se observa en la Comunidad Valenciana (8,49 por ciento), Andalucía (7,94) y Canarias (7,75). Al otro lado de la tabla, donde menos se muere, está Navarra (6,08), Baleares (6,33) y Madrid (6,61). La diferencia entre la que más y la que menos es de casi un 40 por ciento, pero ésta se rebaja en una quinta parte en 2012 respecto al ejercicio anterior. En global, diez comunidades están por debajo de la media.

Mayor heterogeneidad entre comunidades

Sin embargo, estas diferencias entre regiones son menores en comparación con las que ofrecen las estadísticas del Ministerio de Sanidad, sobre las que se basa el informe elaborado por la SEC, en cuanto a la mortalidad tras cirugía de bypass. Aquí es donde se nota la mayor heterogeneidad entre comunidades, que va del 1,71 por ciento de Cantabria al 8,97 por ciento de Canarias (en este apartado no hay datos de La Rioja).

Pero todavía más disparidad se detecta en la mortalidad de la cirugía de bypass de manera aislada: Mientras que Castilla-La Mancha y Cantabria se anotan un 0 por ciento, Canarias alcanza el 7,9 por ciento (tampoco aquí se recogen cifras riojanas).

La primera de las conclusiones del informe Recalcar es drástica: “Existen importantes variaciones interterritoriales en la dotación de recursos, frecuentación, producción y calidad en la atención al paciente cardiológico”, aunque, acto seguido, añade: “En relación con la dotación de recursos, todas las comunidades autónomas están dentro o por encima de los estándares de planificación recomendados”.

En este sentido, la SEC señala que las diferencias encontradas en la comparación entre regiones son “de tal magnitud” que con toda probabilidad “están alertando sobre variaciones (en la práctica clínica, en la organización y gestión, etcétera) que dan lugar a desigualdades en salud”. También se avisa de que existe un déficit “en la dotación de camas de cuidados críticos atendidas por cardiólogos y de guardia de presencia física en unidades de más de 24 camas”.

ENLACES RELACIONADOS:

Comparativa de los principales datos interregionales del Informe Recalcar-SEC
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