Asisa ya baraja ser la única aseguradora que se presentará al nuevo Muface

Todos los escenarios están abiertos. La crisis sin precedentes de Muface está planteando más incógnitas que certezas. ¿Desaparecerá o sobrevivirá? ¿Qué pasará con la asistencia sanitaria de los mutualistas? Son cerca de 1,53 millones de personas (entre titulares y beneficiarios) las afectadas por la incertidumbre en la que se ha visto sumida la mutualidad. Ahora, tras el abandono de Adeslas a la nueva licitación, y por tanto a su continuidad en el concierto sanitario después de 50 años, son DKV y Asisa quienes tienen la decisión en sus manos. Y esta última se está planteando acudir en solitario, como han confirmado este viernes fuentes de la compañía a Redacción Médica.

“Estamos barajando todas las posibilidades”, han aclarado desde la entidad. Cuestionadas por la posibilidad de que DKV siga los pasos de Adeslas, la aseguradora que hasta ahora aglutinaba al 47 por ciento de los mutualistas, y abandone Muface, fuentes de Asisa han subrayado que ese planteamiento también está sobre la mesa. “Dibujamos todas las opciones. Incluso la de ir en solitario. Pero seguimos estudiando los pliegos”, han reiterado desde la entidad. Aún no hay un ‘sí’. Y tampoco un ‘no’.

El ‘lunes negro’ de Muface

Dudas, dudas y más dudas. Así es la crisis sin precedentes de Muface, que se perfila como la más impactante para el mutualismo administrativo desde sus inicios. Desde principios de octubre, cuando empezó el vaivén en las negociaciones, todo se ha dinamitado.

La última explosión en Muface tuvo lugar hace apenas unos días. A primera hora de la mañana, el pasado lunes, varios medios publicaron que DKV ya tenía un veredicto. Había abandonado el concierto. Sin embargo, fuentes de la entidad desmintieron esta información a Redacción Médica. Confiaron a este periódico que aún no había una respuesta y que, “de momento”, seguían estudiando los pliegos de la nueva licitación.

Así, el que apuntaba a ser el último ‘lunes negro’ del año para Muface, se convirtió en un susto. Por tanto, tanto Asisa como DKV, las dos entidades, seguían en la partida.

El abandono de Adeslas

Apenas habían pasado cuatro días desde que el Gobierno hizo público los pliegos de la nueva licitación. El 27 de diciembre, casi al acabar el año, Adeslas anunció su renuncia a continuar en Muface. “El modelo es económicamente insostenible”, argumentó la compañía en un comunicado en el que, además, detallaba todas las cuantías que había propuesto al Ejecutivo en las distintas etapas de la crisis. “La muy negativa evolución del contrato estos últimos tres años, harán que la compañía lo cierre con pérdidas acumuladas de unos 256 millones de euros, difícilmente asumibles y que, de seguir así, comprometerían la solvencia y el futuro de la entidad”, especificaba el documento.

Adeslas se convirtió en la primera aseguradora en hacer público su ‘no’. Además, en el documento, que revolucionó en cuestión de minutos a todo el sector de la sanidad privada, la compañía hizo hincapié en la salida de otras entidades a lo largo de la historia de la mutualidad. “Lleva años siendo deficitario y, por ello, otras importantes aseguradoras han ido dejando estos contratos y fueron abandonando el sistema”, aclaró Adeslas en el texto. Así, hizo referencia a las otras grandes crisis del concierto, cuando Sanitas, Mapfre, Caser e Igualatorio Cantabria abandonaron Muface.

La crisis de Muface, al detalle

Los primeros atisbos de la crisis de Muface comenzaron a principios de verano. Fue entonces cuando la Dirección General de la mutualidad deslizó que la prima para el nuevo concierto, que debía renovarse antes de finales de año, rondaría el 27 por ciento. Adeslas y DKV mostraron su disconformidad: pedían más de un 40 por ciento. Asisa, en cambio, se mantuvo en silencio.

La cifra, ese 27 por ciento, no era nada oficial. Como tampoco lo fue la primera cuantía que, ya a principios de octubre, tanteó el propio Gobierno. Un 14 por ciento para dos años, 2025 y 2026. Entonces las tres entidades (Asisa, Adeslas y DKV) lanzaron un ‘no’ unánime. A su vez, la sanidad privada y los sindicatos se pusieron alerta. Incluso llegaron a tachar al Ejecutivo de planear “el fin deliberado de Muface en los despachos”.

La prima oficial llegó unos días después, a mediados de octubre. Dos meses y medio antes de que finalizase el concierto aún vigente. El aumento era del 17,2 por ciento -y fue aprobada en el Consejo de Ministros-, la prima más alta de la historia de la mutualidad hasta esa fecha. Asisa, Adeslas y DKV valoraron la oferta del Gobierno, incluso aclararon que se había hecho “un gran esfuerzo”. Pero no era suficiente.

El 5 de noviembre todo estalló. Ese día acabó el plazo de presentaciones para la licitación de Muface. Adeslas, Asisa y DKV dejaron desierto el proceso. Fue un punto de inflexión para la mutualidad.

A ello le siguieron una propuesta del Ministerio de Sanidad para liquidar el modelo y una consulta preliminar de mercado del Ministerio para la Función Pública para salvarlo. Con esta última propuesta, se aumentaba el concierto un año más, hasta 2027.

Poco después llegaron convocatorias, avisos de parones y huelgas y hasta una gran manifestación (a la que acudieron 35.000 personas). Y más dudas. Más incertidumbre.

A mediados de diciembre llegó el colofón. Fue entonces cuando el Gobierno aumentó la prima de Muface en un 33,5 por ciento, con un incremento lineal por tramos de edad, en un intento de salvar a la mutualidad. Sin embargo, a finales de año Adeslas comunicó que abandonaba el concierto. Días después, además, envió una carta a sus mutualistas despidiéndose del modelo.

El planteamiento de DKV sigue en el aire. Al igual que el de Asisa. Ambas entidades se encuentran estudiando los pliegos para el nuevo concierto, como han confiado a Redacción Médica este viernes. Mientras, la asistencia sanitaria de 1,53 millones de personas sigue en el aire. Y a Muface se le acaba el tiempo.