Cartel de la sede oficial de Muface en Madrid.
Dos compañías. Tres años de concierto.
Muface se enfrenta, por primera vez en su historia, a un contrato con Asisa y Adeslas, las únicas que se han presentado al último proceso licitador de la
mutualidad. Hasta el momento, el
modelo de asistencia sanitaria privada había contado, al menos, con tres o más aseguradoras. Y es aquí donde el mutualismo ha empezado a plantearse distintos escenarios. Especialmente el de finales de 2027, cuando se retomen las negociaciones por la continuidad del modelo privado de Muface. Para entonces, explican varios funcionarios públicos, la
crisis volverá. Aunque plantean soluciones.
El temor a que la situación vivida dentro del concierto sanitario durante los últimos cinco meses ha llevado al mutualismo a manejar nuevas posibilidades. Mariano González (Valladolid, 50 años) es uno de los funcionarios que en los últimos años ha propuesto una solución sobre la mesa. “
Muface tiene que alargar el concierto durante, al menos,
cinco años para evitar la incertidumbre”, explica a este periódico.
- ¿Por qué cinco años?
- Es una perspectiva de evolución. En cinco años los cambios pueden ser importantes. En tres, no.
Este vallisoletano, además, ejemplifica su propuesta. “Si en los próximos dos años, por ejemplo, necesito un
tratamiento, ¿qué va a pasar a partir del tercero? ¿
Muface me dejará tirado si una compañía se descuelga?”, lanza a este periódico.
Los
ecos de una crisis a finales de 2027, cuando finaliza el nuevo contrato de la mutualidad (que aún se tiene que firmar), ya
resuenan entre el mutualismo. De hecho, algunos funcionarios ya se plantean qué sucederá entonces. Pedro Gómez, ingeniero informático adscrito al modelo de asistencia privada de la mutualidad, coincide con su compañero en este reportaje. “De alargarse, el periodo debería ser de cinco años”, señala a
Redacción Médica.
Gómez ha vivido de primera mano la
crisis sin precedentes de la mutualidad, que comenzó el pasado octubre, cuando el Gobierno y las aseguradoras
forzaron un parón en las negociaciones. Desde entonces, subraya, ha vivido “en vilo” por lo que sucederá con su asistencia sanitaria. Sin embargo, cuenta que
“la incertidumbre no ha acabado”. “Necesitamos una firmeza, saber qué el concierto seguirá adelante más allá de 2027 y que no volveremos a vivir algo así”, lanza.
Las dudas persiguen a Muface. Natalia Rodríguez (Cádiz, 46 años) comparte ambas posturas. “El concierto tiene que ampliarse durante más tiempo”, comenta a este periódico. Ahora ella va a ser una de las más de 200.000 mutualistas que va a tener que cambiar de aseguradora tras la
salida de DKV del modelo. De hecho, explica que ni siquiera se ha planteado derivar su historial a la sanidad pública por las “grandes listas de espera”. “Además, por mi trabajo,
necesito asistencia sanitaria privada”, explica.
El futuro de Muface
Lo cierto es que ahora los funcionarios públicos como ella, así como sus beneficiarios, se enfrenta a una decisión clave. La salida de DKV del modelo no solo supone que, por primera vez en la historia
Muface va a contar con dos entidades, sino que la propia Muface podrá tener la
potestad de enviar al mutualismo al INSS (servicio de salud autonómico) en un caso muy concreto.
Tal y como explica la Dirección General del modelo en un correo electrónico
enviado esta semana, aquellos adscritos a la asistencia sanitaria de DKV tendrán, una vez se firme el nuevo contrato, la posibilidad de escoger entre
dos opciones. La primera, el cambio de entidad a otra de las compañías que sean las adjudicatarias del nuevo convenio (que todo apunta a que serán o Asisa o Adeslas). La segunda, irse al modelo de sanidad pública. Todo ello durante el
periodo extraordinario de permutas que se abrirá en el momento de la firma, y que comprenderá un plazo de un mes. Y es aquí donde llega el quid de la cuestión. En el caso de que el mutualista o su beneficiario no haya solicitado ningún cambio, Muface de oficio le podrá enviar directamente a la sanidad pública.
Además, otro de los datos que ha destacado a lo largo de la semana es que el hecho de que DKV haya abandonado el modelo repercutirá, principalmente, a
cinco comunidades autónomas. En concreto, Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana, Castilla y León y Aragón, que aglutinan al 75 por ciento del mutualismo de la compañía, serán las
más afectadas.
No obstante, hasta que los funcionarios públicos y sus allegados puedan realizar estas permutas, aún queda camino. Muface tendrá que realizar la evaluación técnica y económica de las aseguras; proponer la adjudicación del contrato a las aseguradoras en el caso de que cumplan los requisitos; y la
firma. El último paso que dará fin a la crisis sin precedentes, al menos por el momento, de la mutualidad.
Hasta ese momento, como señala la Dirección General de Muface en el e-mail enviado al mutualismo, los titulares y beneficiarios tendrán
asegurada su asistencia sanitaria por parte de Asisa, Adeslas y DKV, las tres entidades presentes en el último contrato del modelo. Así lo dictó el propio Gobierno en la
orden de prórroga que fue publicada el pasado diciembre, y que
se modificó a mediados de febrero, cuando el concierto aún se enfrentaba a su tercer proceso licitador.
Aún quedan días para resolver el
‘enigma’ Muface. Este mismo jueves, de hecho, la mutualidad, a través de la Plataforma de Contratación del Sector Público, instaba a Adeslas y a Asisa a subsanar dos documentos. Por lo tanto, a la mutualidad le queda camino para solucionar, tras cinco meses, su crisis.
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