Frank Vandenbroucke, presidente de la Reunión Ministerial de Salud (OCDE) y ministro belga, habla con Redacción Médica

OCDE destaca la importancia de reforzar la mano de obra en Salud
Frank Vandenbroucke, presidente de la Reunión Ministerial de Salud de la OCDE y ministro de Asuntos Sociales y Salud Pública de Bélgica.


23 ene. 2024 18:00H
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POR EVA IGLESIAS
La escasez de profesionales sanitarios se presenta como una de las mayores preocupaciones de cara a la reunión ministerial de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Para Frank Vandenbroucke, presidente de la Reunión Ministerial de Salud de la OCDE 2024, que se celebra este martes en París, y ministro de Asuntos Sociales y Salud Pública de Bélgica, la falta de personal en los sistemas de salud supone “un reto” que los países miembros “no pueden permitirse ignorar” y que debe llegar acompañado de una reconsideración en el reparto de tareas y responsabilidades.

Según explica Vandenbroucke a Redacción Médica, la OCDE ha calculado que alrededor de la mitad de las inversiones necesarias para reforzar los sistemas sanitarios de los países miembros deberían destinarse a mano de obra. “Los profesionales sanitarios y asistenciales son el núcleo de nuestros sistemas de salud. Solo con su dedicación y compromiso pudimos mantener operativas nuestras sociedades y economías durante la pandemia del Covid-19”, señala el presidente de la Reunión Ministerial de Salud de la OCDE.

En este sentido, para el presidente de la reunión ministerial, la escasez de personal sanitario que se sufre en muchos países dificulta la capacidad de respuesta ante situaciones de este tipo. “La pandemia supuso una carga increíble para nuestra mano de obra”, comenta. “Se trata de un reto que no podemos permitirnos ignorar, sobre todo teniendo en cuenta que el envejecimiento de la población aumentará la demanda de personal sanitario y asistencial en los próximos años”, añade.

"El 50% de inversiones necesarias para el SNS debe ser para fuerza laboral"



Las lecciones que ha dejado la pandemia del Covid-19 continúan siendo un año más uno de los temas más destacados de la reunión ministerial de la OCDE. Según detalla Vandenbroucke, esta crisis mundial “puso de manifiesto las vulnerabilidades estructurales de los sistemas sanitarios”, y dejó al descubierto “una importante falta de inversión”, no solo en los sistemas de salud, sino también “en la salud de la población”. “Solo el 3 por ciento del gasto sanitario total se dedica a la prevención y la salud pública en los países de la OCDE, y la mala salud subyacente exacerbó el impacto de la pandemia”, indica.

Aprovechar la sanidad como factor clave para lograr una resiliencia económica se presentaba como una de las iniciativas de las empresas de la OCDE. El presidente de la reunión ministerial coincide con este planteamiento e insiste en que para reforzar esa resiliencia, se debe invertir en más personal, “especialmente enfermeras y médicos generalistas”.

Para paliar este déficit, Vandenbroucke sugiere que “la contratación internacional no es una solución viable para todos, dada la escasez mundial de personal sanitario, que ahora se prevé en 10 millones en 2030”. “El reto no consiste solo en aumentar el número de trabajadores sanitarios, sino también en ampliar la capacidad de formación y los incentivos de retención. Simultáneamente, hay que reconsiderar el reparto de tareas y responsabilidades para que cada trabajador tenga una misión clara y valorizadora. Multiplicar simplemente lo que ya existe no funcionará: necesitamos una reforma en profundidad”, declara.

"Multiplicar sanitarios no funcionará, necesitamos una reforma profunda"




La OCDE prevé que el gasto sanitario alcance el 11,8% del PIB


Junto a esto, el presidente de la Reunión Ministerial destaca que "el cambio climático y el envejecimiento de la población" seguirán poniendo a prueba los sistemas sanitarios. "Se prevé que la demanda de asistencia aumente y evolucione a medida que la población envejece, lo que tendrá importantes repercusiones en el gasto sanitario", detalla.

"Sin una acción política audaz, la OCDE prevé que el gasto sanitario alcance el 11,8 por ciento del PIB en 2040. Los países necesitan explorar urgentemente formas sostenibles de financiar las inversiones específicas necesarias para reforzar la resiliencia. Con una acción política enérgica, son posibles trayectorias de gasto más sostenibles", añade Vandenbroucke.


Beneficios de las asociaciones público-privadas


Según las empresas de la OCDE, la consecución de objetivos sanitarios mundiales podría acelerarse mediante asociaciones público-privadas (APP). En este sentido, Vandenbroucke opina que siempre que las colaboraciones se centren estratégicamente en la búsqueda de una buena relación calidad-precio, las APP “pueden ofrecer beneficios sustanciales en determinadas áreas críticas, como la I+D sanitaria, el intercambio de datos y el desarrollo de infraestructuras sanitarias”.

"La colaboración público-privada puede ofrecer beneficios en áreas como la I+D sanitaria, el intercambio de datos y el desarrollo de infraestructuras sanitarias"



“Aunque las APP sanitarias presentan sus propios retos, su cuidadosa estructuración, basada en evaluaciones exhaustivas de sus posibles ventajas y riesgos, y con una clara alineación en términos de objetivos sanitarios, las posiciona como una herramienta válida para impulsar la inversión y fomentar la innovación en salud en paralelo con los esfuerzos sostenidos del sector público”, explica el presidente de la reunión ministerial.


El papel de España en la reunión ministerial de la OCDE


Según Vandenbroucke, España ha tenido “una participación muy significativa” en esta reunión ministerial de Sanidad. Para el presidente, la aportación de España supone “una demostración del compromiso colectivo con la cooperación internacional para mejorar la salud y la asistencia sanitaria”. “Es una demostración también visible a nivel de la Unión Europea, donde también mantenemos fructíferos intercambios y cooperación”, añade.

Según Vandenbroucke, esta reunión ofrece “una oportunidad crucial para fijar la dirección estratégica de la futura labor de la OCDE en materia de salud”. “En la actualidad, seguimos lidiando con el legado de la pandemia, y miramos hacia el futuro con los retos que plantean los cambios sociales, tecnológicos y medioambientales, al tiempo que navegamos en un contexto fiscal cada vez más desafiante”, explica.

“Como responsables políticos, es imperativo que afrontemos esta encrucijada crítica con datos y pruebas de alta calidad que puedan ayudar a configurar políticas mejores, más rentables y basadas en pruebas para mejorar la salud y la asistencia sanitaria en todo el mundo. Como Presidente de la reunión ministerial, y con el apoyo de los países, estoy decidido a dar un mandato firme para que la OCDE siga proporcionando un foro de análisis político, asesoramiento y cooperación internacional de alta calidad” concluye Vandenbroucke.
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