Sandra Melgarejo. Madrid
Por primera vez, nuestro país ha acogido el Workshop 2014 del Euro CTO Club, la reunión anual de los especialistas en el tratamiento de oclusiones totales crónicas. Javier Escaned, cardiólogo del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid, ha sido uno de los directores del curso, en el que han participado cerca de 300 personas de todo el mundo.
¿Cuál es la importancia que tiene el Workshop del Euro CTO Club?
Javier Escaned.
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El Euro CTO Club es una asociación científica de especialistas en el tratamiento de oclusiones crónicas. En este campo de la Cardiología Intervencionista, los clubes han sido muy importantes para la concreción del conocimiento, el avance y la difusión. Los primeros en hacer un CTO Club fueron los japoneses a principios de los 2000. Con este congreso, lo que intenta el Euro CTO Club es difundir el conocimiento que existe actualmente a todos los cardiólogos que quieran iniciarse en este campo.
¿La creación de estos clubes es necesaria porque la técnica exige una superespecialización del cardiólogo intervencionista?
Efectivamente. Dentro del intervencionismo coronario, que empezó a principios de los años 80, el desarrollo de la tecnología y la estandarización de los procedimientos han hecho que la dificultad técnica haya disminuido drásticamente. Hoy en día, tras dos años de formación, un cardiólogo intervencionista puede hacer la mayor parte de las intervenciones que se hacen en las arterias coronarias y con una tasa de éxito muy alta, del 95 por ciento.
Sin embargo, la tasa de éxito en el campo de las oclusiones crónicas no ha variado; la mayor parte de los cardiólogos tiene una tasa de éxito del 50 por ciento. Ha habido las mismas mejorías de índole técnica, pero los conocimientos permanecen prácticamente inaccesibles para la mayor parte de los cardiólogos. No obstante, desde el 2005 la tasa de éxito de los expertos en oclusiones crónicas está en torno al 90 por ciento. Por eso es tan importante compartir el conocimiento y que llegue a todos los intervencionistas que no tratan oclusiones crónicas porque les resulta muy frustrante.
En este sentido, ¿cuál es la importancia que tiene que se celebre una reunión así en nuestro país?
Es muy importante porque el carácter itinerante de la reunión permite tener un contacto más directo con un número mayor de participantes del país y, en este caso, ha sido una oportunidad muy grande para muchos intervencionistas españoles. Otra razón para estar orgullosos es que hemos podido incluir en el programa a un nutrido grupo de intervencionistas españoles expertos en este tipo de tratamiento. En general y en comparación con otros países, en España hay un nivel muy bueno en el tratamiento de las oclusiones crónicas.
Cuanta más gente capacitada y con mayor tasa de éxito haya, más pacientes se tratarán. Eso contribuirá a aumentar el número de pacientes que sean referidos para este tratamiento porque, en este momento, como la tasa de éxito en muchos centros es baja, el baremo para considerar el tratamiento es mucho más alto. En el momento en que haya una tasa de éxito mayor, se logrará tratar a más pacientes con oclusiones crónicas y esto redundará en un mayor beneficio para los afectados.
Además, queremos desvincular el hecho de que el procedimiento sea complejo a que solo los tenga que hacer gente con mucha experiencia. Pensamos que los cardiólogos intervencionistas jóvenes deben empezar a formarse en este tipo de técnicas para adquirir la capacidad de tratar este tipo de oclusiones.
¿De quién depende la formación de los especialistas en estas técnicas?
Depende de tener buenos productos educativos, pero también, y muy importante, de la supervisión por parte de personas que tienen conocimientos, lo que se conoce como
proctors. Es muy importante no estar aislados, sino compartir las dificultades y el conocimiento para, de esa forma, ir avanzando todos juntos. Así lo hacemos en el Hospital Clínico desde hace años.
¿En qué consiste el tratamiento de las oclusiones crónicas?
Consiste en tratar una coronaria en la que tenemos el mayor grado posible de estrechamiento y donde siempre nos encontramos con la incertidumbre de qué obstáculos vamos a tener en el momento de atravesarla. Los progresos más importantes que se han hecho son una estandarización de la técnica y el desarrollo de un protocolo para abordarlas y pensar cuál es la mejor forma de proceder.
Una de las cosas que ha cambiado totalmente las oclusiones crónicas es la posibilidad de hacer un acceso retrógrado, es decir, tratarla desde los dos lados. Para la técnica anterógrada también han aparecido técnicas nuevas, como la disección anterógrada con reentrada. Todos los avances intentan que este tratamiento sea accesible para un mayor número de personas.
¿Cuál es la prevalencia de las oclusiones crónicas?
Muy alta. El 25 por ciento de las arterias de los pacientes con cardiopatía isquémica puede tener una oclusión completa. Sin embargo, el número de procedimientos en oclusiones crónicas suele estar en torno al 10 por ciento, una diferencia bastante grande con respecto al número potencial de pacientes que se podrían tratar.
¿Qué se puede hacer para cambiar esta realidad?
Básicamente, crear la conciencia de que es posible tratarlas de forma percutánea y que los cardiólogos puedan desarrollar una curva de aprendizaje fructífera, en la que vean que la aplicación de un conocimiento consolidado lleva a una mejora progresiva de la tasa de éxito. La unión de estas dos cosas es el camino para que las oclusiones crónicas se traten de la misma forma que tratamos otros subgrupos de afectación coronaria.
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