La depresión o la ansiedad de las madres no afectan a los descendientes.
26 sept. 2017 9:15H
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Los trastornos psiquiátricos durante el embarazo, incluido el pánico, la ansiedad generalizada o la depresión, no suponen un riesgo para los hijos, según un estudio llevado a cabo en consultorios de obstetricia en Connecticut y Massachusetts (EE.UU.) y publicado en JAMA Psychiatry.
Sin embargo, los investigadores sí encontraron una relación entre el tratamiento de estos trastornos y desenlaces adversos. Así, se demostró que las embarazadas que utilizaban benzodiazepinas tenían más riesgo de parto por cesárea, bajo peso al nacer o requerimiento de apoyo ventilatorio del recién nacido, en comparación con las mujeres que no utilizaban tales medicamentos.
Al mismo tiempo, el consumo de un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS) se asoció con hipertensión materna en el embarazo e intervenciones respiratorias menores para el recién nacido. Además, el empleo de estos dos tipos de fármacos también se vinculó con un aumento en el riesgo de nacimiento prematuro, acortando la gestación en 3,6 y 1,8 días, respectivamente.
"No es un tratamiento opcional"
En palabras de la autora principal, Kimberly Ann Yonkers, "esto en realidad no es mucho tiempo. A menudo hay una sensación de que el tratamiento de los trastornos psiquiátricos es de alguna manera opcional, pero no lo es. Para muchas mujeres con trastornos graves, si no siguieran un tratamiento les resultaría imposible continuar un embarazo hasta el final".
En ese sentido, la especialista defiende que "al igual que los pacientes con diabetes o epilepsia, estas mujeres tienen derecho a recibir tratamiento. Solo tenemos que hacer nuestra debida diligencia y comprender cuáles son algunos de los riesgos y beneficios".
En definitiva, el mensaje que deja la investigación es positivo: "Las mujeres no están dañando a su descendencia si tienen uno de estos trastornos psiquiátricos".
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