Algunos desórdenes psiquiátricos exacerban la sensibilidad a los fármacos.
Quienes padecen
trastorno de pánico perciben en mayor grado los
efectos secundarios que, a priori, les provoca la
medicación antidepresiva.
Así lo constata, al menos, un estudio en el que se parte de una muestra de 808 pacientes con
depresión crónica a los que se les administró
antidepresivos como parte del ensayo
Research Evaluating the Value of Augmenting Medication with Psychotherapy (Revamp). De esos pacientes, 85 también tenían diagnósticos de
trastorno de pánico.
Entre todos los participantes,
un 88 por ciento ha informado de que sufre al menos un efecto secundario durante el ensayo de 12 semanas, que se ha desarrollado
entre 2002 y 2006.
Cada dos semanas se evaluaron los
efectos secundarios de los antidepresivos y se clasificaron como gastrointestinales, cardiovasculares, dermatológicos, neurológicos, genitourinarios o de funcionamiento sexual.
Los científicos descubrieron que los pacientes con depresión y trastorno de pánico eran más propensos que los que padecían sólo depresión a padecer algún tipo de problema gastrointestinal
(47 por ciento frente a 32 por ciento), cardiovascular (26 por ciento contra 14 por ciento), neurológico (59 por ciento frente a 33 por ciento) y efectos secundarios genitales o urinarios (24 por ciento frente a ocho por ciento).
El trastorno de pánico concomitante no se relacionó con problemas oculares o auditivos o efectos secundarios dermatológicos, de sueño o de funcionamiento sexual en comparación con los participantes sin esta alteración.
“Las personas con trastorno de pánico son
en especial sensibles a los cambios en sus cuerpos”, ha argumentado el autor de este trabajo, Stewart Shankman, profesor de Psicología y Psiquiatría de la UIC. “Se llama ‘conciencia interoceptiva”, ha precisado.
Influencia de los efectos secundarios en los pacientes
“Debido a que estos pacientes experimentan ataques de pánico –con síntomas súbitos, que incluyen aceleración del corazón, falta de aire y sensación de muerte inminente– (los efectos secundarios descritos) están muy en sintonía con cambios en sus cuerpos que indican otro
ataque de pánico en camino”,
“Por lo tanto, tiene sentido que estos pacientes informen de más efectos secundarios fisiológicos con el tratamiento antidepresivo”, ha añadido.
La respuesta a los antidepresivos varía mucho y los efectos secundarios son comunes, por lo que muchos pacientes que experimentan efectos secundarios
cambian de medicamento o la dosis, con algunos, incluso, suspendiendo la terapia por completo.
Los participantes con depresión y trastorno de pánico también fueron más propensos a informar de un empeoramiento de sus síntomas depresivos durante las 12 semanas si sufrían efectos secundarios múltiples.
Empeoramiento del cuadro depresivo
“En los pacientes con trastorno de pánico, cuantos más efectos secundarios declaraban, más deprimidos estaban” –ha subrayado Shankman–. “Si los efectos secundarios son reales o no, no importa; era real, en todo caso, que
su depresión empeoró en función de sus efectos secundarios”, ha señalado.
Shankman advierte que los médicos y los terapeutas deben ser conscientes de que sus pacientes con trastorno de pánico pueden sufrir más efectos secundarios y deben “hacer una evaluación completa de estos efectos secundarios para tratar de descubrir cuál podría ser el resultado de la hipersensibilidad o qué efecto secundario es lo suficientemente relevante para cambiar la dosis o los medicamentos”.
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