Las piezas del puzle se agolpan una a una. Su objetivo es formar una figura perfecta. Un dibujo, un paisaje, un objeto. En definitiva, una solución a un cuadro compuesto por distintos fragmentos.
El puzle de Muface se ha roto. Ha quedado incompleto después de que
el último trozo, el de la aceptación de las aseguradoras, desapareciese del tablero. El rechazo de las entidades ha creado una oleada de incertidumbre nunca vista en el mutualismo. Ahora, cerca de 1,5 millones de personas -entre los que hay cerca de un millón de funcionarios y medio millón de beneficiarios- se han convertido en las víctimas de la rotura de este puzle.
— ¿Hola? ¿María José?
— ¡Hola! Sí, sí. Soy yo.
— Le llamaba para saber su reacción a las últimas noticias de Muface.
— ¿Ya han firmado? ¡Qué bien!
— No. Siento decirle que las aseguradoras han rechazado la oferta.
— [Silencio]
— ¿Hola? ¿Sigue ahí?
— No tengo palabras. Estoy en shock.
Esta conversación pertenece a una llamada realizada esta mañana por
Redacción Médica a una de las mutualistas del concierto sanitario. Al otro lado de la línea estaba María José Campillo, jubilada y adscrita a Muface desde 1979.
Su historial clínico, del que ya se hizo eco en este medio, es extenso: entre otros, hace 10 años sufrió un ictus y ahora está pasando por un cáncer.
“¿Qué va a pasar ahora conmigo? Tengo especialistas pronto...”. La llamada se centra en todo lo ocurrido desde la última llamada a principios de octubre. Desde Talavera de la Reina, donde reside, Campillo pregunta y repregunta. A pesar de la sorpresa, se muestra positiva: “No nos pueden abandonar. Es inviable. Además, la sanidad pública puede acabar colapsando.
Va a haber nuevo concierto, estoy segura”.
La charla, que apenas dura unos minutos, finaliza con una declaración de intenciones: “
Las manifestaciones son pronto. Me acercaré a Madrid o a Toledo. Seguro que entonces el Gobierno aumenta bastante la prima”. Su confianza es plena:
“Muface sobrevivirá”.
Su hija, María Pulido, tampoco conocía la noticia.
“Me preocupa lo que va a pasar con pacientes como mi madre, con tantos problemas”, comenta. Ella tiene 37 años, no tiene ninguna patología de gravedad, y dice que podría pasarse a la sanidad pública “perfectamente”. “Pero mi madre no. Ni gente como ella”, incide. Por eso confía en que “el Gobierno presente la mejor oferta posible a las aseguradoras”.
También lo piensa
Luis Deleito, un extrabajador del SEPE.
“El Gobierno es quien ha destruido a Muface. No las aseguradoras”, apunta desde su Madrid natal. Él ya se había enterado de la noticia. Conocía cada detalle de lo que habían dicho las tres aseguradoras (Asisa, Adeslas y DKV), que hasta ahora dotaban de asistencia sanitaria al concierto. “Es un absurdo. Ahora el Ministerio [para la Función Pública], en la nueva licitación, tiene que ajustarse a las condiciones de las aseguradoras”, subraya.
“No hay ninguna diferencia entre los colores políticos. Todos buscan su beneficio. Pero ahora tienen que pensar en los mutualistas. Tienen que dejar a un lado su ambición”, desarrolla este extrabajador del SEPE.
—¿Cree que habrá un nuevo acuerdo?
—Confío plenamente. Habrá nuevo concierto en 2025
Deleito insiste: “
Es el Estado quien tiene que responder, y por eso los funcionarios y los jubilados vamos a hacer todo lo posible para que esto siga adelante”.
¿Cómo se ha roto Muface?
Las aseguradoras que dotaban de asistencia sanitaria al concierto (Asisa, Adeslas y DKV) han confirmado los peores presagios.
No seguirán en Muface. En una cuestión de minutos las tres han declarado esta mañana su posición. Y entre ellas destacaba la misma idea:
la cuantía económica ofrecida no es suficiente.
El vaivén en las negociaciones entre las entidades y el Gobierno comenzó a principios de octubre. Por entonces el Ejecutivo hizo pública su primera propuesta: un 14 por ciento. En una respuesta unánime, Asisa, Adeslas y DKV promulgaron su rechazo. Además,
la sanidad privada y los sindicatos acusaron al Gobierno de “planear el fin deliberado” de Muface en los despachos.
Poco después, y ante la contestación de las firmas aseguradoras, el Ejecutivo rehizo su propuesta: un aumento de la prima del 17,2 por ciento, la más alta de la historia de la mutualidad. Entonces las entidades ya alertaron de que la cuantía no iba a ser “suficiente”.
“Íbamos a tener pérdidas millonarias”, han avisado las compañías a este medio esta mañana.
Ahora el futuro de Muface depende de la nueva propuesta de licitación del Gobierno. En sus manos está el futuro sanitario de cerca de 1,5 millones de personas que, como Luis Deleito, María Pulido y María José Campillo, quieren confiar en que “la salud primará por encima de todo”. Ellos, los funcionarios, los afectados en esta crisis, son quienes tienen la esperanza en un nuevo concierto para Muface.
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