Exterior de Muface.
Del 1 al 31 de enero es el único periodo establecido para que los miembros de la
Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (Muface) puedan solicitar el
cambio de entidad sanitaria. De esta manera, los mutualistas que hayan elegido la opción pública pueden pasarse a la privada y viceversa, así como cambiar de aseguradora dentro de la parte concertada. En este punto, se torna preciso conocer qué hay que tener en cuenta para elegir quién proporciona la prestación de asistencia sanitaria y qué errores hay que evitar. Fuentes sindicales cercanas a Muface se centran en dos: no tener en cuenta el
lugar de residencia y las
patologías de base del titular.
Pero este no es el único motivo que explica que enero ha empezado fuerte para Muface. Esta mutualidad se ha 'mudado' de departamento, para ahora pertenecer al
Ministerio para la Transformación Digital, que se 'queda' con
Función Pública. Además, en esta Secretaría de Estado también ha habido movimientos con el nombramiento de
Clara Mapelli, encargada ahora de su liderazgo.
Lo primero que se ha de tener en cuenta para la elección de la entidad es ir en consonancia con los
cuadros médicos. Es decir, que en esa elección se observe si existen profesionales de un área determinada que puedan asistir a la patología determinada que padece el titular o el beneficiario.
Por otro lado, también hay que valorar la provincia o comunidad autónoma de residencia y el
nivel asistencial que se preste en cada uno de esos lugares. "Aquellos empleados públicos que se encuentren en poblaciones pequeñas en muchos casos eligen los servicios públicos de salud, dado que la
sanidad privada tiene, en ese aspecto, unas coberturas más limitadas", explican estas fuentes.
Sobre la aportación de la sanidad privada, las voces sindicales apuntan que se está consiguiendo
aliviar cierta carga de su homóloga, aunque la situación cada vez está más igualada y el sector ya "no escape de un cierto atasco en algunas especialidades".
Por tanto, los errores se centran en no tener en cuenta las patologías de base - para así elegir acorde a los cuadros médicos pertinentes - ni las propias características del lugar de residencia.
La opinión de los mutualistas para elegir sanidad
Esta es la teoría, pero ¿qué les lleva a los
mutualistas elegir una opción u otra?
Redacción Médica ha hablado con varios de ellos para conocer de primera mano su opinión y los temas más recurrentes son las listas de espera y el acceso a los servicios, pero no son los únicos. La profesora
Vanessa Palomar desde un primer momento eligió la asistencia sanitaria pública por "congruencia". "Soy una empleada pública, me paga la
Junta de Castilla y León con los impuestos de todos y creo que lo congruente es seguir estando en el sistema sanitario público, que además considero que es una joya de la corona", explica. Este es el mismo argumento en los que se apoyan otras compañeras suyas de profesión.
Beatriz Escamilla, compañera, pero en la Comunidad de Madrid, plantea una cuestión ya planteada por las voces sindicales: "Cuando estoy en el pueblo, lo único que hay allí es la seguridad social".
Por otro lado, aquellos que se decantan por la opción concertada comentaron que les otorga
mayor libertad para elegir el horario de consulta, además de que se suelen encontrar con una lista de espera más reducida.
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