La privada ve inviables las 37,5 horas incluso con una adaptación flexible

La sanidad privada ve inviable poder reducir la jornada de trabajo semanal de las 40 horas actuales a 37,5 horas efectivas, aunque se viera beneficiada por una flexibilización de este recorte de jornada. Y es que recientemente, el Gobierno ha propuesto dar cierta flexibilidad a las empresas con contratos con la Administración (la sanidad privada es buen ejemplo de ello) para poder realizar más fácilmente la adaptación a esta nueva jornada laboral. El sector sanitario privado, aunque valora la intención, sigue viendo “complejo” el ajuste y pide más concreción en cómo hacerlo. El mayor problema con el que tiene que lidiar para ello es la escasez de profesionales sanitarios.

Sin un plan de recursos humanos que garantice que queden cubiertos todos los turnos y, por tanto, las necesidades de atención sanitaria de las clínicas, es imposible acortar el horario laboral ni con flexibilidad. Así lo explican a Redacción Médica desde la Asociación de Profesionales de la Sanidad Privada y Clínicas Médicas sin Internamiento de la Comunidad Valenciana (Asapcv). "Aunque haya flexibilidad, es algo muy complejo", añaden.

Es decir, que aunque el Gobierno plantee un ajuste más flexible a esta nueva jornada laboral, la sanidad privada no tiene margen de maniobra. "Primero hay que abordar la gran escasez de profesionales, que es el gran problema porque no hay recursos para contratar a más. Que nos expliquen cómo hacerlo". 

Para Asapcv, la propuesta del Ministerio de Trabajo ignora la realidad actual del sector, que se caracteriza por un "severo déficit" de personal y una carga asistencial elevada. "En lugar de mitigar estos problemas, la reducción de jornada laboral podría exacerbarlos, obligando a las instituciones a contratar más personal. Sin embargo, en un contexto de escasez de sanitarios cualificados, esta solución parece inviable".

Por su parte, su homóloga catalana, la Associació Catalana d’Entitats de Salut (ACES) también hace hincapié en el déficit de profesionales sanitarios para defender la imposibilidad de aplicar esta jornada, aún con flexibilidad, y pide que se tenga en cuenta el "elevado absentismo" en el sector. 

ACES recuerda que en Cataluña las empresas con convenio con la sanidad pública ya cuentan con una jornada inferior a la que plantea el Gobierno. Esta reducción, por tanto, sería para las compañías de sanidad privada sin ningún acuerdo con la Administración. Actualmente, cuentan con un convenio trienal que contempla la reducción de jornada, de manera que cuando se haga efectivo trabajarán para adaptarse cuanto antes a las nuevas obligaciones.

Añade que la reducción de jornada supone un incremento del uno por ciento del coste, "teniendo en cuenta que este tiempo debe cubrirse para garantizar el continuum asistencial". No solo hay que contar con el profesional suplente, sino que se requiere sumar otros gastos directos e indirectos organizativos como planificación, selección, administración, así como bajas y permisos. "La reducción de jornada implica un esfuerzo por ambas partes, ya que las empresas deberían optimizar sus recursos y tener equipos más flexibles", asegura esta patronal.

¿Cómo reducir la jornada en sanidad privada?

El sector sanitario privado también analiza qué hace falta para ejecutar esta nueva jornada laboral. Desde Asapcv sostienen que si hay cualquier cambio en las condiciones laborales del sector sanitario en general, es necesario que se aborde con una "visión holística" que tenga en cuenta todas las necesidades específicas para evitar comprometer la calidad de la atención médica.

ACES, por su parte, plantea tres necesidades antes de llevarla a cabo: agilizar las homologaciones de los títulos sanitarios, modificar la Ley de Ordenación de los Profesionales Sanitarias (LOPS) y el desarrollo de nuevas formaciones académicas. "La creación de un técnico superior en Técnicas en Curas de Auxiliar en el sector sería un buen ejemplo para paliar, de alguna manera, la compleja situación asistencial", defiende.