Los
profesionales sanitarios han mostrado este jueves un nuevo episodio de su
solidaridad. Y lo han hecho a través de su mutua,
AMA, que ha puesto sobre la mesa del drama de los
refugiados sirios un millón de euros para que
Mensajeros de la Paz los transforme en un mundo mejor para estas personas que atraviesan momentos tan difíciles.
El Padre Ángel y Diego Murillo.
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El
Padre Ángel tiene esa virtud: lleva un respiro allí donde la situación es insostenible. Siempre con su corbata roja, que dice que le da suerte. La última se la ha regalado
Diego Murillo, un
presidente de AMA que también ha sido niño en tiempos de guerra, que en su condición humana y de médico es solidario, y en su vertiente empresarial es un auténtico mecenas
atento a las causas sociales más necesarias. Hoy ha recibido, en nombre de la mutua de los profesionales sanitarios, una
paloma de la Paz de manos del
Padre Ángel.
Tras la vorágine de las cámaras, los flases y los periodistas, el
Padre Ángel volverá al terreno, a llevar esa renovada chispa de ilusión a los niños que huyen de las bombas, de la muerte. Y con él, en la maleta, esa corbata roja que le ha regalado el
Doctor Murillo. Los refugiados la necesitan como símbolo de que por fin la suerte no les da la espalda.
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