Javier Barbado. Madrid
El ex director general de Hospitales de la Comunidad de Madrid y
padre del modelo Alzira en España, Antonio Burgueño Carbonell, planea romper el equilibrio de mercado en la Medicina privada madrileña a partir de un hospital de alto nivel situado en el centro de la capital que establezca un baremo para los médicos de al menos cien euros por consulta, objetivo que iría parejo al aumento del precio de las pólizas.
Antonio Burgueño Carbonell.
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El nuevo proyecto de Burgueño sería, por lo tanto, un gran hospital general (con todos los servicios) de titularidad y gestión cien por cien privadas con un baremo sumamente atractivo para los médicos contratados. Pero el exdirectivo no sería ni el inversor ni el propietario mayoritario a priori de tal centro asistencial, sino quien lo fundara e impulsara, parte de trabajo en el que ha basado su trayectoria profesional.
Hasta la fecha, la mayoría de las compañías aseguradoras mantienen baremos de honorarios para los médicos de la privada muy por debajo de la media del resto de países europeos, según declaraciones hechas por el propio Burgueño, quien asegura que en Francia, por ejemplo, ronda los 300 euros por acto médico, y, en Portugal, los 150. En España –siempre según la versión de Burgueño– se paga con unos 20 euros la primera consulta de un médico clínico estándar (sea internista, cardiólogo, psiquiatra o neumólogo, por citar algunas especialidades; en las quirúrgicas, en cambio, sí se paga algo más por cada intervención).
Por revolucionario que suene, ése es el proyecto en el que trabaja Burgueño desde que no avanza en su función de asesor del Grupo Villar Mir, y, en concreto, de su filial de OHL, Espacio, a la que el Ayuntamiento de Ana Botella adjudicó el pasado 29 de abril la gestión de la parcela que iba a albergar el Centro de Convenciones de Madrid (al lado de las Cuatro Torres) por un periodo de tiempo de 75 años, y que, si no hay cambio de idea, se convertirá a largo plazo en un hospital particular.
Burgueño veía en este último la oportunidad de llevar a la práctica su cambio de paradigma en la asistencia sanitaria privada, pero, tras su aparente parón en el Grupo Villar Mir desde que ganó las elecciones municipales la candidata de Ahora Madrid Manuela Carmena, el pasado 24 de mayo, ha optado por encarrilar su propia iniciativa.
A la búsqueda de un solar en el centro
Por lo pronto, el exdirector general de hospitales autonómico está buscando un solar tan amplio como el del Grupo Villar Mir, y, aunque tiene en mente algunas ideas, no desea publicitarlas antes de mostrárselas a los potenciales inversores, objetivo en el que se concentra en este momento.
Burgueño ya dirigió un hospital privado en 1978. Fue director médico de la aseguradora privada Adeslas entre 1990 y 2001, y, en efecto, de su cabeza surgió la idea de hacer un hospital de titularidad pública que se gestionase por una empresa privada, pensamiento que se materializó en el Hospital La Ribera de Alzira, de donde procede el nombre con que se ha bautizado al modelo, que se ha exportado a otros hospitales de la Comunidad Valenciana y también, en los últimos años, de Madrid (en la actualidad, en esta comunidad autónoma, cuatro centros públicos funcionan con esta fórmula en Valdemoro, Torrejón de Ardoz, Móstoles y Collado Villalba; además, estaba previsto externalizar la gestión, con un modelo similar, en otros hospitales públicos madrileños, idea que se paralizó tras ser revocada por vía judicial a pesar de que, más tarde, se ratificó su legalidad por ese mismo camino).
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