Carlos Rus, presidente de ASPE.
Carlos Rus, presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), aborda en esta entrevista con
Redacción Médica los principales problemas de la
asistencia sanitaria en este ámbito, como las listas de espera, la proliferación de seguros
low cost y la
escasez de profesionales sanitarios. De hecho, para este último desafío plantea distintas
soluciones como compatibilidad, homologaciones y más plazas MIR.
Igualmente, profundiza en otras consecuencias de la pandemia provocada por el Covid-19, así como en la jubilación anticipada y la nueva
ley de equidad del Gobierno, la cual considera "un ataque a la flotación de la sanidad privada". Es por esta razón que, entre los futuros proyectos de ASPE a corto y medio plazo, se encuentra la lucha por que este ámbito sanitario tenga "el papel que merece" y "mayor capacidad de llegada a nivel político y mediático".
Entrevista completa con Carlos Rus, presidente de ASPE.
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Una vez que ya ha pasado lo peor de la crisis sanitaria del Covid-19 y visto con perspectiva, ¿cuál es la situación actual de la sanidad privada en España?
Todavía quedan consecuencias del Covid-19. En sanidad no ha generado nuevos problemas, pero sí ha agudizado los que ya había. Por un lado, tenemos una
escasez de profesionales muy acuciante en Enfermería y en Medicina y especialmente preocupante en ciertas especialidades, como anestesistas, dermatólogos o cirujanos pediátricos.
Esta escasez de profesionales se va a seguir agudizando porque
la edad media del sanitario es de 50 años, muchos de ellos se van a jubilar en la próxima década y se tarda muchos años en formar a un médico. Y, aunque el
Ministerio de Sanidad ha hecho un esfuerzo importante, todavía tenemos campo para avanzar.
Además de la escasez de profesionales, se ha producido un
incremento de las pólizas de seguro. Esto hace que cada vez haya más flujo de ciudadanos que acuden a la sanidad privada, en cierta medida también provocado por la
saturación de la Atención Primaria y por una característica propia de nuestro sector: la accesibilidad. Si bien, ahora se está viendo comprometida por las pólizas
low cost, que están haciendo que perdamos un poco el concepto de lo que debería de ser la sanidad privada.
También hay otra serie de preocupaciones que no tienen que ver con el Covid-19, que son más de
carácter político, pero al final estamos viendo una deriva en el Gobierno que pone en peligro la sanidad privada.
¿Qué peso tiene el sector sanitario privado en España?
"Ningún sistema sanitario estaba preparado para atender una pandemia con este impacto, y esto no es culpa de nadie".
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Es curioso porque, durante la pandemia, pedimos muchas veces el
reconocimiento a este sector, no solo por la atención al 30 por ciento de los pacientes que han requerido hospitalización y UCI, sino por lo que supone y aporta la sanidad privada.
La sanidad privada supone
el 3,3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). Es un sector que da trabajo a más de 350.000 profesionales, lo que supone el 56 por ciento de los hospitales y el 32 por ciento de las camas. Además, representa el 30 por ciento del gasto sanitario en España y, por ejemplo, en intervenciones quirúrgicas supone el 40 por ciento. Sin embargo, a pesar de todo ello, todavía cuesta muchas veces a nivel político hablar de lo público y de lo privado.
¿Se enfrenta ahora la sanidad privada a nuevos retos y preocupaciones que antes no tenía? ¿Cuáles son?
La escasez de profesionales tiene varias soluciones, como homologaciones, compatibilidad y plazas MIR. En este campo, también tenemos que tener en cuenta la necesidad de especialistas que tiene el ámbito privado y el reto de que haya cada vez
más hospitales universitarios en el ámbito privado y que puedan acoger residentes.
El problema en l
a relación con el sector asegurador es tremendamente relevante, porque el 65 por ciento de la facturación de los centros privados viene por la vía de pacientes que acuden con un seguro de salud y
no hay una relación de igual a igual y hay que generarla. De hecho, vemos durante estos años cómo se ha ido produciendo una concentración del sector que responde a la necesidad de establecer una conversación de tú a tú con el ámbito del seguro. Entonces, podemos seguir promoviendo esta concentración o podemos sentarnos y
establecer líneas de trabajo que hagan que el sistema sanitario español, sobre todo en su parte privada, progrese de una forma que tenga un sentido más lógico.
Aparte de esta escasez de profesionales y esta relación con el seguro, también
necesitamos que no se nos excluya del Sistema Nacional de Salud (SNS).
¿Qué le pide la sanidad privada al Gobierno?
Antes de la pandemia, queríamos mejorar y desarrollar más la relación con el ámbito público. Una de las batallas que se ha impulsado desde la Fundación IDIS, y que para nosotros también es nuestra, es la
interoperabilidad.
Por otro lado, entre los profesionales, hay una norma de homologación que parece que recoge las peticiones que hace el sector, pero esta deriva que tiene el Gobierno, donde hay ya en trámite una
ley de equidad, hace que la sanidad privada, que hasta ahora ha sido complementaria desde el año 1986, sea excepcional. Se trata de una gran preocupación porque pasamos de pelear para que esos proyectos avancen, a tener que
defendernos de nuestro propio Gobierno o de nuestros propios políticos, porque esto es un ataque a la línea de flotación del sistema sanitario español y de la sanidad privada.
"La ley de equidad es una gran preocupación porque pasamos de pelear para que esos proyectos avancen a tener que defendernos de nuestro propio Gobierno"
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¿Qué medidas considera que hay que poner en marcha de forma más urgente?
Sin duda que esa ley de equidad retire la excepcionalidad de la colaboración público-privada. En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, se ha producido la
reversión del Hospital de Alzira y del Hospital de Torrevieja. El Tribunal de Cuentas valenciano ha establecido en dos de sus informes un sobrecoste de 75 millones de euros anuales en el caso del Hospital de Alzira, y un ahorro de 46 millones al año en el Hospital de Torrevieja de 46 millones de euros. Se ha tomado una
decisión de carácter ideológico, ya que se ha producido la reversión de estos hospitales, algo en lo que estaba en pleno derecho la comunidad, pero sin pensar en el paciente ni en el ciudadano.
En este sentido, cabe recordar que a cada ciudadano de la Comunidad Valenciana esta medida le cuesta
25 euros más al año en impuestos, lo que se traduce en un coste por cada unidad familiar de 200 euros de media. El Hospital de Torrevieja era un hospital que los propios informes de la Comunidad Valenciana advertían que era
el mejor en lista de espera y en percepción por parte del paciente. La satisfacción de los pacientes en el Hospital de Alzira estaba por encima del nueve, tenía casi mil profesionales más para hacer lo mismo, incrementando la lista de espera. Se ha tomado una medida de carácter ideológico que va en contra del ciudadano solamente por tener un posicionamiento de cómo se entiende que se han de hacer las cosas, pero no se ha beneficiado nadie.
Una de las principales preocupaciones que existen ahora mismo son las listas de espera, ¿considera que estamos ante una crisis existencial?
Se trata de uno de los efectos del coronavirus. Durante la pandemia, muchos pacientes no quisieron acudir a los centros sanitarios y bajaron las listas de espera.
Ahora
estamos en la mayor cifra de espera que existe en España desde que se realizan estos registros, estamos por encima de los 700.000, un hito histórico. Y si sumamos la lista de espera diagnóstica y de consulta estamos por encima de los tres millones, y vamos a seguir subiendo porque hay un incremento de solicitud de consulta de especialista de un 26 por ciento.
Sin embargo, no creo que haya que culpar a nadie. El Covid-19 ha tenido estos efectos y
ningún sistema sanitario en el mundo estaba preparado para atender una pandemia con este impacto. Esto no es culpa de nadie. Pero lo que sí es cierto es que en el momento en el que tenemos una crisis sanitaria de una magnitud casi tan relevante como la del Covid-19, el posicionamiento político es que la privada deje de formar parte del Sistema Nacional de Salud.
"En el momento en el que tenemos una crisis sanitaria, el posicionamiento político es que la privada deje de formar parte del SNS"
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¿Qué propone la sanidad privada para solucionar este problema?
Eliminar esa excepcionalidad para que se cuente con la privada. Si tenemos el 56 por ciento de los hospitales y el 32 por ciento de las camas, solo
con 7.000 de nuestras camas podríamos hacer que la lista de espera se redujera a la mitad. Nuestra disponibilidad es total y absoluta. Lo hemos demostrado durante la pandemia y también lo hemos demostrado antes, pero durante el Covid-19 ha sido tan manifiesta y patentemente clara que es innegable.
Otro de los problemas en España es la escasez de profesionales sanitarios. ¿Ha empeorado esta situación? ¿Por qué no hay trabajadores sanitarios? ¿Qué se puede hacer al respecto?
Muchos de los profesionales que trabajan en el sector privado compatibilizan su actividad con el ámbito público, sobre todo en el caso de los médicos, pero en Enfermería no, y recordemos que quien llamaba por teléfono y hacía el rastreo en la época del Covid-19 eran profesionales de este colectivo. Hemos pasado momentos en los que
hemos tenido que cerrar plantas de hospitales por falta de personal de Enfermería y ahí tenemos una propuesta muy concreta.
Por un lado, pensamos que tienen una formación excepcional, que ha mejorado mucho en los últimos 20 años y, sin embargo, sigue teniendo exactamente las mismas competencias que entonces. Creemos que tiene que haber una
evolución de las competencias y de su papel y, para ello, es necesario que haya una
FP de grado superior o que se cree un
grado nuevo, aparte de que esta norma de
homologación salga adelante.
Carlos Rus descarta la jubilación anticipada de sanitarios, pero defiende que "hay que valorar las competencias que se tienen en ciertas edades".
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Un asunto que preocupa también a los profesionales sanitarios es la jubilación. ¿Qué opina de que el Gobierno haya fijado los 70 años como la edad límite para prolongar la vida laboral de los médicos y enfermeros que operan en el país?
Aquí hay mucho sentido común. Cualquier persona en España puede decidir cuándo jubilarse: a los 65, a los 70 o a los 80 años. No obstante, en el campo de la sanidad, hay que establecer una serie de valoraciones. Hay que
valorar las competencias que se tienen en ciertas edades para ver si un profesional puede llevar a cabo todo aquello que su profesión le permite, porque no es lo mismo realizar intervenciones quirúrgicas con 40 años que con 80.
No me preocupa si la edad son los 65 o 70 años, a mí lo que me preocupa es
que el médico esté en plenas facultades para atender al paciente. A lo mejor ese médico puede ser fantástico, tener una experiencia brutal y aportar muchísimo en consulta pero, quizás, en el quirófano ya no toca. Pero esta razón, tiene que ser el Ministerio de Sanidad con la Organización Médica Colegial (OMC) los que se sienten y establezcan este criterio.
Entonces, ¿afirma que debería ampliarse la posibilidad de acogerse a la jubilación anticipada?
Para nada. Y menos en las circunstancias que estamos con escasez de profesionales. Hay que valorar a partir de una edad las competencias profesionales de ese médico para ver si puede dedicarse a todo o a parte de lo que su profesión le permite. No defendemos que se anticipe, modifique o incentive esa jubilación anticipada. Tenemos escasez de profesionales y en el ámbito médico también, por lo tanto,
no es una medida con la que estemos de acuerdo.
ASPE rechaza la jubilación anticipada ante la escasez de profesionales
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Otra cuestión que afecta de lleno a la sanidad privada es la aparición de seguros low cost. ¿Cómo lo está viviendo? ¿Se deberían poner normas más rígidas?
Imagínate que te enteras de que hay un seguro por 12 euros que establece consultas gratuitas, ilimitadas para toda la familia y que la prestan los centros sanitarios, pero nadie antes se ha sentado con nosotros para negociar esta oferta. Este problema parte ahí pero ahora llega
el profesional que se pregunta cuánto le están pagando por una consulta. Es un problema que nos vemos obligados a trasladar al profesional.
Cuando comentábamos al principio y decíamos que la necesidad de sentarse con el sector del seguro para hablar de tú a tú, es para hablar de estas cuestiones. Esto
no tiene sentido ni para ellos ni para nosotros. Ese tipo de pólizas hacen que un paciente tenga que esperar dos horas para acceder a una urgencia y esto en el ámbito sanitario privado no puede pasar. No puede pasar en ninguno, pero es que a nosotros se nos exige esa accesibilidad porque
nuestro paciente también se considera cliente.
Rus: "Ser una compañía aseguradora en este sector es mucho más amable que ser un centro sanitario o un profesional".
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Sobre el concierto sanitario Muface, que ha perdido una de las aseguradoras y otra se 'tambalea', ¿por qué no parece tan atractivo?
Para los funcionarios lo es porque más del 80 por ciento eligen la privada. Pero si tenemos una población cada vez más envejecida, necesitamos más atención médica.
Por encima de los 60 años se produce el 80 por ciento del gasto sanitario. Entonces, Muface es deficitaria para los seguros, es decir, los seguros pueden conseguir empatar en el mejor de los casos y en la mayoría pierden con Muface.
Su atractivo es que les da volumen y ese volumen les da capacidad de negociación. No hay una compañía de seguros que no haya tenido
buen resultado. En el año 2020, con el coronavirus, incrementaron un 60 por ciento sus beneficios.
Todos los seguros han subido y han incrementado el número de pólizas teniendo
muchos menos siniestros porque el siniestro se ha llamado Covid-19. Entonces, ¿les compensa? A los que están, sin duda. Ser una compañía aseguradora en este sector es mucho más amable que ser un centro sanitario o un profesional sanitario.
¿Cómo ha afectado el envejecimiento de la población y la obesidad a la forma de trabajar de la sanidad privada?
Cada vez tenemos una
pirámide poblacional más envejecida y, por lo tanto, se incrementan el número de pacientes crónicos. Si a esto, además, sumas la obesidad, donde tenemos a la mitad de la población española, y los nuevos medicamentos, que han permitido que enfermedades que no tenían cura de pronto puedan dejar de existir, ¿a dónde vamos?
¿Lo solucionamos con copagos? Parece que no. Los últimos movimientos políticos han bloqueado esta posibilidad.
La sanidad ya supone el 40 por ciento de media de los presupuestos de las comunidades autónomas. Si queremos un sistema que tenga sostenibilidad, de los mismos servicios y no establezca nuevos copagos,
no habrá futuro si no se cuenta con la colaboración público-privada.
Carlus Rus en un momento de la entrevista en el plató de Redacción Médica.
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¿En qué punto se encuentra el Plan Estratégico de ASPE 2020- 2026?
Sin parar. Tenemos iniciativas concretas en distintas comunidades autónomas en
materia de compatibilidad e interoperabilidad. Estamos peleando el tema fiscal y se han mantenido reuniones con el Ministerio. También seguimos con el proyecto de
impulsar la tecnología con proyectos como el 'Welcome Day', donde en convocatorias anteriores salieron tres empresas que se han revalorizado casi un 30 o un 40 por ciento.
Se trata de una forma de atraer talento, de que los
nuevos emprendedores del ámbito tecnológico se centren en el sector privado, que apuesten y que nos traigan soluciones a los problemas que tenemos y nosotros hacerlos muy accesibles. Creo que
es una iniciativa en la que todos ganamos, fundamentalmente los pacientes y nuestros centros.
¿En qué proyectos de envergadura trabaja ASPE de cara al próximo año?
Estamos trabajando en homologaciones, incompatibilidades, interoperabilidad, proyectos tecnológicos, temas fiscales, el código con las compañías de seguros y, sobre todo, estamos peleando mucho en los últimos años por que
ASPE dé el papel que se merece a la sanidad privada. Ese reconocimiento por tener cada vez una mayor capacidad de llegada
a nivel político y mediático.
Lo ha hecho la unidad de nuestros asociados, que seamos una patronal única, que estén todos los
players y que actuemos todos a uno. Factores muy importantes porque vemos lo que se avecina como, por ejemplo, esta tormenta política y
necesitamos esa unidad y ese impulso.
"Estamos peleando mucho en los últimos años por que ASPE dé el papel que se merece a la sanidad privada"
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Tenemos más proyectos porque estamos permanentemente viendo qué necesitan nuestros asociados. Estamos lanzando una nueva iniciativa para el
diagnóstico dermatológico por inteligencia artificial y vamos a hacer una jornada en el mes de septiembre, y ya estamos planteando la 'Jornada de Alta Complejidad' para poner en valor que somos punta de lanza tecnológica en la sanidad de este país, no solo las primeras máquinas de
protonterapia o el primer da Vinci, sino también iniciativas de este tipo porque tenemos esa
conciencia social.
Carlos Rus desglosa las iniciativas que tiene en marcha ASPE y destaca su compromiso social.
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