Además, han demostrado que la administración de un análogo de IGF-1 los elimina con éxito

La insulina tipo 1, detrás de una diana terapéutica en espasmos infantiles


1 jul. 2022 15:45H
SE LEE EN 3 minutos
Un estudio liderado por el Texas Children's Hospital (Estados Unidos) ha descubierto que los niveles del factor de crecimiento de la insulina -1 (IGF-1) y su señalización descendente se reducen en los cerebros tanto de los pacientes con espasmos infantiles (EI) como de los modelos animales. Además, en su investigación, publicada en la revista científica Annals of Neurology, han demostrado que la administración de un análogo del IGF-1 a un modelo animal de EI elimina con éxito los espasmos y la actividad cerebral anormal. 

"Se ha informado anteriormente de que los pacientes con EI con anomalías cerebrales preexistentes tienen niveles bajos de IGF-1 en su líquido cefalorraquídeo y nos interesaba investigar si los niveles de IGF-1 estaban alterados en los cerebros de los animales y pacientes con EI", apunta John Swann, líder del estudio.

El equipo utilizó un método bien establecido para inducir espasmos epilépticos espontáneos en roedores. Esta metodología, desarrollada en 2008 en el laboratorio de Swann, consiste en la infusión crónica de tetrodotoxina (TTX) en la corteza del cerebro de ratas infantes, lo que provoca una lesión en el lugar de la infusión y da lugar a espasmos prácticamente idénticos a los observados en los pacientes con EI.

Un análogo de IGF-1 elimina los espasmos infantiles en animales


"Como es de esperar tras una lesión cerebral, observamos un aumento de los niveles de IGF-1 en las células de apoyo no neuronales en el lugar de la infusión de TTX", afirma Swann. Sin embargo, lo que más sorprendió fue la notable y generalizada disminución de la expresión de IGF-1 en las neuronas corticales de las regiones cerebrales adyacentes o más alejadas del lugar de la inyección de TTX, un fenómeno del que nunca se había informado antes". 

A continuación, el equipo estudió el tejido cortical resecado de pacientes con EI que habían sufrido accidentes cerebrovasculares perinatales y se habían sometido a cirugía para controlar sus convulsiones intratables. Los resultados fueron notablemente similares a los que habían observado en los animales con EI.

Además, para determinar si el aumento de los niveles de IGF-1 en la corteza de los animales con SI podría mejorar los espasmos, el equipo utilizó una versión más pequeña de IGF-1 que puede atravesar la barrera hematoencefálica con mayor facilidad que la hormona completa.

El tripéptido de IGF-1 que probaron es un subproducto natural de la descomposición del IGF-1 que se encuentra normalmente en el cerebro. "Estamos entusiasmados porque estos resultados plantean la tentadora posibilidad de que este análogo del IGF-1 pueda utilizarse para tratar a los pacientes con EI en el futuro", señala Swann.

¿Qué es el espasmo infantil?


El espasmo infantil es un síndrome epiléptico grave de la infancia y representa el 50 por ciento de todos los casos de epilepsia que se producen en los bebés durante el primer año de vida. Las opciones actuales de tratamiento de este trastorno son limitadas y la mayoría de los bebés afectados crecen con retrasos en el desarrollo, discapacidades intelectuales y otros tipos de epilepsia grave.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.