La tasa de obesidad infantil en España sigue siendo una de las más altas del mundo, con un 9 por ciento en 2012

El 70% de los padres no es consciente del sobrepeso de sus hijos
El 30 por ciento de los niños tiene exceso de peso.


20 jul. 2017 10:40H
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POR REDACCIÓN
La tasa de obesidad infantil en España sigue siendo de las más altas del mundo. Sin embargo, los padres nos son conscientes del exceso de peso de sus hijos.

Según datos del estudio ‘Exceso de peso infantil en España 2006-2012. Determinantes y error de la percepción parental’, publicado en Revista Española de Cardiología (REC), el porcentaje de progenitores que perciben erróneamente el sobrepeso de sus menores aumentó del 60,8 por ciento del curso 2006-2007 al 71,4 por ciento del 2011-2012

Unos números que contrastan con la prevalencia de exceso de peso entre los niños, cuyo índice apenas bajó del 30,1 por ciento al 29,7 durante ese periodo. Una tendencia que se repitió con la obesidad, que se apenas se movió del 9,6 al 9 por ciento. Entre los factores asociados a la obesidad están la ingesta de bebidas azucaradas y las dietas altamente energéticas y deficientes en fruta y verduras, el escaso número de horas de sueño y el excesivo sedentarismo.

En palabras de uno de los autores de la investigación, Miguel Ángel Royo Bordonada, "las posibles causas de la percepción errónea del exceso de peso de los menores tienen que ver con la normalización de la obesidad". Otros posibles factores son la estigmatización social y la evitación de sentimientos de culpabilidad.

Campañas de concienciación

Los especialistas defienden que las políticas de mejora de la salud infantojuvenil deberían incluir planes de concienciación del problema de la obesidad, dirigidos a la población general y a los padres, quienes son fundamentales en el establecimiento de hábitos saludables, y medidas específicas para las clases sociales desfavorecidas, que presentan cifras más altas de obesidad y peores hábitos de alimentación, sueño y sedentarismo, asociadas a sus menores recursos y capacidades para superar las barreras que dificultan la adquisición y mantenimiento de hábitos saludables de alimentación y actividad física en un entorno fuertemente obesogénico.

En ese sentido, para Miguel Ángel Royo Bordonada "hacen falta campañas de concienciación sostenidas en el tiempo. Esto debería ir acompañado de un trabajo a nivel clínico, que debe implicar a todos los profesionales sanitarios en colaboración con los padres, quienes tienen un papel esencial en la modificación de hábitos de sus hijos, ya que las cifras no animan a ser optimistas".
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