Imagen de un recién nacido.
Una investigación realizada por el Instituto de Investigación Infantil Murdoch (
MCRI, por sus siglas en inglés), Australia, ha demostrado que la
vacuna Bacille Calmette-Guérin (BCG), una inoculación que se ha usado
contra la tuberculosis, podría ayudar a reducir la
incidencia de eccema en bebés de alto riesgo debido a sus efectos beneficiosos.
El hallazgo publicado en la revista
Allergy señala que la vacuna BCG,
utilizada en Australia hasta la década de 1980 para prevenir la tuberculosis, se había probado en un ensayo para ver si podía reducir la tasa de
alergias e infecciones en los bebés.
Los resultados iniciales mostraron que
la vacuna BCG tuvo un efecto beneficioso en la prevención del eccema en bebés de alto riesgo. En esta etapa, los autores señalaron que no había
evidencia suficiente para recomendar la
vacuna BCG neonatal para todos los bebés para prevenir el eccema en el
primer año de vida. El beneficio, sin embargo, fue mayor en los bebés que padecieron
fiebre del heno, asma o eccema. En este grupo, una
sola dosis de BCG poco después del nacimiento redujo la incidencia de eccema en un
25 por ciento.
Los investigadores principales, el profesor
Nigel Curtis,
Laure Pittet y Nicole Messina, llevaron a cabo esta investigación como parte del
‘Melbourne Infant Study: BCG for Allergy and Infection Reduction (Mis Bair)’.
Resultados del ensayo 'Mis Bair'
El
'Mis Bair' es un ensayo controlado aleatorio para evaluar el efecto de la vacuna BCG neonatal en los resultados clínicos de
alergia e infección durante los primeros cinco años de vida. El estudio se basa en la idea de que la vacuna BCG
estimula el sistema inmunológico para que sea mejor para combatir las infecciones y menos propenso a las alergias.
Para ello, los investigadores tomaron una
muestra de 1.272 bebés inscritos en este estudio, los cuales fueron asignados al azar, poco después del nacimiento, en uno de dos grupos: uno que
recibió la vacuna BCG y el otro que no.
Los investigadores siguieron a cada bebé de del ensayo hasta que tenían
aproximadamente un año, y observaron las
medidas de infección, alergia alimentaria y eccema.
Incidencia de eccema a los 12 meses
Los resultados de la investigación apuntaron a que la
incidencia de eccema a los 12 meses fue del
32,2 por ciento en el grupo de BCG en comparación con el
36,6 por ciento en el grupo de control. Además, al comparar los lactantes del grupo de BCG con el grupo de control, el
15,7 por ciento frente al
19,2 por ciento presentaba
lesiones de eccema en la visita de los 12 meses; 35,7 por ciento frente a 39,0 por ciento informó que usaban esteroides tópicos; y el 7,3 por ciento frente al
10,2 por ciento tenía puntuaciones de eccema grave.
En
344 lactantes de alto riesgo (dos padres atópicos), la incidencia de eccema a los 12 meses fue del
35,3 por ciento en el grupo de BCG en comparación con el
46,8 por ciento en el grupo de control.
El equipo del ensayo Mis Bair continúa siguiendo a estos bebés durante sus
primeros cinco años de vida y también está analizando el efecto del BCG en las
infecciones del tracto respiratorio, las alergias y el asma.
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