La inyección Bacille Calmette-Guérin (BCG) ayuda a bajar la tasa de alergias e infecciones en recién nacidos

Efecto "beneficioso" de la vacuna de la tuberculosis en eccemas de bebés
Imagen de un recién nacido.


24 ago. 2021 15:15H
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POR CRISTIAN GALLEGOS
Una investigación realizada por el Instituto de Investigación Infantil Murdoch (MCRI, por sus siglas en inglés), Australia, ha demostrado que la vacuna Bacille Calmette-Guérin (BCG), una inoculación que se ha usado contra la tuberculosis, podría ayudar a reducir la incidencia de eccema en bebés de alto riesgo debido a sus efectos beneficiosos.

El hallazgo publicado en la revista Allergy señala que la vacuna BCG, utilizada en Australia hasta la década de 1980 para prevenir la tuberculosis, se había probado en un ensayo para ver si podía reducir la tasa de alergias e infecciones en los bebés.

Los resultados iniciales mostraron que la vacuna BCG tuvo un efecto beneficioso en la prevención del eccema en bebés de alto riesgo. En esta etapa, los autores señalaron que no había evidencia suficiente para recomendar la vacuna BCG neonatal para todos los bebés para prevenir el eccema en el primer año de vida. El beneficio, sin embargo, fue mayor en los bebés que padecieron fiebre del heno, asma o eccema. En este grupo, una sola dosis de BCG poco después del nacimiento redujo la incidencia de eccema en un 25 por ciento.

Los investigadores principales, el profesor Nigel Curtis, Laure Pittet y Nicole Messina, llevaron a cabo esta investigación como parte del ‘Melbourne Infant Study: BCG for Allergy and Infection Reduction (Mis Bair)’.


Resultados del ensayo 'Mis Bair'


El 'Mis Bair' es un ensayo controlado aleatorio para evaluar el efecto de la vacuna BCG neonatal en los resultados clínicos de alergia e infección durante los primeros cinco años de vida. El estudio se basa en la idea de que la vacuna BCG estimula el sistema inmunológico para que sea mejor para combatir las infecciones y menos propenso a las alergias.

Para ello, los investigadores tomaron una muestra de 1.272 bebés inscritos en este estudio, los cuales fueron asignados al azar, poco después del nacimiento, en uno de dos grupos: uno que recibió la vacuna BCG y el otro que no.

Los investigadores siguieron a cada bebé de del ensayo hasta que tenían aproximadamente un año, y observaron las medidas de infección, alergia alimentaria y eccema.


Incidencia de eccema a los 12 meses 


Los resultados de la investigación apuntaron a que la incidencia de eccema a los 12 meses fue del 32,2 por ciento en el grupo de BCG en comparación con el 36,6 por ciento en el grupo de control. Además, al comparar los lactantes del grupo de BCG con el grupo de control, el 15,7 por ciento frente al 19,2 por ciento presentaba lesiones de eccema en la visita de los 12 meses; 35,7 por ciento frente a 39,0 por ciento informó que usaban esteroides tópicos; y el 7,3 por ciento frente al 10,2 por ciento tenía puntuaciones de eccema grave.

En 344 lactantes de alto riesgo (dos padres atópicos), la incidencia de eccema a los 12 meses fue del 35,3 por ciento en el grupo de BCG en comparación con el 46,8 por ciento en el grupo de control.

El equipo del ensayo Mis Bair continúa siguiendo a estos bebés durante sus primeros cinco años de vida y también está analizando el efecto del BCG en las infecciones del tracto respiratorio, las alergias y el asma.
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