Este tipo de defensas fueron halladas en el 62% de los menores de entre 6 y 16 años sin contagiar, según un estudio

Coronavirus: anticuerpos preexistentes en niños no infectados


14 nov. 2020 12:00H
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La inmunidad es, desde hace meses, uno de los principales focos de investigación del coronavirus en todo el mundo. Comunidades médicas y científicas centran sus esfuerzos en averiguar los anticuerpos generados frente al virus así como su duración con la búsqueda de una vacuna efectiva como telón de fondo. El panorama más esperanzador lo tienen, hasta ahora, los niños, en los que se han detectado casos de inmunidad cruzada e 'inmunidad entrenada' gracias a las vacunas que recibieron en los primeros 6 años de vida. Científicos de Reino Unido han ido ub paso más allá al demostrar la existencia de anticuerpos preexistentes en menores que no habían contraído el virus. 

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Es una de las principales conclusiones que se extrae de este estudio, publicado en la revista Science, sobre la presencia previa de anticuerpos al SARS-CoV-2 en humanos. En concreto, al analizar diferentes anticuerpos capaces de reconocer proteínas del virus, los investigadores detectaron una inmunidad humoral preexistente en pacientes no infectados. 

El resultado más llamativo lo arrojó el grupo de los menores. El 43,7 por ciento de niños de entre 1 y 6 años presentaba anticuerpos preexistentes que reconocían la proteína S del SARS-CoV-2, capaz de permitir la entrada del virus en las células. Este porcentaje aumentaba hasta el 62 por ciento en los pacientes de entre 6 y 16 años.  

La mayoría de anticuerpos eran de clase IgG, mientras que los pacientes infectados por el Covid-19, 156 en total, predominaron los de tipo IgM e IgA. Solo dos de ellos presentaron anticuerpos IgG.  

Para sorpresa de los expertos, una pequeña parte de los pacientes no infectados que se sometieron a ensayo antes o durante el inicio de la pandemia en el país, también presentaban IgG, pero no anticuerpos IgM o IgA, lo cual, sugiere la "presencia de memoria inmunológica de reacción cruzada".

Destaca también el hecho de que 5 de estos 34 individuos sanos en los que se detectaron anticuerpos IgG habían sido infectados con coronavirus humanos previamente, lo que hace pensar en la existencia de una reactividad cruzada que podría haber persistido de infecciones anteriores, en lugar de haber sido inducida por la más reciente, en este caso el Covid-19

Inmunidad cruzada duradera: "poco probable" 


Los resultados obtenidos se compararon con muestras adicionales de donantes sanos, como por ejemplo, un grupo de 50 mujeres embarazadas en 2018. Cinco de ellas, mostraron IgG, pero no anticuerpos IgM o IgA como en el caso anterior. También se cotejaron con los resultados de mayo de 2019 correspondientes a 101 donantes y de los cuales, tres tenían anticuerpos IgG, que no se correlacionaban con otro tipo de defensas contra diversos virus y bacterias; dos presentaban IgM e IgA, aunque a niveles considerablemente más bajos que en los pacientes con Covid-19, lo que podría significar "una respuesta reciente o en curso".

En la comparativa también se tuvo en cuenta la edad de los participantes, puesto que los datos en menores fueron los más impactantes. Para ello, se recurrió a un estudio realizado entre 2011 y 2018 en el que participaron 48 jóvenes de entre 1 y 16 años. Al menos 21, cerca de la mitad, mostraron niveles detectables de anticuerpos IgG frente al SARS-CoV-2. En otro grupo similar de mayor edad, entre 17 y 25 años, solo fue un individuo el que mostró tales anticuerpos. 

Los promotores del estudio también examinaron la capacidad de los anticuerpos preexistentes para inhibir la entrada del SARS-CoV-2 en las células. Esto se consiguió en sueros de pacientes Covid-19 seroconvertidos (Ab +), pero no en aquellos que aún no se habían seroconvertido (Ab-). Lo llamativo fue que los pacientes no contagiados con anticuerpos también neutralizaron los pseudotipos de Covid-19.  

Según los investigadores, "los estudios epidemiológicos de la transmisión del coronavirus humanos sugieren que es poco probable que la inmunidad cruzada sea esterilizante o duradera. Sin embargo, la inmunidad previa inducida por un coronavirus puede reducir la transmisión de virus homólogos y heterólogos, y mejorar los síntomas"

De hecho, una infección previa puede influir en la gravedad de Covid-19 y explicar la distribución por edad de la susceptibilidad al virus. Las tasas de infección por coronavirus humanos más altas en niños que en adultos se corresponden con la protección relativa de Covid-19 y también pueden dar forma a los patrones de transmisión estacionales y geográficos. 

"Distinguir la inmunidad preexistente y la nueva será fundamental para comprender la susceptibilidad y el curso natural de la infección por SARS-CoV-2", concluyen los expertos. 
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