Juan Luis Steegmann.
El
grupo parlamentario de Vox ha registrado una Proposición No de Ley en el Congreso de los Diputados en la que defiende una
Ejecución Eficaz de una Estrategia Nacional de Vacunación contra la Covid-19. Su propuesta pasa por 16 medidas, a discutir en el Pleno de la Cámara baja, entre las que se encuentra incorporar a veterinarios a la vacunación en caso de ser preciso, utilizar parques de atracciones o zoos como lugares de vacunación o valerse de los hoteles no ocupados que cuentan con aparatos de refrigeración.
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Para el partido "resulta imperativo poner en marcha una serie de medidas que puedan contribuir a mejorar y acelerar la vacunación y que ésta se realice en óptimas condiciones de eficacia y seguridad. Es nuestro deber aprender de aquellos países que están siendo más eficientes, y trasladar en lo posible modelos de éxito", defienden los de Santiago Abascal, que ponen sobre la mesa las siguientes propuestas:
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Movilizar al Ejército y a otros profesionales del sector privado. El personal sanitario de las Fuerzas Armadas y otros tipos de profesionales del sector privado, incluyendo odontólogos, y si se precisa, incluso veterinarios, han de incorporarse e la Estrategia, previa la correspondiente formación, si fuere preciso.
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Incorporar a las oficinas de farmacia a la Estrategia de Vacunación. Con la necesaria formación y, en su caso, con la supervisión de profesionales de la enfermería, se ampliarían exponencialmente los puntos de vacunación produciendo, además, un efecto de “cercanía” al paciente, tanto física como moral.
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3. Utilizar recintos públicos para la vacunación masiva. Los polideportivos, recintos de congresos de titularidad pública, parques de atracciones y zoos podrían reconvertirse en sitios de vacunación 24/7, con un sistema de cita previa. Hay que tener en cuenta que muchos de estos recintos tienen refrigeradores y sitio suficiente para poner carpas, tal y como se está ejecutando en países de nuestro entorno, como Alemania. Además, cabe utilizar centros escolares y universitarios, así como utilizar la elasticidad de los hospitales, como se hizo en la primera oleada de la pandemia, mediante la instalación de carpas adyacentes. Asimismo, deben incorporarse puntos de vacunación móviles, especialmente en el ámbito rural.
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Ampliar los horarios de vacunación con un plan objetivo para llegar al “Vacunar 24 horas al día, 7 días a la semana”. Se incentivarían las horas extraordinarias fuera del horario habitual, o se contrataría personal que complete tales turnos. La segunda opción: 12/7.
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Aprovechar los huecos de personas que no acuden. Se debe implementar el diseño de una aplicación móvil para gestión de recuerdo de citas, posibilidad de cancelación por parte del usuario, citación de 2.ª dosis, etc. Debe establecerse la posibilidad de cita online, y si alguien falla a la cita, debe crearse un sistema de reservas que permita notificar al “suplente”, e impedir así la pérdida o inutilización de cualquier dosis de la vacuna.
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Emplear la capacidad hotelera no ocupada, si los espacios públicos no son adecuados o suficientes. Muchos de ellos tienen grandes refrigeradores y tienen ahora espacio de sobra.
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Simplificar la burocracia del registro de vacunación. El registro de los datos de vacunación puede ser hecho por personal administrativo de otros sectores no esenciales, para que el personal sanitario no pierda tiempo.
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Incentivar por productividad al personal adscrito a esta Estrategia. Abonar por realización de horas extraordinarias, si son necesarias, y no incentivar por cantidad de vacunas administradas.
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Realizar una campaña de comunicación veraz, transparente y clara. Debe haber homogeneidad en la información, sin fisuras, ni contradicciones. Todas las Administraciones Públicas deben estar alineadas, desde Ayuntamientos al Gobierno central.
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Instaurar la transparencia en los datos de vacunación. Es fundamental tener un registro centralizado de personas vacunadas y su seguimiento en el tiempo, a fin de comprobar reinfecciones, grado de inmunidad, efectos adversos, etc. Sin embargo, los datos que hagan públicos, tanto regionales como del Gobierno central tienen que ser en conjunto, desagregados y sin posibilidad de identificación individual, respetando la privacidad de los vacunados y los no vacunados.
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Implementar un registro online de cita previa, a nivel nacional. Permitiría la vacunación de personas de unas Comunidades Autónomas en otras regiones limítrofes, cuando existiesen huecos disponibles. Es factible, toda vez que ya existe una conexión similar para la receta electrónica.
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Implicar al sector privado en la logística y en la vacunación, evitando conflictos de intereses. Para ello se deberá contar con la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (FENIN) así como con la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) y, para la logística, contar con hoteles, cadenas de supermercados con congeladores, camiones congeladores y empresas de alimentación.
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Aprobación rápida de vacunas, manteniendo la calidad de la evaluación por las agencias, pero disminuyendo la burocracia. Las vacunas han de autorizarse sólo cuando haya garantías de eficacia y seguridad, pero deben minimizarse y agilizar todos los retrasos que obedezcan a razones exclusivamente burocráticas.
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Incorporar a voluntarios, preferiblemente sanitarios jubilados, previo curso de formación. Si no fuese posible por escasez de personal, debe incorporarse a voluntarios formados a tal efecto. Todos ellos gozarán de unas condiciones de trabajo establecidas con las debidas garantías de seguridad, tanto para quienes administran las vacunas, como para quienes las reciben.
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Acudir y pujar de forma más agresiva en los mercados internacionales de vacunas y de mercados de materiales necesarios para la vacunación, permitiendo las compras directas por el sector privado. El Gobierno debe ser más ambicioso y dejar de estar sometido a la Estrategia europea, negociando con las farmacéuticas y empresas de productos sanitarios y biotecnológicas, si bien el sector privado ha de implicarse en la logística y la vacunación. Creemos que esta estrategia pasa necesariamente por una colaboración público-privada, implicando a todos los agentes que proporcionan servicios sanitarios.
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Vacunar a domicilio, en casos concretos e imprescindibles.
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