Carmen Andrés, Ana Prieto, Laura Berja y Josefa Andrés
El
Grupo Parlamentario Socialista ha solicitado la aprobación de la normativa que permita la puesta en marcha de la Red Nacional de Salud Pública como parte efectiva del marco aprobado el pasado mes de julio para
fomentar la vigilancia nacional de la resistencia a antimicrobianos.
En concreto, la formación socialista ha presentado una
Proposición no de Ley, con la que pretende integrar en dicha red las infecciones relacionadas con la
asistencia sanitaria y las resistencias a los antimicrobianos como problemas de salud dentro del
Sistema de Vigilancia para enfermedades transmisibles.
Así mismo, pide al Ejecutivo impulsar las medidas correspondientes al
Plan de Resistencia a los antibióticos (PRAN) de forma conjunta con las comunidades autónomas, sociedades científicas y colegios profesionales, especialmente en un contexto pandémico.
Entre ellas figuran la monitorización del
consumo de antibióticos en salud humana para garantizar el cumplimiento de la normativa europea; la vigilancia en sanidad animal de microorganismos patógenos clínicos, para prevenir de forma temprana el desarrollo de resistencias, o la
formación continuada relacionada con la prevención de infecciones.
Ausencia de garantías legislativas
El plan apuesta igualmente por difundir
campañas de sensibilización entre la población, programas de buenas prácticas y mejorar el uso de antibióticos en hospitales y centros de Atención Primaria mediante Programas de Optimización de Uso de Antibióticos (PROA). Dentro del plan, también se encuentra reflejado el
impulso a la investigación para el desarrollo de nuevos antimicrobianos, así como en el ámbito del diagnóstico, la prevención y el tratamiento de infecciones por bacterias multirresistentes.
Los diputados socialistas denuncian que,
a fecha de hoy, no haya un marco legislativo que regule dichas acciones "marcadas como prioritarias" y suponga una cobertura legal a las iniciativas, necesarias para afrontar "un nuevo escenario sanitario global".
En este sentido, recuerdan que, ya en junio de 2020, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) alertaba por un lado, del un aumento preocupante de las infecciones provocadas por bacterias resistentes a los antibióticos y por otro, del uso abusivo que podrían haber hecho los pacientes Covid-19 de dichos medicamentos. Un dato que se confirmó ya en la primera ola, cuando se produjo un incremento del 40 por ciento el consumo de antibióticos en hospitales debido al tratamiento de pacientes con coinfección o sobreinfección bacteriana.
Aunque el consumo disparado se ha reducido
, España sigue siendo uno de los países que más antibióticos consume en la UE.
La portavoz de Sanidad, Ana Prieto, ha recordado que "cuando no se pueden tratar infecciones con antibióticos a causa de la farmacorresistencia se puede poner en riesgo la salud y la vida del conjunto de las personas, lo que se traduce en un problema de enorme calado, porque conocemos que se está incrementando a nivel mundial".
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