El diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, se ha ganado el sobrenombre de ‘diputado 176’ al garantizar con su voto la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Defiende su decisión por las contrapartidas obtenidas para Canarias y que espera que sirvan para paliar la “subfinanciación” de la Sanidad canaria. Sin embargo, sus coincidencias con el PP terminan ahí y hace una enmienda a la totalidad de la política sanitaria de los últimos años. Médico de profesión (ejerció hasta 2000 en Atención Primaria), considera que los sucesivos gobiernos canarios han descuidado gravemente la sanidad pública del Archipiélago.
Pedro Quevedo: “No me hizo gracia la donación de Amancio Ortega”.
Preside la Comisión de la presuntafinanciación irregular del PP en la queha comparecido Luis Bárcenas. ¿Ha servido de algo esa comparecencia?
Las comisiones de investigación política tienen una deuda con la historia que es que es demostrar que sirven para algo, ya que, en general, no han estado a la altura de las circunstancias. En este caso hemos comenzado con un compareciente que ya sabíamos que no iba a contestar nada. Yo creo que los grupos políticos, en general, han trabajado bien las cosas, y que lo que no ha dicho el compareciente, lo han dicho en buena medida los grupos. Ha habido intervenciones interesantes que, para quien las ha estado escuchando desde fuera, les servirá para ilustrar un poquito los acontecimientos y como se crean este tipo de fenómenos.
La aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, con su voto, ha supuesto un dinero extra para Canarias que se cifra en unos 330 millones. ¿Qué parte de esta cantidad servirá para paliar la infrapresupuestación de la sanidad canaria?
Aquí hay dos elementos: una cosa es la financiación y otra, la política. La subfinanciación el Sistema Nacional de Salud (SNS) es crónica, no viene de ayer o de anteayer. En Canarias, más allá de que haya habido poco recursos, no hemos tenido la suerte de tener gobiernos comprometidos con el desarrollo y el sostenimiento del sistema sanitario público. No son exactamente 330 millones. Este año hay 220, luego habrá 330 y finalmente 440, porque con este el pacto lo que se ha hecho es recuperar la infrafinanciación autonómica que tenía Canarias en tres pasos. ¿Que eso tiene que repercutir en la sanidad pública? ¡No tengo ninguna duda! Tenemos una situación absolutamente catastrófica. No hay olvidar que el segundo problema para la ciudadanía en Canarias es el sistema sanitario, cuando en el pasado era uno de los servicios mejor valorados. ¿Habrá más recursos? ¡Sí! Pero tiene que haber políticas también. No tengo duda de que se va a inyectar más dinero en el sistema sanitario público, porque ya es un escándalo. Pero si las políticas no acompañan, la eficacia será menor.
En Canarias hubo una crisis de gobierno hace seis meses y Coalición Canaria asumió las competencias de Sanidad. ¿Qué opinión le merece hasta ahora la gestión que ha hecho el consejero José Manuel Baltar?
Uno de los elementos que fracturó el acuerdo entre Coalición Canaria y el Partido Socialista fue justamente la sanidad pública. Yo creo que el consejero anterior [Jesús Morera] puso de manifiesto la poca voluntad de su socio de gobierno en inyectar los recursos necesarios al sistema sanitario público y que era necesario actuar sobre las listas de espera. Baltar es esencialmente un hombre con perfil tecnocrático, no con perfil político, al que además yo conozco bien y valoro. Me parece una persona competente. Lo primero que ha hecho ha sido poner encima de la mesa una cifra de lista de espera absolutamente terrorífica.
Ha sido bastante polémico, porque los datos oficiales se han quintuplicado…
Lo cual quiere decir que los que veníamos diciendo que las cosas no iban en la dirección correcta no íbamos desencaminados. A mí me gustaría pensar que el tener personas con capacidad técnica suficiente para actuar sobre los problemas de fondo del sistema sanitario, va a venir acompañado del apoyo político suficiente para que las necesidades que se detectan estén cubiertas. El problema es que cuando se tiene poco perfil político, se suele pintar poco a la hora de decidir, pero me gustaría pensar que el criterio técnico va a servir para informar la decisión política. Lo comprobaremos en breve.
Quevedo durante un momento de la entrevista.
¿No le preocupan los vínculos de Baltar con algunos grupos sanitarios privados?
Imagino que el señor Baltar no se dedicará a actuar en contra de la parte concertada del sistema, pero al tiempo entenderá que a quien representa es al servicio público, al Servicio Canario de la Salud (SCS). Me gustaría pensar que eso lo tiene claro. A la sanidad concertada en Canarias no le va mal, así que ahora debería tocar que le vaya bien a la otra parte.
¿Qué opinión le merece la reciente donación de Amancio Ortega?
Muy bien, muchas gracias, don Amancio… pero una vez dicho eso, agrego otra cosa: cuando empezamos a hablar de beneficencia, dejamos de hablar de derechos. Se agradece mucho que el señor Ortega haga esto, pero quizá estaría mejor que sean los poderes públicos los que garanticen el derecho a la salud de los ciudadanos. Si hay alguien que de forma altruista y filantrópica decide ayudar, estaría mejor en el terreno de investigación, porque, si no, esto empieza a parecerse gravemente a la introducción de elementos de beneficencia en un sistema garantista como es el SNS. Sinceramente, no me ha hecho gracia.
Parece que este periodo de sesiones en el Congreso de los Diputados se ha caracterizado por mucha bronca y pocas leyes. ¿También en sanidad?
Yo creo que la Comisión de Sanidad está funcionando razonablemente bien. Hay algún tema que se ha puesto en marcha y que está bien, el reconocimiento de derechos a determinados colectivos… pero todo lo que no sea recuperar los valores originales del SNS, en tanto que universal, gratuito y garantista, será una pérdida de tiempo. Yo creo que ya es el momento de empezar a actuar en esa dirección. Porque hay que identificar bien lo que ha ocurrido en el Estado español en los últimos años. Lo que se ha producido ha sido un cuestionamiento del derecho a la salud de colectivos importantes de ciudadanos y por otra parte ha habido un daño tremendo a la financiación del sistema público... creo que son 16.000 millones menos. Esto ha producido un conjunto de consecuencias que es necesario revertir.
Estamos hablando, entiendo, de revertir el famoso Real Decreto 16/2012 de sostenibilidad del sistema sanitario.
Sí, claro. Y además hay que trabajar en la dirección de garantizar la sostenibilidad de los servicios públicos fundamentales, lo que implica una modificación de la Constitución Española, porque claro, cuando se modifica el artículo 135 para plantear política de déficit 0… eso está muy bien, siempre que se establezca las cautelas de lo fundamental. Tiene que existir un sistema garantista de financiación de los grandes servicios públicos.
¿Y cómo se consigue esto? Hemos visto con la aprobación de los presupuestos que se pueden arrancar algunas concesiones al Gobierno.
Hay una cuestión ideológica en el fondo: estamos los que defendemos modelos garantistas de servicio público amplios, y hay quién defiende la reducción de esos servicios públicos. Nosotros no vamos a pedir que a nadie se haga un trasplante cerebral. Es evidente que en la genética del Partido Popular no está la defensa de los servicios públicos, no forma parte de su ideario ni de sus convicciones más profundas y por eso precisamente, cuando hubo que actuar para afrontar la dura crisis –que fue provocada por otros, no por los servicios públicos–, las primeras decisiones que se toman fue dañar gravemente los servicios públicos fundamentales. ¿Qué tiene que ocurrir? Lo que debería de ocurrir es un cambio político en España y no se ha producido. Nueva Canarias apostó por eso, en la medida de nuestras limitadas fuerzas, pero no da la sensación que se den las condiciones para ello. Yo, sinceramente, no veo un escenario de cambio político. Lo que sí es posible es aprovechar la minoría del Gobierno de España, para retrotraer los elementos más recesivos y trabajar en una dirección favorable para los grandes servicios públicos, entre ellos la sanidad.
En este contexto, usted ha defendido la aprobación de los PGE como un acto de “patriotismo canario”.
Sí. Tuve que hablar del patriotismo canario porque, como hay quién anda descubriendo cosas todos los días, alguien descubrió el patriotismo español. Los canarios de patriotismo español ya hemos tenido bastante. O hacemos un poco de patriotismo de la tierra o seguiremos estando sometidos al maltrato al que hemos estado sometidos de forma absolutamente constatable a lo largo de los últimos años.
Desde la barrera, ¿cómo ha vivido este último Consejo Interterritorial?
El Consejo Interterritorial ha perdido influencia y yo diría que incluso autoritas, porque, claro, cuando quien debe impulsar y tratar de coordinar lo que está haciendo es desmontar el Sistema Nacional de Salud es muy que tenga autoridad en un órgano como este. Nosotros creemos que el Consejo Interterritorial es un órgano determinante para garantizar un mínimo de equidad en el sistema, pero ha sido desnaturalizado gravemente en los últimos tiempos y ha perdido buena parte de su autoridad.
Pedro Quevedo, durante un momento de la entrevista.
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