La Comisión de Reconstrucción Social y Económica pacta sus compromisos sanitarios en 2020.
En el año 2020 el
Covid-19 puso en jaque al Sistema Nacional de Salud. Con hospitales desbordados y profesionales al límite, las
carencias estructurales quedaron más expuestas que nunca: precariedad laboral, insuficiente inversión en Primaria, y un modelo de salud pública desactualizado e incapaz de afrontar crisis de esta magnitud. En respuesta, el Congreso puso en marcha la
Comisión de Reconstrucción Social y Económica, con el
objetivo de reforzar el SNS y evitar que una situación similar volviera a repetirse. Cinco años después, algunos de los compromisos propuestos por este organismo han dado frutos, como la
Agencia Estatal de Salud Pública, que está a punto de ver la luz, mientras que otros siguen esperando su momento. Ha llegado el momento de hacer balance.
Hay que reconocer que muchas de las iniciativas de la
Comisión de Reconstrucción ya se han cristalizado en medidas concretas gracias al Ministerio de Sanidad. Se han distribuido fondos para
reforzar la Atención Primaria y la digitalización sanitaria ha dado pasos adelante. Sin embargo, muchos de los compromisos se han quedado en el papel: el
Pacto de Estado por la Sanidad nunca llegó, y la
sanidad penitenciaria sigue sin transferirse a la mayoría de las comunidades autónomas.
La Agencia Estatal de Salud Pública, en el horizonte
En materia de gobernanza, uno de los compromisos más relevante en los que se ha avanzado ha sido la
creación de la Agencia Estatal de Salud Pública, que busca mejorar la cooperación entre las comunidades autónomas en la gestión sanitaria. Tal y como adelantó en su momento
Redacción Médica, si todo va como lo previsto, este mismo jueves,
13 de marzo, la
Comisión de Sanidad abordará los últimos detalles sobre este proyecto, previos a su debate en el Congreso de los Diputados.
Sin embargo, el gran
pacto de Estado por la sanidad que pretendía
blindar el Sistema Nacional de Salud y dotarlo de estabilidad, independientemente del color político de los gobiernos, no se ha concretado. Tampoco se ha creado la
subcomisión parlamentaria que debía encargarse del seguimiento de los acuerdos sanitarios.
¿Ha dicho adiós el SNS a la temporalidad?
La
temporalidad en el empleo público era uno de los grandes problemas que sufría el SNS. Para paliarlo, la
Comisión de Reconstrucción planteó en 2020 la necesidad de
actualizar el sistema de contratación para reducir la precariedad. Desde entonces, el Ministerio de Sanidad ha puesto en marcha medidas, como la reforma del Estatuto Marco.
A pesar de estos avances, la
temporalidad en el ámbito sanitario sigue siendo un problema, ya que el acuerdo enfocado en mejorar esta premisa, que el
Ministerio de Politica Territorial y Función publica firmó en 2021 con los
sindcatos, no ha resuelto el problema. Este pacto recogia, entre otras cosas, que los contratos temporales tuviesen una duración máxima de
tres años e indemnizaciones a personal afectado por estas circunstancias.
El acuerdo, además, está pendiente de renovación, lo que ha llevado a que la
Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) haya convocado una
concentración frente al Minsiterio de Hacienda el próximo 19 de marzo para "denunciar el
abandono que los empleados públicos sufren por parte del Gobierno". El motivo es que no se ha reactivado la negociación colectiva para mejorar las condiciones laborales ámbitos como la temporalidad, las
ofertas de empleo público y cuestiones salariales. Estas protestas se extenderán a todo el país.
Atención Primaria avanza con asignaturas pendientes
Reforzar el
papel de la Atención Primaria frente al covid no podía faltar entre los objetivos que propuso esta comisión. El
Ministerio de Sanidad ha mantenido sus esfuerzos desde la pandemia. En octubre de 2024 publicaba dos nuevos contratos con el objetivo de
aumentar la vigilancia epidemiológica contra este virus. Otro de los objetivos que han avanzado favorablemente ha sido el de desarrollar e implementar el
Marco Estratégico para la Atención Primaria y Comunitaria aprobado por el
Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
Junto a esto, se había propuesto reforzar los equipos de Atención Primaria con
personal administrativo con formación sanitaria para desburocratizar el trabajo de los sanitarios. Aunque la figura del '
administrativo de cabecera' ha sido reconocida como buena práctica por la OMS, su implantación sigue en fase de desarrollo, pero se encuentra entre los planes del Ministerio de Sanidad de cara a esta ligslatura.
El propio secretario de Estado de Sanidad,
Javier Padilla, señaló el pasado verano en una entrevista con
Redacción Médica la intención de esta cartera de "
dignificar el rol de los administrativos sanitarios" y de explorar "vías de asignación capitativa". La idea, tal y como detallaba Padilla, es que esta figura esté en contacto con los
pacientes. "No puede ser que la primera cara que vea el paciente sea del ámbito de menor regulación formativa que tenemos" señalaba el secretario de Estado.
Por otra parte, esta Comisión también marcó como prioridad el diseño de un
plan de recursos humanos que garantizara estabilidad laboral, mejoras salariales y mayor equidad en la distribución de profesionales sanitarios. En 2024, el Ministerio de
Sanidad avanzaba con su estrategia de RRHH por distintas vías. Por una parte, junto a la OMS, en un marco de análisis y estudio del personal del que dispone el SNS y también con un plan enfocado a la Atención Primaria, que se centra completar el
Registro Estatal de Recursos Humanos.
Otra de las materias pendientes es el impulso de la
Enfermería Familiar y Comunitaria, con un escaso desarrollo de la especialidad. La optimización del
papel del Trabajo Social en salud tampoco ha sido una realidad a nivel estatal, aunque algunas comunidades han reforzado este ámbito de forma independiente.
Por último, entre otras mejoras destinadas a AP destacan
avances digitales hacia la incorporación de la
atención telefónica como una herramienta habitual en los centros de salud. Sin embargo, la
telemedicina aún genera reticencias entre pacientes y profesionales, lo que dificulta su expansión como alternativa viable, a pesar de ser una de las medidas más eficaces para reducir la carga asistencial. Otras
mejoras en el ámbito de la transformación digital tienen que ver con la llegada de la Inteligencia Artificial. Desde 2021, se han impulsado herramientas de este tipo en la
digitalización en hospitales y centros de salud. Sin embargo, sigue sin crearse una
unidad directiva de alto nivel en el Ministerio de Sanidad que lidere la transformación digital del sistema.
Luces y sombras en investigación y terapias avanzadas
En el ámbito de la
investigación, se ha logrado
reforzar el Plan de Terapias Avanzadas, con la inclusión de
nuevos tratamientos CAR-T en el Sistema Nacional de Salud. No obstante, la
inversión en I+D+i sigue por debajo de la media europea.
En 2023, este se situaba en un 1,44 por ciento del PIB, una cifra que lo sitúa lejos del objetivo del 2 por ciento que se había fijado. Otra de las medidas pendientes es la extensión de la categoría de "
Facultativo Especialista Investigador" a todas las comunidades autónomas.
Compromisos del ámbito farmacéutico
En e
l ámbito farmacéutico destaca el compromiso del Ministerio de Sanidad con el
fomento del uso de medicamentos genéricos y biosimilares. La
reforma del Sistema de Precios de Referencia ha facilitado su introducción en el mercado, aunque su penetración sigue por debajo de la media europea. Sin embargo, el
programa Profarma, diseñado para incentivar la competitividad y la
innovación en la industria farmacéutica, sigue acumulando retrasos. A pesar de que el Gobierno anunció su renovación en 2024, la medida se ha aplazado hasta 2025.
Sí que se ha cumplido el compromiso de poner en marcha una
red nacional de evaluación de medicamentos, en coordinación con las comunidades autónomas. En concreto, en 2022 se creó
Revalmed, la Red Española de Evaluación de Medicamentos del Sistema Nacional de Salud, encargada de elaborar los Informes de Posicionamiento Terapéutico (IPT) de los fármacos. Por otra parte, también se ha reforzado la
colaboración público-privada con la industria farmacéutica gracias al
plan estratégico, que surge como un marco de coordinación y colaboración entre ambos entes.
Este '
plan pharma' avanza con paso firme desde su presentación, que se llevó a cabo a finales de 2024. Su estrategia se basa en un "enfoque ecosistema" que reconoce la relación entre la
innovación, la producción y el
acceso a los medicamentos. Uno de los aspectos que destaca el Gobierno es la importancia de la colaboración entre todos los actores involucrados, incluyendo a las comunidades autónomas, los pacientes, los profesionales sanitarios y la
industria farmacéutica.
Financiación sanitaria
En materia de financiación, el
Fondo de Cohesión Sanitaria se ha actualizado periódicamente para garantizar la asistencia a pacientes de distintas comunidades autónomas, pero sigue sin acometerse una
reforma estructural del sistema de financiación autonómica que asegure la
sostenibilidad de la sanidad pública.
No se ha creado el
Fondo de Reconstrucción Sanitaria plurianual, que debía incentivar mejoras en diversas áreas sanitarias, ni se ha activado el
Fondo de Garantía Asistencial para compensar los gastos derivados de la movilidad de pacientes entre comunidades.
Promesas cumplidas e incumplidas en materia de salud pública
En el ámbito de la
Salud Pública, algunos avances han sido logrados, aunque persisten áreas pendientes de implementación. La Ley General de Salud Pública, ha reforzado
Red de Vigilancia en Salud Pública en colaboración con las comunidades autónomas, lo que ha permitido mejorar la respuesta ante emergencias sanitarias.
Sin embargo, hay varios aspectos que aún no se han llevado a cabo, como la organización de una
red nacional de depósitos de reserva de material sanitario estratégico. Tampoco se ha actualizado - de momento - la
Estrategia Nacional de Equidad en Salud, un paso necesario para abordar las desigualdades en el acceso y calidad de los servicios sanitarios, aunque sí se ha creado un Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente.
La sanidad penitenciaria, una deuda pendiente
El traspaso de la
sanidad penitenciaria a las comunidades autónomas es otra de las promesas incumplidas. Por el momento, solo
Cataluña,
País Vasco y
Navarra gestionan su sanidad en prisiones. El pasado seis de marzo, los partidos del Gobierno señalaba la necesidad de agilizar esta
cesión de competencias en una PNL. Por el momento, se conoce que hace aproximadamente un año, el Ejecutivo central había retomado el contacto con otras regiones para avanzar en el proceso.
Cantabria,
Baleares y
Aragón habían mostrado interés en recibir estas competencias, pero las negociaciones siguen sin materializarse.
Tras este análisis se podría decir que cinco años después se ha avanzado en muchos de los objetivos que propuso en 2020 la
Comisión de Reconstrucción. Un ejemplo es la creación de la
Agencia Estatal de Salud Pública y la mejora en la inversión en Atención Primaria. Sin embargo, los grandes pactos estructurales, la
estabilidad laboral y la transformación digital siguen sin consolidarse, dejando aún muchas asignaturas pendientes para el futuro del sistema sanitario español.
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