Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
La
Comisión Europea engrasa la maquinaria para el desarrollo de un nuevo
plan de Salud Mental enfocado, entre otros efectos, a estimular y potenciar medidas de prevención y tratamiento de los trastornos psicológicos en los Estados miembros. Fuentes del organismo que preside
Ursula von der Leyen han señalado a
Redacción Médica que existe un “compromiso” tanto con la Eurocámara como con los gobiernos estatales para
“reforzar las políticas” de investigación y abordaje de este tipo de patologías, si bien subrayan que el plan se encuentra en fases iniciales.
La propia Von der Leyen incidió, durante un reciente discurso ante los diputados del Parlamento Europeo, en la necesidad de perseverar en la protección de la salud mental de los ciudadanos “en estos tiempos difíciles” marcados por la crisis del
Covid-19. No se trata de un problema menor: estudios suscritos por investigadores de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) apuntan a que solo
en el primer año de pandemia la prevalencia de la ansiedad y la depresión se incrementó un 25 por ciento a escala global, lo que tuvo efectos devastadores especialmente sobre la población joven y adolescente.
Desde la Comisión Europea destacan a este respecto que la atención a la salud mental de la ciudadanía “ocupa
un lugar destacado” en las agendas de Von der Leyen y su responsable de Salud,
Stella Kyriakides, quien según estas fuentes “ya ha comenzado a ampliar la labor de su departamento en materia de enfermedades no transmisibles”. Engloban esta iniciativa en el programa
‘Healthier Together’, impulsado en colaboración con los Estados miembros, que recoge “medidas especificas de salud mental a través de ámbitos como la investigación, la educación, la justicia, el empleo y la inclusión social”.
"Punto de inflexión" para la salud mental en Europa
La nueva estrategia de Salud Mental europea es apenas un esbozo, pero la mera declaración de intenciones de Von der Leyen ha levantado las expectativas en una Eurocámara que interpreta este movimiento como una respuesta directa a sus ruegos.
Estrella Durá, diputada por el PSOE en Bruselas, habla de “punto de inflexión” en la política comunitaria sobre patologías psicológicas y psiquiátricas. “Europa ha reconocido que es necesario tomar cartas en el asunto de la salud mental y por primera vez estamos observando un
interés real”, celebra.
Durá: "Europa ha reconocido que hay que tomar cartas sobre la salud mental, esto es un punto de inflexión"
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En declaraciones a este periódico, la eurodiputada socialista asume la limitada capacidad de la Comisión para legislar en materia sanitaria, una cartera cuya competencia pertenece a los Estados miembros. Más allá de hacer recomendaciones, su labor, explica Durá, estaría más cercana a la de un organismo ‘lanzadera’ que
impulse y financie planes sobre salud mental. No obstante, hay aspectos en los que sí podría influir de forma directa y que tienen que con la situación laboral de los trabajadores sanitarios.
Médicos y enfermeros se encuentran, precisamente, entre los
colectivos más afectados por la ansiedad y el ‘burnout’. Trastornos ‘leves’ que, en ocasiones, han derivado en problemas graves para los empleados. “En este apartado la Unión Europea puede hacer mucho, como promover una directiva sobre
riesgos psicosociales en el trabajo o ahondar en las bajas laborales por enfermedad ocupacional”, informa.
“Lo que importa, en definitiva, es que este sea verdaderamente el año de la salud mental en Europa, porque
nunca se ha hecho algo así”, zanja Durá. Un diagnóstico que comparten desde la bancada popular, cuyos dirigentes se muestran sin embargo más escépticos respecto a los planes de la Comisión. “No nos conformamos con una iniciativa, queremos que la salud mental sea un instrumento de la Unión Europea de la Salud”, destaca la eurodiputada
Dolors Montserrat, quien enfatiza la necesidad de crear “un cuerpo normativo” a escala comunitaria para “armonizar”, desde las instituciones europeas, las estrategias que se lleven a cabo en los países.
“Por supuesto, aplaudimos la iniciativa de la Comisión, pero para nosotros no es suficiente. Queremos que sea algo más que eso, que se convierta en una verdadera estrategia que sirva para dotar de más recursos materiales y humanos a la
Atención Primaria, promover servicios para el bienestar mental”, defiende
Montserrat: "La salud mental es una nueva pandemia, Europa no puede limitarse a proponer una iniciativa, tiene que convertirla en una verdadera estrategia"
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En esta línea, subraya que la salud mental "es la
nueva la pandemia" "Y por eso hemos exigido respuestas, desde el PP de España y el grupo europeo, para que se desarrolle un plan que cubra todos los aspectos de prevención y terapias para los pacientes. Europa no puede darle la espalda a esta realidad, no puede limitarse a proponer una iniciativa”, alega.
Los 'vacíos' de la Estrategia de Salud Mental española
Queda por ver el modo y el grado en que se implantarán las directrices europeas en los diferentes Estados miembros. Precisamente, aprobó el pasado año su propia
Estrategia de Salud Mental, que tendrá vigencia hasta 2026 y que engloba medidas como el
desarrollo del teléfono 024 de atención al suicidio (servicio que próximamente contará con un chat) o la incorporación de la
especialidad de Psiquiatría infanto-juvenil.
Aunque las sociedades científicas aplaudieron este paso al frente para abordar las patologías psicológicas, lo cierto es que algunas de ellas de
“insuficiente” tanto los planes que se han puesto sobre la mesa como la partida destinada a los mismos, que se situó en los 100 millones de euros. “Personalmente estoy contento con lo que hemos hecho dada la magnitud del problema, pero no deja de ser un
acuerdo de mínimos. Todavía es algo un poco superficial”, apunta Víctor Pérez Solá, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (Sepsm).
A este respecto, el facultativo del Hospital del Mar de Barcelona considera que, bajo el paraguas de una normativa europea, los Estados miembros podrán afrontar “asignaturas pendientes” como la
falta de médicos. “Hay trastornos de ansiedad que se quedan sin atender por falta de tiempo o porque se priorizan casos más severos, y esto es consecuencia de la escasez de profesionales”, argumenta.
En esta línea, defiende que la existencia un marco regulatorio a nivel a comunitario podría suponer un importante impulso económico que, aunque
“llegaría al menos 10 años tarde”, sería esencial para incentivar estrategias como la integración de nuevos perfiles profesionales en el programa de Salud Mental (rehabilitadores, integradores sociales, fisioterapeutas).
“Cuando la Unión Europea prioriza un tema, esto suele implicar una inversión importante.Ya veremos a dónde llegamos, pero hay que reconocer que nuestro país ya ha hecho que la salud mental pase a formar una parte esencial de la sanidad”, concluye.
Un análisis semejante hace
Manuel Martín, vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, quien enfatiza el hecho de que los problemas psicológicos de parte de la ciudadanía
“se han agudizado” a raíz de la pandemia, y que estos no se pueden abordar a través de estrategias como la que aprobó el Ejecutivo.
“Quedan muchas tareas pendientes, como la
salud mental en mayores; la atención a los
trastornos graves, que tienen un origen multidimensional; y la
falta de personal, pues hay solo 11 psiquiatras por cada 100.000 habitantes en España. Cinco veces menos que en Suiza y la mitad que en Alemania y Países Bajos”, detalla.
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