La paciente despertó de la anestesia en plena operación.
1 feb. 2017 14:30H
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Cuando Donna Penner, una mujer canadiense, entró en quirófano nunca imaginó que saldría de allí con un trauma por estrés postraumático. Penner despertó de la anestesia en plena operación en un hospital de Manitoba, en Canadá.
“Oí al cirujano hablar y las palabras que me dijo estremecieron hasta la médula de mis huesos: bisturí, por favor”, cuenta Donna Penner. La mujer explica que la acostaron en la mesa de operaciones y empezaron a conectar todo lo necesario para la operación. “El anestesista me puso algo por vía intravenosa y luego una máscara, y me dijo que respirara profunda”, relata Penner.
Sin embargo, en medio de la operación la anestesia dejó de hacer efecto y la mujer empezó a oir “los sonidos de la sala de cirugía, los pasos, el ronroneo y los pitos de las máquinas”. La paciente no se podía mover ya que le habían aplicado un bloqueador neuromuscular además de la anestesia. Aunque Donna Penner no podía moverse afirma que sintió la primera incisión del cirujano. “No tengo palabras para describir el dolor. Era horrendo”, describe.
“Pensé que iba a morir”
Cuando la operación estaba terminando, Penner notó que podía mover su lengua, así que intentó “mover el tubo que tenía para respirar, tratando de atraer la atención de los médicos”. Pero la paciente hizo pensar a los doctores que era el paralítico muscular lo que estaba perdiendo su efecto, así que ordenó que le retiraran el tubo para respirar.
“Había pasado por momentos en los que la agonía del dolor era tal, que pensé que iba a morir”, recuerda Donna Penner. El anestesista al darse cuenta, proporcionó un medicamento a Penner que contrarrestó el efecto del paralítico y poco después ella pudo empezar a hablar.
Sin final feliz
El cirujano acudió más tarde a la habitación de la señora Penner para conocer de primera mano qué había ocurrido. La mujer explicó todo lo que había oído en el quirófano y el cirujano reconoció haber dicho todo lo que la paciente recordaba. Los ojos del médico “se llenaron de lágrimas y apretándome la mano me dijo que lo sentía muchísimo”, explica Donna Penner.
Años después de lo ocurrido, Donna Penner explica que tiene pesadillas que le impiden dormir recordando lo que vivió en ese quirófano. El profesor Eric Jacobsohn de la Universidad de Manitoba, expuso el caso de Penner como ejemplo del trastorno por estrés postraumático, según la radio pública canadiense. “Era una mujer con una vida maravillosa y ahora tiene todos los síntomas: tiene flashbacks, está nerviosa y no puede dormir”, cuenta Jacobsohn.
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