Mariona, Candela y Daniela fabricando pulseras (Foto: Hospital Sant Joan de Déu)
Todo empezó como empiezan tantas cosas que hacen los niños: como un entretenimiento para pasar el rato. Candela es una niña diagnosticada de
leucemia en el año 2003, paciente del
Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Para hacer el tratamiento más llevadero, una voluntaria le enseñó a hacer pulseras y ella, a su vez, les enseñó a sus dos amigas: Daniela y Mariona.
Ellas decidieron ponerse a
fabricar pulseras, bautizadas con el nombre de su amiga, y entregarlas a cambio de un donativo para
investigar el cáncer infantil. En poco tiempo, las dos niñas de 12 años y naturales de Benicarló consiguieron implicar a familiares, amigos de las niñas y otros pacientes de la planta octava de
oncología del hospital y sus familias.
La acogida fue tan buena y tuvieron tanto éxito que se vieron desbordados por las peticiones. Fue entonces cuando decidieron hacer un llamamiento a la sociedad civil en general: realizaron un vídeo en el cual enseñaban como hacer una pulsera y animaban a la población a elaborarlas y distribuirlas.
Vídeo explicativo de Pulsearas Candela
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A partir de ese momento, las
solicitudes se dispararon. Desde finales de 2013, en toda España "se han elaborado más de 274.000 pulseras, utilizando 550 km de hilo y formadas por 16 millones de nudos", según datos del Hospital Sant Joan de Déu. Su
distribución ha reportado un millón de euros que se ha destinado íntegramente a la investigación del cáncer infantil. Se trata de una cifra extraordinariamente relevante teniendo en cuenta que el presupuesto de investigación del centro por lo que se refiere a oncología infantil es de cerca de dos millones de euros anuales.
En el caso de las
enfermedades oncológicas, el 80 por ciento de los recursos de que dispone el Hospital Sant Joan de Déu para la investigación provienen de donaciones de particulares y de iniciativas como las pulseras Candela. El hospital dispone de un laboratorio dedicado exclusivamente al estudio del cáncer infantil y es uno de los pocos centros europeos que cuenta con un
banco de tumores pediátricos exclusivo con gran potencial para la investigación que, entre otras cosas, ha permitido desarrollar modelos animales de diferentes tumores.
Según explican desde el hospital, "gracias a las donaciones de particulares, empresas y fundaciones, los investigadores han generado tres ensayos clínicos a partir de la investigación original propia. Estos estudios han permitido desarrollar "el primer ensayo clínico a nivel mundial para testar la seguridad y eficacia de una
vacuna contra el glioma difuso del tronco cerebral"
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