Laura Soucek, jefa del Grupo de Modelización de Terapias Antitumorales del VHIO.
El Vall d'Hebron Instituto de Oncología (
VHIO) ha demostrado en un
ensayo clínico de fase uno el increíble potencial de una proteína inhibidora de MYC,
Omomyc, frente a todo tipo de
tumores sólidos. El resultado más destacado de la terapia fue en
cáncer de páncreas, logrando que un paciente llegara a reducir su
metástasis hasta en un 49 por ciento. Tras este resultado
Laura Soucek, jefa del Grupo de Modelización de Terapias Antitumorales del VHIO, inicia un nuevo ensayo clínico que combinará
Omomyc y quimioterapia frente a esta única indicación, al ser la que más resultados favorables ha cosechado. El ensayo, que durará dos años, aspira a validar un
biomarcador farmacodinámico y otro predictivo.
El ensayo clínico con el que se testó Omomyc a 22 pacientes ha demostrado, en palabras de Soucek a
Redacción Médica, que “después de
nueve semanas de tratamiento ocho de ellos lograron
estabilizar la enfermedad. Los pacientes que estaban en una situación avanzada de la enfermedad llegaron a frenar su progresión”. Un paciente que llamó poderosamente la atención de los investigadores tenía cáncer de páncreas, y la investigadora destaca que “el
ADN tumoral circulante sufrió una caída del 83 por ciento. Además, su carga metastática se llegó a reducir hasta un 49 por ciento”.
Este hecho sorprendió a los investigadores del VHIO al ser
el cáncer de páncreas uno de los tumores más difíciles de tratar por su agresividad. Soucek asegura que la terapia demostró el efecto sobre MYC, ya que toda su
firma transcripcional se vio apagada después del tratamiento con el fármaco. Apagar a MYC se tradujo en un beneficio para los pacientes y la reducción fue más profunda en los pacientes que lograron una mejora clínica”.
"Apagar a MYC se tradujo en un beneficio para los pacientes"
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En el nuevo ensayo ya ha empezado a reclutar pacientes y cuenta con el apoyo del Institut Català d’Oncologia (
ICO), el
Hospital Miguel Servet y el
Hospital 12 de Octubre, junto con el propio
Vall d’Hebrón. Después de ver posibilidades en el primer ensayo, Soucek aspira a validar
dos tipos de biomarcadores: “Uno de ellos es el
farmacodinámico y consiste en que las moléculas de la sangre aumentan cuando se trata a pacientes con el fármaco”. En caso de que el paciente se beneficie del tratamiento, la especialista relata que “las moléculas suben en la sangre. En otras palabras, no hará falta realizar una
biopsia líquida para conocer si existe beneficios, e incluso antes del TAC se podrá conocer esta información. Con un análisis de la sangre se puede ver por
cuánto tiempo el paciente se beneficia o no del tratamiento”.
Un potencial biomarcador predictivo dentro de dos años
Otro de los biomarcadores que permitirían a Omomyc ser capital a la hora de tratar el cáncer de páncreas está relacionado con la
predicción del beneficio que podrá tener el paciente. “Existe un factor circulante que podría llegar a predecir si
los pacientes se beneficiarán o no de Omomyc. Es necesario intentar validar este biomarcador. En el primer ensayo hubo pocos pacientes, pero ahora sí podemos lograr suficiente información para demostrar que es así”.
"Existe un factor circulante que podría llegar a predecir si los pacientes se benefician o no de Omomyc"
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Este segundo ensayo focalizado en cáncer de páncreas metastásico tendrá una duración de dos años, ya que la especialista recuerda que “
el reclutamiento de pacientes será largo”. Omomyc sigue rompiendo barreras y ahora su objetivo es un cáncer que no cuenta con muchos tratamientos hoy en día. El tiempo dirá si Soucek logra validar dos biomarcadores que marcarían un antes y un después en el tratamiento de la enfermedad.
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