Marta Jiménez Gómez, de la Unidad de Patología Mamaria del Hospital del Mar, junto con la estudiante de Fin de Grado, Carlota Duch.
Un estudio realizado por el
Hospital del Mar, en
Barcelona, demuestra que la
recidiva local después de una
mastectomía en
mujeres con
cáncer de mama es un problema olvidado y de fuerte
impacto para las pacientes. La mortalidad ligada a esta situación alcanza un
40 por ciento y las autoras del estudio,
Marta Jiménez Gómez, de la
Unidad de Patología Mamaria del Hospital del Mar, junto con la estudiante de
Fin de Grado,
Carlota Duch, tienen previsto dar un paso más: reclutar pacientes con
mastectomías preventivas por alto riesgo, intentando preservar la piel, y
estudiarlas a largo plazo para encontrar
recidiva en tejido residual y buscar
tratamientos para evitarlo.
Este elemento permitiría ayudar enormemente en la
técnica quirúrgica, paso previo a la intervención de los
oncólogos, y Jiménez relata que “si se deja
mama en una
mastectomía se va a estar mucho más atento a que esto no vuelva a pasar. Primero queremos ver si el estudio realizado lo podemos publicar y en paralelo empezaríamos a añadir las pacientes que vayamos
reclutando. Queremos
rescatar a las pacientes que se hayan hecho alguna
mastectomía conservadora y añadiríamos de aquí en adelante, durante
uno o dos años, pacientes del hospital hasta empezar un
seguimiento”.
"Queremos rescatar a las pacientes que se hayan hecho alguna mastectomía conservadora y empezar un seguimiento"
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Hasta ahora se han analizado datos de aproximadamente
800 pacientes intervenidas en el centro hospitalario entre el año
2000 y el
2020, y
un 7 por ciento presentó una recidiva local. “Actualmente el control de mastectomía es estrictamente clínico, no hay posibilidad de hacer
ninguna imagen ni
diagnóstico debido a que no queda mama. La idea que teníamos con el trabajo publicado es que en las pacientes que consideramos de alto riesgo, añadir alguna prueba que pueda hacer una
ecografía o
resonancia al seguimiento”, afirma Jiménez.
Pruebas de imagen para prevenir la recidiva
Normalmente el seguimiento de cáncer de mama se realiza con
mamografía bilateral, a través de una cirugía conservadora. La especialista afirma que “para hacer una
mastectomía no se puede hacer
mamografía, por lo que en estos pacientes de alto riesgo se tiene que añadir algún aspecto más, ya que solo con la clínica
llegaríamos tarde a la recidiva”.
El
estadio ganglionar, la
linfadenectomía axilar y el
subtipo histológico han sido identificados como
factores de riesgo en mujeres con recidiva local, por lo que para estos pacientes se debería añadir, según Jiménez, “un
seguimiento añadiendo alguna prueba de imagen a partir de la clínica para lograr su prevención”.
Tratamamiento neoadyuvante tras previa operación de la recivida
A nivel
oncológico la
recidiva no influye directamente, ya que es el
cirujano el encargado de valorarla y operarla. A partir de aquí, la especialista explica que “el oncólogo realizaría el seguimiento habitual en las
facetas más sectorizadas a través de los
tratamientos adyuvantes. El oncólogo, después del primer diagnóstico,
se encarga del seguimiento durante 10 años, aunque en caso de que la paciente notase
un tumor en la zona de la cicatriz, acudiría a la
Unidad de Patología Mamaria. Una vez diagnosticado y operado,
los oncólogos se encargarían de realizar el tratamiento neoadyuvante”.
"Una vez operada la recidiva, los oncólogos se encargarían de realizar el tratamiento neoadyuvante"
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Actualizar el
protocolo de seguimiento intrahospitalario en estos casos es una de las metas futuras que piensa abordar Jiménez, y una vez se reúna con los radiólogos del hospital, se prevé que “de forma anual en lo pacientes de algo riesgo se realice una
exploración física y una
resonancia o ecografía”.
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