Ramon Salazar, jefe del Servicio de Oncología Médica del Instituto Catalán de Oncología.
Una investigación publicada en la revista
Nature ha llegado a revolucionar el mundo de la
Oncología al identificar que la aspirina, uno de los medicamentos más utilizados a nivel general, llega a desencadenar un mecanismo que, en
ratones, es capaz de reducir la
metástasis de algunos
tipos de cáncer al estimular el sistema inmunológico. Pese a que este efecto no se ha visto aún en un
ensayo clínico en humanos debido a que la biología del
cáncer es muy
heterogénea y compleja, el mecanismo de acción descubierto abre la puerta a diseñar combinaciones inteligentes de terapias terapéuticas con la aspirina y “todo tipo de abordajes capaces de
reactivar los linfocitos T, como son
las CAR-T, las
TIL y fármacos inhibidores de los
puntos de control de la inmunidad en los propios linfocitos”.
El estudio y el mecanismo utilizado en los ratones es visto con gran interés por
Ramon Salazar, jefe del Servicio de Oncología Médica del Instituto Catalán de Oncología (
ICO), aunque afirma en
Redacción Médica que, normalmente, “la
correlación entre los
modelos que acostumbran a ser artificiales en los animales y lo que pasa en el ser humano en el desarrollo del cáncer suele ser
bajo”. El punto más preciado por el especialista del estudio es el mecanismo identificado a través de la aspirina, incluso “más allá de los resultados de eficacia que se llegan a
describir en ratones. Los humanos son mucho más complejos”.
Además, Salazar refuerza su argumento recordando que el uso de
la aspirina para frenar la metástasis ya llegó a ser una realidad “en
dos ensayos randomizados en el contexto de adyuvancia, concretamente en cáncer de mama y colon. No se mejoraron los resultados de eficacia a los que ofrecía
la quimioterapia adyuvante, por lo que la aspirina no reducía el riesgo de las recaídas, al menos entre la población genérica”. Con estos resultados, el especialista descarta por completo que “la aspirina por sí sola sea capaz de ayudar a disminuir las
recaídas de ningún cáncer”.
"La aspirina por sí sola no es capaz de ayudar a disminuir las recaídas de ningún cáncer"
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Sin embargo, la investigación describe que el mecanismo de acción iniciado por la aspirina como
antiinflamatorio tiene un efecto importante sobre los
linfocitos T del paciente. Este efecto provoca, según el facultativo, que “de alguna manera se genere un efecto en estos linfocitos, que se reactivan y pueden volver a ser operativos en las defensas naturales del cuerpo contra las células tumorales”.
La combinación de aspirinas y terapia celular
Este descubrimiento es de vital importancia para Salazar, ya que sería capaz de ayudar a ampliar el potencial de “todas las terapias ligadas al
campo de la inmunoterapia y que están dirigidas a modular y reactivar estos linfocitos que están cerca del tumor. La aspirina puede tener un papel en combinación con otros tratamientos que buscan la
reactivación de linfocitos”.
A partir de este estudio publicado, el oncólogo está convencido de que los profesionales integrantes de muchos grupos de
investigación clínica en cáncer “intentarán hacer ensayos clínicos combinando la aspirina con otras terapias celulares basadas en reforzar las propias defensas naturales del cuerpo contra el cáncer, que esencialmente se vehiculizan a través de
linfocitos T”.
"La aspirina puede tener un papel en combinación con otros tratamientos que buscan reactivar los linfocitos T"
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El papel de estos linfocitos ha permitido que las personas “
tengan mucho menos cáncer, debido a que actúan como inmunovigilantes y matan células del cáncer cuando este aún no ha sido identificado”. El problema que pasa es que el propio tumor “es capaz de inactivarlos por diferentes puntos de control, inhibiendo la calidad del linfocito T de matar a la célula tumoral”.
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