El equipo de investigadores del Hospital del Mar busca establecer el riesgo de recaída en pacientes.
La
quimioterapia sigue siendo hoy en día el principal tratamiento para el
cáncer de colon y
recto, aunque no siempre llega a funcionar. El
30 por ciento de estos pacientes llegan a generar
resistencias y suelen
recaer, y un grupo de investigadores del
Hospital del Mar ha descubierto un
grupo de ocho genes característicos de estas
células tumorales que las hacen más agresivas. Ahora, el próximo paso del equipo es analizar si en
tumores pequeños también existe este riesgo, para poder confeccionar
una guía y detectar de
forma precoz este tipo de pacientes y establecer el
riesgo de recaída.
Evitar que el tumor tratado con quimioterapia con el paso del tiempo reaparezca, convirtiéndose en una metástasis, es la meta que persigue
Marta Guix, médica adjunta del Servicio de Oncología Médica del
Hospital del Mar y firmante del trabajo. “Estos genes localizados nos permitirán hacer una
guía que queremos que sea sencilla de usar. Para llevarlo a cabo, analizaremos en estos pacientes
tumores pequeños y localizados en cáncer colorrectral para ver si existe este riesgo. Hemos visto que en los pacientes con tumores grandes estos genes tienen este
impacto en el pronóstico, y ahora queremos ver si en el inicio de los tumores aparecen estos genes”, explica la especialista en
Redacción Médica.
"Analizaremos tumores pequeños y localizados para ver si existen los genes localizados"
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El estudio, publicado en la revista
Nature Communications, afirma que en algunos el
tratamiento con quimioterapia no es suficiente para eliminar todas las células del tumor y una parte de ellas sobrevive, pasando a un estado embrionario. Debido a ello, la primera piedra para establecer un
riesgo de recaída es, en palabras de Guix, “identificar a los grupos de pacientes que tengan un promedio de que el tumor vuelva a aparecer. Para ello, deberemos hacer un
seguimiento más estricto y detectar lo antes posible los casos que pueda reaparecer el tumor. Una vez logremos este paso, analizaremos posibles tratamientos dirigidos a los tumores que tienen estas alteraciones”.
Los especialistas tienen previsto iniciar investigaciones por
dos vías distintas, en
ratones y en los propios
pacientes, tal y como explica Guix: “Seguiremos trabajando en el
seguimiento de pacientes operados para recabar datos clínicos y valorar los resultados de las cirugías. La otra área de estudio se realiza en el
laboratorio. Cogemos un
trozo de los tumores de los pacientes y lo hacemos crecer como
estructura tumoral, implantándose en
ratones. De esta manera, reproducimos el comportamiento que tendrían estos tumores si fuesen los pacientes”.
Nuevos tratamientos y abordaje contra el tumor
A la hora de
analizar los ocho genes localizados en cáncer de colon y recto, tarea técnicamente compleja, los investigadores apuestan por dos técnicas distintas. “Utilizaremos la
técnica PCR para poder ver estos
marcadores de mal pronóstico de forma directa, y la otra vía, más sencilla, es analizar una
serie de proteínas que son las causantes de la expresión de estos genes. Si logramos desarrollarlo y validarlo, podría ser una forma sencilla de tener resultados de si estos genes están o no alterados desde el inicio del tumor”.
No solamente el equipo trabaja en el
pronóstico de los enfermos, sino que también busca determinar nuevos
tratamientos y
personalizar el seguimiento y
abordaje de este tipo de pacientes: “En los pacientes que tienen de nuevo el tumor y que tendremos que tratar con
quimio, queremos ver si aparte de eso identificamos otros
fármacos que nos permitan tratar mejor a los pacientes. Nuestro propósito está dirigido a dos grupos de pacientes, iniciar un seguimiento a
los que se han operado y que en principio pueden estar curados, pero recaen, y a los que
vuelven a tener el tumor buscar la mejor manera de realizar un tratamiento dirigido y específico”.
"Utilizaremos la técnica PCR y el análisis de proteínas para conocer mejor los marcadores de mal pronóstico"
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Hablar de
ensayos clínicos resulta en estos momentos una quimera para esta investigación, aunque Guix es optimista con el primer paso que se ha realizado: “Pese a estar lejos de dar este paso, se nos abre una vía de estudio para buscar
fármacos que actúen directamente en esta línea que nosotros hemos iniciado”.
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