ESMO analiza el uso de análisis de ADN tumoral circulante para pacientes con cáncer.
Los
análisis de ADN tumoral circulante (ctDNA) cada vez son más realizados dentro de la
Oncología y, por tanto, está aumentando la evidencia para el uso de estas
pruebas en pacientes de cáncer. De estos resultados se extrae que los análisis de ctDNA tienen utilidad para identificar mutaciones que ayuden a
seleccionar y
dirigir la
terapia en cánceres avanzados. A partir de este escenario ha surgido un artículo publicado desde la
Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) y titulado ‘Recomendaciones de ESMO sobre el uso de análisis de ADN tumoral circulante para pacientes con cáncer: un informe del Grupo de Trabajo de Medicina de Precisión de ESMO’.
Los autores del estudio señalan que esta
prueba todavía cuenta con algunas
limitaciones, por lo que para determinados pacientes es preferente realizar una
biopsia del tejido. No obstante, puntualizan que en los casos que esta prueba no es posible o inapropiada, el análisis del ADN tumoral circulante puede convertirse en una buena opción.
Tal y como afirma el profesor
Nicholas Turner, investigador en el
Hospital Royal Marsden y en el Instituto de Investigación en Cáncer de Londres y uno de los autores de la publicación, “estas nuevas recomendaciones, desarrolladas por el Grupo de Trabajo de Precisión de ESMO, indican que las
biopsias líquidas se posicionan como una
práctica estándar para muchos pacientes con cáncer avanzado, para genotipar el cáncer” y añade que “esta información sirve de ayuda para elegir la mejor opción de tratamiento para cada paciente”.
En esta misma línea se expresa
Javier Pascual, oncólogo médico e investigador clínico en la Unidad de
Gestión Clínica Intercentro de Oncología de Málaga y en el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga y Plataforma en Nanomedicina (Ibima), quien también ha participado en la elaboración del artículo. “Ahora existe un
consenso general de que los análisis de ctDNA se pueden
usar de forma rutinaria en la práctica clínica como alternativa a las biopsias de tejido para genotipar tumores de cara a la selección de terapias dirigidas”, afirma.
La biopsia líquida en cáncer abre nuevos escenarios
Una de las principales
conclusiones del artículo es que hay suficiente
evidencia clínica para para el
genotipado del cáncer avanzado para guiar terapias como alternativa a una estrategia guiada por tumores, especialmente en situaciones en las que las biopsias de tejido son subóptimas o el tiempo es crucial.
Aun así, los autores subrayan la necesidad de realizar
estudios adicionales para corregir debilidades que se han observado, como la presencia de
falsos positivos o falsos negativos, y ver cómo solventar estos errores. Así, Pascual plantea que “
las perspectivas sobre la implementación de la biopsia líquida cada vez en más escenarios son positivas” pero advierte de que “todavía necesitamos evidencia adicional sobre su utilidad clínica para recomendar su uso en la práctica rutinaria”.
Aunque la falta de evidencia en algunos aspectos impide el uso del análisis de ctDNA para propósitos como la detección temprana de tumores o la evaluación de enfermedad mínima residual, la aparición de
nuevas técnicas como la secuenciación basada en patrones de metilación o las técnicas de secuenciación masiva ultrasensibles
pueden paliar las carencias de los análisis de ADN tumoral circulante. De esta forma, se pueden unir las evidencias de diferentes pruebas para incorporarlas a la toma de decisiones en múltiples escenarios clínicos.
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