Álvaro Rodríguez-Lescure.
La investigación en
cáncer de mama permite un control de la enfermedad durante más tiempo, aumenta la supervivencia y mejora la calidad de vida de las pacientes. Tal como ha señalado la
Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el pronóstico "ha ido mejorando paulatinamente en los últimos años gracias a tratamientos más personalizados, a una mejor estratificación de los pacientes y al desarrollo de paneles genómicos que permiten diferenciar qué pacientes se benefician de
quimioterapia y cuáles no".
Por ello, coincidiendo con el
Día Internacional de Cáncer de Mama que se celebra cada 19 de octubre, desde la SEOM han dado a conocer la evolución y los avances médicos que se han sucedido en estas últimas décadas.
"Es necesario garantizar el
futuro de la investigación tanto pública como privada y para ello es imprescindible la creación de herramientas que favorezcan el mecenazgo, además de la reducción de la burocracia, la mejora estructural del sistema y el aumento de la inversión pública", señala el vicepresidente de la SEOM,
Álvaro Rodríguez-Lescure, en el marco de la campaña de comunicación
'En Oncología cada Avance se escribe en Mayúsculas', que la sociedad puso en marcha en el año 2013.
"Es necesario garantizar el futuro de la investigación tanto pública como privada"
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Años 80
A principios de los años 80, las mujeres diagnosticadas de cáncer de mama tenían unas posibilidades de estar
libres de recaída a los 5 años tras el diagnóstico que se situaba en torno al 70 por ciento. En la actualidad la cifra se aproxima a casi un 90 por ciento.
Uno de los hitos más significativos sin duda en los últimos años, según valoran desde la sociedad, fue el conocimiento de la
heterogeneidad del cáncer de mama. Se trata de una enfermedad con subtipos biológicos diferentes que precisan tratamientos específicos. Así, el descubrimiento de tipos de cáncer con diferentes perfiles biológicos permitió en la década pasada incorporar anticuerpos monoclonales como el
trastuzumab al
tratamiento del cáncer de mama HER2 positivo, hasta entonces de mal pronóstico por su mayor agresividad.
En este sentido, las pacientes con cáncer de mama HER2 positivo ya no cuentan sólo con el
trastuzumab. También T-DM1 (un moderno fármaco que combina de forma conjugada quimioterapia y trastuzumab) es altamente efectivo en pacientes que fracasan a tratamientos previos, explican.
Enfermedad 'hormonosensible'
En las pacientes con
enfermedad 'hormonosensible' también se han comunicado resultados de nuevos fármacos biológicos que, asociados a tratamientos clásicos como la hormonoterapia, mejoran los resultados de estos.
Everolimus primero, y más recientemente los
inhibidores de CDK4/CDK6 como el palbociclib, ribociclib o abemaciclib han mejorado más la supervivencia de este subgrupo de pacientes.
Entre las pacientes con
cáncer de mama metastásico y con presencia de una mutación en el gen BRCA1/2 en la línea germinal, los fármacos inhibidores de PARP han demostrado un beneficio significativo disminuyendo el riesgo de progresión comparado con la terapia estándar.
Inmunoterapia
La
inmunoterapia también ha demostrado beneficio en un subgrupo de pacientes con cáncer de mama.
Los tumores con ausencia de expresión de receptores hormonales y Her2 y que además presentan expresión de la proteína
PDL1 se benefician de la combinación de fármacos dirigidos contra PDL1 combinados con quimioterapia.
Además, en estas tres décadas otro hecho de gran relevancia ha sido el incremento de
cirugías conservadoras y
menor intervención sobre la axila, evitando complicaciones y mejorando la calidad de vida de las mujeres con cáncer de mama.
En esta línea de maximizar la ecuación riesgo/beneficio de cada tratamiento, el
test de expresión génica de 21 genes ha demostrado que muchas mujeres con cáncer de mama con ganglios axilares negativos y receptores hormonales positivos que obtiene una puntuación intermedia en el test molecular pueden evitar la quimioterapia sin que impacte en sus resultados oncológicos.
Cada uno de estos pasos suponía una mejora de un 2 o 3 por ciento en la tasa de recaídas, algo que podría ser considerado irrelevante. Sin embargo, con una estimación de
32.536 casos de cáncer de mama diagnosticados en 2019 en España, cada avance en el tratamiento que suponga un 1 por ciento de mejora en la tasa de supervivencia hace que 325 mujeres menos recaigan de su enfermedad y puedan disfrutar de una mejor calidad de vida con
reincorporación plena a su vida social y laboral. Cada una de esas mujeres tiene nombre y apellidos. Y cada uno de esos avances ha conseguido aumentar la supervivencia en un 20 por ciento entre los años 70 y la actualidad.
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