El presidente de SEOM, Álvaro Rodríguez-Lescure.
El
43 por ciento de los servicios de
Oncología Médica de España tiene
barreras para poder acceder a la utilización de los fármacos, según se desprende del '
Estudio SEOM sobre el Acceso a Fármacos y Biomarcadores en Oncología 2019', elaborado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y en el que han participado
84 hospitales con representación de las
17 comunidades autónomas y de Ceuta.
El trabajo ha analizado las indicaciones aprobadas de
11 medicamentos para el abordaje del c
áncer de pulmón no microcítico (pembrolizumab, atezolizumab y nivolumab), cáncer de
mama (ribociclib y palbociclib),
melanoma (dabrafenib y trametinib, y cobimetinib y vemurafenib) y
ovario (olaparib). Además, se han estudiado
cinco biomarcadores predictivos de respuesta: PD-L1, ALK y ROS-1 (tumor de pulmón), BRAF (melanoma), y BRCA1/BRCA2 (ovario).
"Hemos reeditado el estudio que realizamos en el año 2015 incorporando nuevos fármacos y biomarcadores"
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Al mismo tiempo, se ha revisado la información pública acerca de los procesos, comisiones y organismos que
evalúan, aprueban y establecen las condiciones de comercialización y utilización de fármacos oncológicos y el uso de buiomarcadores en el ámbito europeo, nacional y de cada comunidad autónoma.
"Hemos reeditado el estudio que realizamos en el año 2015 incorporando más fármacos y el acceso a los biomarcadores. El objetivo ha sido conocer los diferentes mecanismos de toma de decisiones para la aprobación y acceso a los fármacos y biomarcadores oncológicos. Es una foto, una cata, de cómo está la situación actual", ha comentado el
presidente de SEOM,
Álvaro Rodríguez-Lescure.
En concreto, las principales barreras se deben a la exigencia de elaboración de un informe justificativo para cada paciente, lo que provoca una "demora" en el tiempo. Otras barreras se deben a los criterios de uso son "más restrictivos" que los establecidos para su comercialización en España.
Retraso en la aprobación de la prescripción
Al mismo tiempo, el trabajo ha puesto de manifiesto la tardanza que en ocasiones existe para poder prescribir un fármaco . El rango de meses transcurridos desde la fijación de precio/reembolso hasta la aprobación para su prescripción va hasta los 36 meses, situándose la media entre 5 y 17 meses. Ahora bien, si se mide el tiempo transcurrido desde la autorización por parte de la
Comisión Europea hasta la aprobación para su prescripción en los hospitales, se puede llegar hasta los 48 meses, con una media de entre 8,75 meses hasta los 26 meses. "Estamos ante una importante inequidad que puede suponer la pérdida de oportunidades para los pacientes".
Diferencias entre CCAA
Del mismo modo, el trabajo ha evidenciado la "
gran hetereogenidad" que hay entre comunidades autónomas en cuanto al acceso a estos medicamentos. En este sentido, en el 51 por ciento de los casos se toman a nivel hospital/área de salud y en el 42 por ciento a nivel autonómico (en 2015 el porcentaje era del 27,8 por ciento).
Hay una falta de información sobre la toma decisiones en cuanto a la aprobación de medicamentos y biomarcadores
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Asimismo, el 58 por ciento de los oncólogos que han participado en el trabajo han asegurado que
la información sobre las comisiones u órganos en los que se toman las decisiones vinculantes
no es de acceso público o no se dispone de ella. No obstante, tal y como ha reconocido Rodríguez-Lescure, en todas las comisiones participa, al menos, un oncólogo, lo que supone una mejora respecto a 2015 donde un 9,7 por ciento de los centros indicaban que no participaba ninguno.
Acceso a biomarcadores
Respecto a la situación en el acceso a los biomarcadores, el trabajo ha evidenciado la
falta de procedimiento de aprobación y toma de decisiones claras. En este caso, el tiempo medio estimado de respuesta varía significativamente entre biomarcadores, comunidades autónomas y hospitales. Del mismo modo, el estudio ha mostrado la inexistencia de un procedimiento estandarizado o de un marco regulatorio para la evaluación, implementación y financiación de biomarcadores en la práctica clínica.
Como consecuencia de todo ello, SEOM ha pedido incorporar, al igual que cualquier otra prestación, los
biomarcadores a la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS), y establecer un procedimiento estandarizado y un marco regulatorio. "No es normal, ni bueno, que la financiación depende de la industria farmacéutica", ha recalcado Rodríguez-Lescure. Finalmente, SEOM ha destacado la necesidad de medir los resultados en salud para conocer el "verdadero impacto" que tiene la incorporación de los nuevos fármacos.
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